¿La diversidad determina la aceptación y adaptación a un tipo diferente de racionalidad? El teorema de Gödel, quien demostró los límites generales de los sistemas formales usando la técnica de la racionalidad, permite descubrir las propias limitaciones y facilita la comprensión entre uno y otro pensamiento, experimenta las diferencias que en el mundo corresponden a las organizaciones de la sociedad y que por consiguiente resaltan el distanciamiento de la solución práctica de los problemas mediante la lógica aplicada.

Para la previa comprensión es preciso el poder de la razón otorgado por el conocimiento científico, no de una ideología o de una teología, para conseguir conclusiones acertadas, resultado del razonamiento complejo del análisis realizado tomando en consideración cada uno de los factores, las interrelaciones, las circunstancias, las modificaciones posibles en el tiempo y en el espacio, formas y funciones, finalidades y perspectivas.

Para ser más explícito y otorgar unas referencias técnicas al enfoque utilizado en la realidad de la crisis venezolana que todavía intentamos comprender, ¿a cuáles valores económicos y financieros corresponde la cotización del dólar Dicom emitido por el Estado social comunista bolivariano y, en la alejada hipótesis de intercambio comercial, cuáles beneficios se pueden traer de la aplicabilidad del dilema del prisionero en consideración de la reducida capacidad productiva y competitividad del país?

En la situación de crisis global que vive el país la interrelación entre los factores económicos y el desenvolvimiento de la política asume una importancia determinante. Pero mientras que la dicotomía entre el sistema de gestión del Estado democrático, fundamentado en la diversidad del pluralismo, en las libertades constitucionales y en los derechos humanos, y la dictadura se configura en el distanciamiento determinado por la negación de dichos valores, aspecto que no permite falsas interpretaciones sino aquellas determinadas por el artificio dialectico: la economía en cuanto tal asume las tareas del Estado y se vuelve independiente de este que queda minimizado, porque si es verdad que la toma de decisiones de macroeconomía, de política monetaria y fiscal son propia de la política, la economía, una vez que haya sido enrumbada hacia determinadas finalidades, queda vinculada a los procesos que la caracterizan y que no se paran sino con el cambio de política que los han promovido. 

Como en el cuento de El Principito de Saint Exupéry: “Solo se puede ver bien con el corazón. Lo esencial es invisible”.  Lo visible es la desaparición del bolívar, la bancarrota real no declarada.

¿Qui prodest, quién trae beneficio?  ¿Si el enemigo es “el imperio estadounidense”, la política monetaria aplicada no lo ha ulteriormente favorecido? Pues la dolarización de la economía venezolana es un hecho que, como ya ha evidenciado en otra oportunidad, empezó con la emisión de títulos o bonos del Estado emitidos en bolívares pero con pago de los intereses y del principal en dólares, y que ahora permea todas las relaciones económicas y financieras de la sociedad, desde la compra de bienes y servicios hasta la remuneración del trabajo negro o no oficial.

La importancia e influencia del dólar está allí y se han ulteriormente ampliado: ni el petro, la inconsistente seudocriptomoneda impuesta por el gobierno pero no reconocida por la comunidad internacional, ni el rublo, ni el yuan renmimbi, en la situación geoeconómica actual pueden sustituir el dólar, no solo en la economía interna, cuanto en las deudas contraídas con Rusia y China u otro país, que precisamente se expresan y deben ser pagadas en dólares. ¿Por qué los Estados amigos por afinidades ideológicas y políticas no aceptan ser pagados en petro?

Perdido el ingreso petrolero (Pdvsa en el pasado marzo de 2019 ha producido solo 732.000 b/d), y destruido el sistema productivo interno con el cierre de más de 10.000 empresas, se ha determinado una hiperinflación por la cual la progresiva pérdida del valor del bolívar se ha traducido en la sustancial disminución de la demanda y de la oferta y la utilización de los ahorros.

Por consiguiente, el sistema financiero ha reducido la disponibilidad del encaje legal del BCV y la Cámara de Compensación se  ha transformado en una especie de alcabala donde pagar el peaje para que los bancos pudiesen obtener financiamientos para cumplir con sus operaciones ordinarias. Por cierto, en conformidad con el Concordato de Basilea de 1976, el BCV tendría la obligación de asistir los bancos en caso de necesidad, pero los recursos que deberían estar guardados para salvaguardar la estabilidad del sistema han tenido otro destino por “uso político”, de modo que entre los otros aspectos, no cometemos un exabrupto si afirmamos que, al contrario de lo postulado por Tobin (1992), en Venezuela la moneda ha perdido su función primaria de servir de reserva de valor.

