Un equipo de cirujanos en China le trasplantó el pene de un cadáver de 22 años a un hombre de 44, o sea, un pene con 22 años menos de uso. El receptor, debido a un accidente, perdió las 3 cuartas partes de su miembro original y solo le quedó un toconcito de 4 centímetros.

El trasplante fue un éxito y el miembro del muerto se comportó como un campeón. A las dos semanas del implante, el hombre y su esposa regresaron al hospital para que lo dejaran como antes, ya que él sentía “rechazo psicológico” del órgano trasplantado. Hasta aquí la noticia. Ahora, mi análisis:

Si para un hombre normal a veces es complicado sacarlo del pantalón para hacer pipí, imaginemos las dificultades que tuvieron los médicos para reubicar con éxito un pene de un cuerpo a otro.

En Internet, hasta la foto del pipí donado encontré. ¡No es que era una cosooota asíííí! No. Era un bichito amarillo de unos 12 centímetros dormido. 4 del toconcito y 12 del donante. ¡16 centímetros dormido! Nada despreciable. Ya quisiera yo pa’ un día de fiesta.

Recreemos una situación.

Nuestro hombre llega tarde a casa con su pipí ajeno:

—¡Toooconcito Albelto! (así se llama el chino) ¿Dónde estabas? Seguro que andabas con tus amigotes comiendo lumpia y arroz frito especial.

Él, orgulloso y asustado, abre la bragueta del pantalón y le dice a su cuaima:

—Mamao (así se llama la china). No lo vas a creer. Mira…

—¡Toooconcitooo!, ¿por qué andas con el pipí de Yosilolegalo?

—¡Mamao!, ¿cómo sabes que de aquí para allá es de Yosilolegalo?

El matrimonio se convirtió en un infierno. Cuando Toooconcito hacía el amor con su esposa, doce centímetros eran cachos de Yosilolegalo. Me imagino la conversación poscoito:

—Toooconcito, nunca me habías hecho el amor así. Sentí algo… totalmente diferente –diría ella.

—¿O sea que te gustó, Mamao? –comentaría celoso– ¿Qué parte te gustó más?

Estoy escribiéndoles a estos médicos chinos para saber qué hicieron con el pedacito que sobró. Ojalá lo hayan metido en hielo, alcohol o algo así, porque puedo jurar que si me lo ponen, ni mis mujeres ni yo lo devolveremos. Hablé con el urólogo venezolano Dr. Humberto Berríos, experto en trasplantes, y con el cirujano estético Dr. Juan Manuel Fuentes para que, en caso de no poder ir a China, me hagan la difícil operación.


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