Palabras en el Congreso Venezuela Libre:

Estoy emocionado al vivir en estos días el Congreso Venezuela Libre en todos los 24 estados del país y ahora en esta hermosa Aula Magna de la emblemática UCV que vence las sombras y no se rinde a la tiranía. Permítanme compartirles con cuatro breves palabras mi emocionada esperanza.

1. Verano y samán.

Durante 25 años desde 1970 fui asesor en Apure de la escuela granja de Fe y Alegría de La Guanota. En mis frecuentes viajes de Caracas a San Fernando en los meses de febrero-marzo y hasta la entrada de lluvias, me parecía desoladora la inmensa llanura prendida en incendios y humaredas, con el ganado famélico y muriéndose por falta de agua y alimento. Así luce hoy a primera vista Venezuela: un paisaje desolador y sin esperanza. En aquellos desiertos resecos de pronto me sorprendían unas manchas verdes con ganado refugiado a su sombra: soberbios samanes que –gracias a la profundidad de sus raíces– resistían la sequía y generosos acogían a su sombra el ganado y lo alimentaban con su semilla rica en proteínas. ¿Cuál era el secreto de esos samanes cuando todo parecía morir? ¿Cómo se mantenían verdes y majestuosos abriendo sus brazos con sombra y comida? ¿Cuál es el secreto del samán para vencer al verano? Es su raíz profunda hasta conectar con el agua subterránea y así mantenerse vivo.

En el terrible verano, preñado de desolación y de muerte que vive hoy Venezuela, vemos en miles de lugares de nuestra amplia geografía numerosos puntos verdes que se resisten a morir y abren sus brazos de esperanza. Ustedes son sus mensajeros que vienen a decir a Venezuela que no todo está muerto y que ya se acerca la entrada de lluvias. Cada uno de ustedes y sus organizaciones, gracias a sus profundas raíces, han resistido y vienen al encuentro de otros testigos de la esperanza.

2. El desierto reverdece.

Cuando parece que todo muere de sed, arde de desolación y nos hace pensar que nunca más reverdecerá, con las primeras lluvias se produce el milagro y descubrimos que las raíces no estaban muertas sino ocultas. De pronto la pradera brota, el desierto reverdece, la alegría renace en el hombre del campo y en el canto de los pájaros, el ganado celebra la vida y el trabajador vuelve cantando a soñar y a preparar la tierra para que la vida florezca y la cosecha sea generosa. Descubrimos que las raíces estaban ocultas pero vivas. La desolación y la muerte se transforman en esperanza y vida por el prodigio del desierto convertido en vergel. La lluvia es generosa y común para árboles, hierbas y ganado, pero no los uniforma, sino que cada uno revive con su identidad propia. La lluvia común se transforma en vida diversa. Así es el Congreso de Venezuela Libre.

3. Nacer de nuevo.

En 1902 en la Rusia zarista, el país más atrasado de Europa, con gran parte de su población en régimen de semiesclavitud campesina, Lenin se preguntó en su libro Qué hacer para liberarla. Qué hacer es la pregunta de los pueblos en tiempos de grave dificultad y de perplejidad. Qué hacer es hoy la pregunta de cada uno de nosotros y de todos juntos. Hace 2.000 años un sabio judío, Nicodemo, lleno de inquietud y de búsqueda, fue de noche a visitar al Maestro de Nazaret con la misma pregunta Qué hacer. Jesús le sorprendió con su respuesta: Hay que nacer de nuevo. Nacer de nuevo en Espíritu y en Verdad.

De la misma manera hoy esta Venezuela de muerte está con dolores de parto y necesita nacer de nuevo: la política, la economía, la sociedad, el alma de Venezuela, necesitamos nacer de nuevo. No se trata de pequeños cambios superficiales, sino de renacer profundo, en Espíritu y en Verdad, dejando atrás lamentables prácticas políticas del pasado y del presente. Realmente el renacer ciudadano será nuevo y nos hará libres, si mi verdad sin sectarismos va abierta al encuentro de tu verdad, de la verdad del otro, para llegar juntos tú y yo a nuestra verdad.

4. Verdad que nos hará libres.

Hoy en este magnífico y rebosante escenario de la UCV se encuentran y se complementan verdades diversas, que incluso a veces vienen de negarse mutuamente. Pero ahora se encuentran en un solo abrazo de la verdad de la Venezuela libre y plural, la verdad de NOS-OTROS.

En ese abrazo de vida y esperanza, juntos queremos proclamar tres cosas:

1) Basta ya de la ruina y hundimiento del país, con millones de venezolanos huyendo en busca de vida en otros países, y muchos millones más sobreviviendo en depresión y resignados a la agonía.

2) Todos unidos en el rescate de la Constitución democrática cínicamente violada y ahora amenazada de muerte por un poder que descaradamente se proclama supraconstitucional y decidido a perpetuar su dominio tiránico y desolador.

3) Todos con la mirada y las acciones puestas en el necesario y constitucional cambio de gobierno el 10 de enero de 2019. El cambio vendrá, no porque la dictadura lo facilite, sino porque la movilización de Venezuela entera que quiere renacer y recuperar la vida se hará indetenible, con unidad en la diversidad, y la libertad reverdecerá con pluralidad democrática productiva y creadora. Estamos en la entrada de lluvias y nos apresuramos a preparar la tierra, pues descubrimos que los samanes no están muertos y que la hierba de la pradera logró salvar sus raíces del fuego para volver a sonreír al primer beso de la lluvia generosa.

Hoy ustedes, este Congreso Nacional de Venezuela Libre, entrelazados en los 24 estados y empeñados en una unidad superior, ustedes traen las primeras lluvias de alegría y de esperanza. Unidad superior que, con la bendición de Dios y nuestro esfuerzo responsable, logrará que todos nos pongamos en marcha hacia una pronta Venezuela libre, democrática y próspera.


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