Bob Woodward, el mismo periodista de Watergate, publicó un libro, Fear: Trump in the White House, que destroza al presidente, quien, según los entrevistados, es un idiota, desequilibrado (John Kelly, jefe de gabinete), un hombre cuyo nivel de entendimiento es el de un colegial (James Mattis, ministro de la defensa), un mentiroso (John Dowd, ex abogado), mentiroso profesional (Gary Cohn, ex consejero económico), naturaleza errática, ignorante, incapacidad para aprender, opiniones peligrosas (un empleado anónimo de la Casa Blanca), un tuitómano que dispara misiles de 140 palabras desde su dormitorio, “taller del diablo”, según Reince Priebus (ex jefe de gabinete).

Debido a esta personalidad, observada y descrita por cercanos colaboradores, se explican muchas políticas y declaraciones que entrañan sorpresas y disgustos en el mundo entero. Como decía en un artículo anterior, Trump no entiende que sus manipulaciones de aranceles a ciertas importaciones van a declarar una guerra económica por las retaliaciones; su acción política interior y exterior ha despertado recelos, desconfianza, puede decirse que busca facilitar el dominio ruso de países de Europa Central, y llegar así hasta Europa Occidental, tal como proponen cierto ideólogos rusos argumentando que Europa es un continente decadente, débil, afeminado.

En publicaciones rusas con propaganda ultranacionalista afirman que conquistarán ese continente, como quiere hacerlo el islamismo radical en aumento, en Francia. Deduzco de toda su retórica incoherente que Trump ayuda a Rusia a lograr su ansiado sueño, Das grosse Traum, cual es restaurar el anterior imperio soviético sucumbido con la caída del muro de Berlín en 1989, de ahí la popularidad de Putin, a pesar de las dificultades políticas internas.

Es más, se explican sus desplantes contra la OTAN desde la juramentación como presidente, al decir que esta institución es obsoleta que Estados Unidos no puede seguir financiando en el porcentaje actual, por lo cual los Estados miembros deben compartir más los gastos, que Estados Unidos no se arriesgará en una guerra por pequeños países, como Bosnia, por ejemplo;

Recientemente en la cumbre de la OTAN repitió sus exigencias, insultó a Alemania, le reprochó el gasducto que se construye para abastecerse desde Rusia, y así con otros países; después se reunió, solo con Putin en Finlandia, únicamente con presencia de los intérpretes, surgiendo curiosidad por lo conversado, pero, sobre todo, inquietudes acerca de lo que ello pueda entrañar para la seguridad de Europa, mejor dicho, todos los arrebatos e incoherencias, ignorancia, limitaciones de entendimiento de Trump están arriesgando la cultura occidental, puesto que contribuye a disminuir la existencia de lo judeo-cristiano y favorece indirectamente al islamismo y la pretendida conquista rusa. Cunde en Europa ese temor.

A causa de este temor, el ministro alemán de defensa se reunió con su homólogo francés para tratar una cuestión tabú desde hace décadas, pero abiertamente propuesta por Berlín ahora. ¿Quiere acaso Alemania la bomba atómica? Con asiduidad, se hace la pregunta al ganar Trump. En efecto, desde el comienzo de la Guerra Fría, en 1947, Estados Unidos es el gran protector de Europa y particularmente de la antigua Alemania Occidental, pero ahora del país unificado en 1990, y con  este arsenal, con este paraguas, como dicen, nuclear, es como Estados Unidos ha alejado de Alemania, primero, a la URSS y luego a Rusia.

La señora Angela Merkel, canciller de Alemania, hace poco puso en duda públicamente la fiabilidad del “Gran hermano”, esto es, Estados Unidos, mal dirigido por un “presidente lunático”, que apoya a los populistas europeos, la ultraderecha. Aún más, Trump parece muy ligado al adversario militar principal de Europa hasta el presente: Rusia. Por ello, muchos proponen que Alemania se dote, de una u otro manera, del arma suprema, garantía última de soberanía: la bomba termonuclear. Por eso se sugiere a Francia que comparta con Alemania su bomba. Pero, esto tiene muchas implicaciones, por ejemplo, ¿va Francia a permitir el uso concertado de su bomba? ¿Va a consultar al canciller alemán antes de lanzar una ojiva? En realidad, este asunto se discute secretamente desde la Presidencia de François Mitterrand, quien parecía proclive a compartir.

¿Por qué nos interesan estos temas? Tal como se lo decía a mis alumnos de la UCV, del curso de postgrado Geopolítica del Petróleo, que yo había estudiado en Francia, como tema de mi tesis doctoral, en el Institut d’ Etudes Politiques, bajo la tutoría de los profesores Jean Claude Casanova y Pierre Hasner, Venezuela tiene un rol que desempeñar en esta crucial situación geopolítica mundial a causa de poseer la más grande reserva petrolera del mundo. Si hubiera una política exterior de Estado, no una chavista, debería tender hacia la defensa de la cultura occidental, no somos árabes, ni chinos, ni eslavos, somos cristianos, hablamos español, somos demócratas, buscamos la libertad; en consecuencia, tejer y profundizar una alianza con la Unión Europea, entrando en juego petróleo y gas, inversiones, equipamiento, construcción de infraestructura, etc.

Quiero decir, asegurar el suministro venezolano para eliminar la dependencia de Rusia y el riesgo de que esta le corte la provisión si Europa no apoya o disiente de líneas políticas de aquella, como ha sucedido, lo hizo con Georgia, le cerró la llave, y amenaza a Ucrania, Polonia. Máxime por el persistente conflicto en el Oriente Medio que puede interrumpir el flujo petrolero hacia Europa. Podríamos tomar ese mercado, es más seguro abastecer por la ruta del mar Caribe y el Atlántico. Mas, hay inconveniente, Rusia podría condicionar la venta de partes y nuevos armamentos para lograr mayor margen de maniobra en política internacional hay que salir de ese arsenal que nos sume en los intereses rusos.

Dijo el general presidente de Pdvsa que el petróleo no era un arma política, o que no debería utilizarse políticamente, deplorable, penoso, así de ignaro es. Deberían haberlo destituido. Eso no lo piensa ni un estudiante de Economía. La Cancillería sigue la política exterior de Cuba, se dedican a defenderse de acusaciones de violaciones reales de derechos humanos. ¿Qué estrategas son estos? A Venezuela la hunde una pseudoélite inepta, arcaica, corrupta, entregada a intereses foráneos. Mas, no creo haya una idónea en el Frente Amplio, donde no se preocupan por estos asuntos internacionales, estratégicos, a juzgar por el silencio e indiferencia. Ello explica en parte la crisis agobiante, que destruye. Pero Venezuela sí tiene la élite que la reconstruya inmediatamente. ¿Y cómo van a gobernar? Piénsenlo, hay mucho trabajo que realizar, si lo hacen comenzarán a concretar la República democrática, próspera, justa y en libertad.


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