La crisis ha obligado los ciudadanos a un duro apretón de cinturón, pero la inestabilidad de los bancos, la persistencia de la depresión económica, los problemas de pago de la deuda externa hipotecan el país, alejan la gestión hacia una hipótesis de recuperación que no sea precedida por el cambio político del gobierno, de su ideología y programación.

La revolución social comunista bolivariana no ha sido bonita, sino “bien malvada”: en el país ha visiblemente crecido la pobreza, la marginalidad, la desesperación. Afirma Miguel Henrique Otero que es “un país en caída libre” que necesita la unidad de quienes quieren sobrevivir.  El pueblo soberano ha sido anulado, no obstante en palabras de Baruk Espinoza (2000): ”…la paz reina en el sentido de que no hay guerra…La paz de un Estado depende de la apatía de sus súbditos, conducidos como si fuesen ganado o ineptos para nada que no sea la esclavitud”.  ¿Es esta la propensión que tienen los venezolanos o al contrario su vocación para la libertad prevalecerá según su historia y tradición? Mientras tanto el Partido Comunista de Rusia otorga el Premio Lenin  al general Raúl Castro Ruz, primer secretario  del Partido Comunista de Cuba por su “destacada contribución a la divulgación de los ideales del socialismo”. 

Si estos ideales producen los resultados que vive Venezuela, la situación ha sido premeditada para que la izquierda internacional, con la respectiva responsabilidad de Cuba, China y Rusia,  modifique no solo las condiciones del pueblo venezolano, la pérdida de su libertad y soberanía, sino los equilibrios políticos de la región, induciendo aspectos de seguridad que desde una visión geopolítica  interesan Estados Unidos y la Unión Europea y que desembocan en tensiones de alcances mayores.

¿Prevalecerá la racionalidad primaria? ¿Se encontrarán soluciones financieras y pacíficas para las cuales el pueblo venezolano y el pueblo cubano podrán aspirar a tener respectiva autonomía e independencia o, cuanto menos, un ejercicio de soberanía limitada, a pesar del respeto de las obligaciones a las cuales estarán sometidos? 

Por cuanto se refiere a Venezuela, su condición no es la ironía de un destino cínico y fraudulento, sino la consecuencia de la falta de gerencia y de la corrupción del gobierno y de su colusión con una oposición cómplice y políticamente inconsistente: individualizar las responsabilidades es un deber ético y moral, también político, pero no sirve para solucionar los problemas reales.

La deuda pública ha alcanzado unas proporciones tan desmesuradas que es poco probable que puedan amortizarse todos los empréstitos públicos en las condiciones estipuladas y, sobre todo, con los escasos recursos ahora disponibles no podrá más sustentar Cuba ni la izquierda internacional, así como ha hecho en los últimos quince años.  

El cambio político es imprescindible para un intento de negociación y la afirmación del sistema democrático puede ofrecer la oportunidad de una recuperación económica  gradual mediante un Plan Marshall determinado como si el país hubiese sido sometido a una guerra perdida. La actividad canalizada a través del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional será condicionada en la medida en la cual los intereses de Estados Unidos los consentirán para ofrecer una estrategia financiera aunada con un ajuste estructural a largo plazo, cual requisito para programas de carácter social para la formación de capitales humanos anclados a los principios y valores de la democracia y de la libertad, no a la servidumbre voluntaria, al pensamiento único. De modo que, como la administración social comunista bolivariana ha ampliamente demostrado, en el caso que prevalezca la opción de la izquierda la situación de los ciudadanos venezolanos se volverá aún más difícil.

Así que a nivel nacional debe prevalecer el sentido de la responsabilidad individual y colectiva de los actores para que la insostenibilidad económico-financiera no se vuelva en explosión social y tenga una salida democrática, ciertamente no perfecta, pero viable y aceptable como acercamiento a los valores y principios definidos por la Constitución, mientras que a nivel internacional deberá lograrse una consonancia de opiniones entre los expertos financieros y económicos y los estrategas militares y políticos de las superpotencias interesadas al continuismo de la coexistencia pacífica.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!