Veinte años van, se dice muy fácil pero en muchos casos es un tercio de la vida de una persona.

Veinte años han sido lo suficiente para que muchos de los que aún nos mantenemos en pie hayamos sido testigos del colapso de una nación, de nuestro país Venezuela. Los males ya son incontables, el sufrimiento generado por la ambición desmedida de un grupo criminal que no ha sabido saciar su sed de dinero, codicia y poder a cambio del padecer de toda una gran mayoría, mal que no distingue entre raza, sexo, religión, edad o identidad política, triste realidad y ante esta situación la gran pasividad del pueblo, carente o incapaz aparentemente de hacer un sacrificio consciente por el bien común.

La libertad de uno es la libertad de todos y la libertad de todos garantiza la libertad individual, esto es una máxima que dicta el sentido común que pareciera haberse extraviado en este tiempo.

¿Qué pasa con el pueblo de Bolívar?, ahora condenado a vagar por el mundo, escapando de la tragedia. El régimen dice de una guerra económica y lo que realmente es su guerra contra nosotros, es difícil entender a un criminal cuando no se es como él y de ahí lo difícil de entenderles, no somos como ellos… criminales.

El régimen desde el inicio con Chávez ha mantenido un modelo como lo definiría el académico francés Jean D’Ormesson “La ineptocracia es el sistema de gobierno en el que los menos preparados y los mentirosos profesionales gobiernan”. Para ver las pruebas de esto solo basta con buscar en Internet todo el espectro en declaraciones, planes y demás, la última… 800 horas semanales. Son ineptos y mentirosos, estamos claros en eso.

Con este régimen simplemente vamos acumulando más males, mientras ellos aseguran a sus futuras generaciones el bienestar económico producto del saqueo al Estado y es que en la amplitud del mal causado no son solo los crímenes de lesa humanidad los que claman justicia, también la corrupción administrativa y el narcotráfico debe de ser castigado. ¿Cuántos bolichicos de segunda, tercera y hasta cuarta categoría también han generado la desgracia venezolana dentro y fuera de Venezuela? No es solo Odebrecht, por mencionar quizás una de las más conocidas del momento, ¿cuántas otras existen o existieron? Y lo que es peor aún ¿cuántas se están constituyendo ahora? Y todo para lucrarse con la reconstrucción del país, porque no es casualidad el gran aumento en el extranjero de empresas de envíos y además de comerciantes de alimentos. Ellos dirán: “Se sabe que Maduro cae y el negocio debe seguir, ahora tenemos el capital para hacer negocios legales” (ese seguramente será su pensar).

Pero mientras la justicia llega, porque llegará, no debemos desviarnos del objetivo y este es la insurrección que nos libere, la rebelión de todos los que sufrimos este mal y que deseamos un mejor futuro, esa Venezuela que quizás soñó Bolívar y que estos delincuentes deformaron su ideal para su beneficio egoísta y mezquino.

No valen excusas, no hay mañana, el momento es ahora, “que hable la calle”.

Fuerza y fe.

@DiazEstebanez

 www.maximodiaz.com


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