Terminar la usurpación es el primer objetivo en la agenda de Guaidó, seguido de dos puntos más: gobierno de transición y de elecciones libres, finalidades que han servido para la movilización nacional de los venezolanos, pero, aparentemente el régimen se presenta como más sólido al acentuar la represión, lograr repeler con cierto apoyo internacional una intervención militar extranjera y aceptar ayuda rusa de soldados y armas, que tienen sus implicaciones geopolíticas en el tablero mundial de las relaciones internacionales, sobre todo, porque el Sr. Putin desea reconstruir el antiguo imperio soviético en función de adherirse algunos países de Europa Central, como lo demuestra el caso de Crimea y la presión sobre Ucrania, al par que busca impedir que más países de esta región se hagan miembros de la OTAN. Muchas naciones de Europa Occidental y de toda Europa en general son ahora más dependientes de Rusia a causa de su política energética, creándose déficits en las balanzas de pagos de los países europeos a favor de Rusia que facilitan, entre otros, el financiamiento de su armamentismo y sus operaciones globales.

Cuando Putin envía dos aviones con soldados y armamentos a Venezuela está avanzando en el ajedrez internacional un peón que se mete en “el patio trasero de Estados Unidos”, en la región donde imperaba o impera la Doctrina Monroe, donde son pocas las dictaduras que ejercen gobiernos, esto es, en América Latina gobiernan democracias, que se ven amenazadas por la llegada de los rusos y su sistema político dictatorial, comenzando por apuntalar el desgobierno de Maduro y su intención no oculta, junto a Cuba, de expandirlo por América Latina. Ese peón avanzado hará que se plantee una negociación geopolítica entre Rusia y Estados Unidos, negociación donde ojalá juegue un poco el destino democrático de Venezuela.

Salir de la usurpación es un objetivo muy general que exige un análisis muy profundo, dadas las diversas estrategias y políticas que se pueden imaginar, todas con un rango de probabilidades atiborradas de mucha incertidumbre, de imprecisión política y de viabilidad, requiriéndose en cada una evaluar las condiciones de probabilidad en función de los apoyos, armamentos, financiamiento, de la logística en general con que cuenta cada estrategia para dar al traste con la usurpación, como primer objetivo de la agenda, pero, en torno a cada estrategia gira y condiciona la presencia rusa y la presión de Estados Unidos así como el Grupo de Lima y la Unión Europea; las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, que proporcionan cierto apoyo a las fuerzas democráticas, máxime después de las acertadas declaraciones de la Sra. Bachelet acerca del maltrato a los derechos humanos en Venezuela.

Salir de la usurpación es un objetivo bastante general plagado de incertidumbre dadas las diferentes estrategias, por ejemplo, se pueden enumerar las siguientes: 1. referéndum consultivo a la soberanía popular para que esta decida si Maduro continúa; 2. realizar un referéndum a mitad del período presidencial como lo establece la Constitución; 3. que Maduro renuncie por iniciativa propia debido a que carece del apoyo político indispensable para gobernar; 4.que Maduro renuncie por la presión internacional, diplomática y económica; 5. una rebelión popular que termine con su desgobierno; 6. un golpe cívico-militar auspiciado por parte de las fuerzas armadas; 7. una intervención militar extranjera; y 8. organizar elecciones libres y transparentes en un plazo perentorio y supervisadas por la comunidad internacional. Por eso, cuando se habla de este objetivo es necesario precisar el cómo. Cuando algunos dicen “salir de la usurpación” se refieren, en parte, a estas ocho opciones, por lo cual se impregna de vaguedad, indefinición. Cada una tiene sus costos y beneficios y su viabilidad política.

Terminar con la usurpación es un objetivo muy amplio que precisa muchas estrategias, como se dijo, todas las cuales, salvo la intervención militar foránea, facilitan la permanencia de Maduro en el poder por un tiempo considerable, lo cual es un triunfo político si logra evadir la intervención militar y situarse en salidas presuntamente democráticas producto de una negociación global entre los cuatro actores fundamentales: Estados Unidos, Rusia, Grupo de Lima y Unión Europea, negociación que se prolongará en el tiempo a la par que se extiende la miseria en Venezuela debido a la permanencia del desgobierno de Maduro, dada su insistencia en ejecutar una pretendida agenda bolivariana que ha desguazado el tejido social y económico. No veo la intención de estos cuatro actores de sentarse a conversar lo antes posible, como lo requiere la urgencia de la crisis venezolana.

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@psconderegardiz


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