Apenas se conoció la información del terremoto registrado el viernes en la madrugada en México, la etiqueta #TacoLaArepaEstaContigo se posicionó en el puesto número uno del TT nacional. Fue la respuesta de los venezolanos a la solidaridad expresada desde el país del norte con el hashtag #ArepaElTacoEstaContigo, ante la ola de represión que hubo en el país desde abril hasta agosto de este año, con un saldo de 129 asesinados.
Aunque los efectos devastadores del sismo que se produjeron en las entidades cercanas a Guatemala, incluido el petrolero estado de Tabasco, donde hace vida una importante colonia de compatriotas, la capital de México sufrió el movimiento y alborotó los recuerdos entre quienes sobrevivieron al terrible embate telúrico de 1985, que dejó un saldo impreciso de entre 3.000 y 20.000 muertos.
El periodista zuliano Luis del Villar, quien reside temporalmente en el Distrito Federal, relató que el temblor se registró minutos después de que había terminado el concierto de la cantante estadounidense Gloria Gaynor en el Pepsi Center WTC, donde –ironías de la vida o capricho del destino– interpretó su infaltable éxito “I Will Survive” (Sobreviviré).
Al comunicador lo impresionó la magnitud del movimiento, pero, sobre todo, el comportamiento cívico de los mexicanos, quienes atendieron los llamados de las autoridades a conservar la calma antes de desalojar el recinto, así como la inmediatez con que los rescatistas tomaron el control de la situación. El público esperó con resignación hasta que llegó la instrucción de evacuar. Destacó las consecuencias positivas que producen los constantes simulacros que se realizan y la educación ciudadana de quienes están preparados para reaccionar frente a fenómenos naturales.
También comentó el sentir generalizado de que si el epicentro del terremoto hubiera sido más al norte, la ciudad estaría lamentando una tragedia de dimensiones indescriptibles, por la densidad poblacional y por la intensidad de 8,1 en la escala de Richter.
Todavía es prematuro hablar del lamentable saldo del evento, por la labor de remover los escombros y censar a las víctimas. Pero un país en orden tiene los recursos para recuperarse de este tipo de situaciones con el menor trauma posible. ¿Qué pasaría si le tocara el turno a Venezuela? Choroní y Valencia son más que elocuentes. Aquí, We Will Survive por designios exclusivos de la divinidad.