El país ya no aguanta más. Niños que mueren de desnutrición. Ancianos que comen de la basura. Pacientes que mueren en los hospitales públicos porque simplemente les falta oxígeno o no tienen medicamentos. Venezolanos que son asesinados por la delincuencia en las calles, avenidas, barrios o urbanizaciones, sin distinción de sexo o condición social.

Una inflación que se mueve al ritmo del llamado dólar paralelo, y cuyos “aumentos salariales” se convierten en espejismos monetarios. El trabajador ha quedado en inmensa minusvalía ante un gobierno que poco o nada hace para detener la inflación, en virtud de que las “medidas” que ejecuta terminan, como se dice en criollo, “siendo peor el remedio que la enfermedad”.

Asimismo, tenemos funcionarios y militares que, colocados en funciones de máximo poder y toma de decisiones, solo establecen su praxis en beneficio propio y en desmedro de la población. La corrupción es la única bandera que ejecutan. O sea, si alguien tiene como responsabilidad dotar de insumos médicos y medicamentos a toda la red asistencial del país, eso no es prioritario. Lo prioritario es ver cómo a partir de las compras de tales productos quedan jugosas comisiones en las cuentas de determinados directivos. Ni hablar si se trata de la construcción de obras públicas. Bastaría ver el caso de Odebrecht en Venezuela, para ver cómo se pagaron obras, donde apenas se llegó a colocar la llamada “primera piedra” porque el resto de las piedras ni siquiera aparecieron, y si alguna apareció fue precisamente para tapar la primera, de manera tal que no quedara rastro alguno de obra en inicio o posible ejecución.

Tenemos un gobierno que nos habla de construir un “socialismo”, irónicamente esperando que se desaten los precios del neoliberalismo salvaje en el mercado petrolero. ¿Es posible comprender la construcción de un nuevo sistema económico, “de justicia social”, según ellos, jodiendo a los demás con los precios de la principal fuente de energía? La verdad, parece algo extraño y hasta cierto punto antiético y fuera de normas morales. Pero bueno, tal vez por ello nuestra empresa petrolera, si en algo ha logrado crecer ante la disminución de la producción de crudo, ha sido en multiplicar la corrupción, al punto de que prácticamente no existe directivo que se haya salvado de la vorágine del dinero mal habido, que en compañía de sus socios al parecer quedaron libres de pecado.

Tenemos gobernadores y alcaldes que no son responsables de ninguna acción en la debacle del país. ¡Total! Siempre hay a quien echarle la culpa. Por ejemplo, en Nueva Esparta su gobernador prometió acabar con la delincuencia, empleando el satélite Simón Bolívar para identificar la ubicación de los malandros y asesinos, y ahora hasta se escapan los adolescentes infractores de su espacio carcelario. Es tal el desastre de los llamados privados de libertad en Margarita, que hasta la cárcel fue cerrada porque los pranes hicieron una demostración pública de todo su arsenal. Y si vamos al otro extremo de decisiones, en este caso, aquellas de carácter religioso y cultural, el mismo gobernador que también prometió “honrar” a la feligresía de la Virgen del Valle con la “construcción” de un templo Votivo, y no le alcanzaron cuatro años, sino para hacer tres columnas, no encontró mejor excusa que decir que por culpa de las “guarimbas” no terminó el susodicho templo. Digamos que si en ambos casos el gobernador miente, el hecho de lanzar la primera piedra contra otros, ya lo libró de pecado.

Ahora existe una “constituyente” que da para todo. Es decir, si a usted no le alcanza el salario ¡Quédese tranquilo! Porque la “guerra económica” tendrá en los “constituyentistas” a sus gladiadores. Bastará cualquier decreto de que la inflación “no existe” o que los huevos serán vendidos en 420 bolívares por cartón, como lo sugirió en su momento el actual canciller,  para que las complicaciones en tales áreas desaparezcan, aunque el ex  ministro de Economía, y ahora parte de esos, más de 500 comprometidos “constituyentistas”, Jesús Faría diga que no tienen “varitas mágicas” para los problemas económicos. De hecho, que también en su paso por la Cancillería, la actual presidente de esa “constituyente”, Delcy Rodríguez, haya dicho que Venezuela podía alimentar a tres países, pero en este momento no puede comprar comida ni siquiera para nosotros, es parte como todo lo narrado de un complot de infidelidades políticas; verbigracia, acciones que son causadas por “traidores a la patria”, quienes muy pronto pagarán por sus “crímenes”, pero mientras llega ese momento, solo debemos ser “pacientes y comprensivos” hasta que el madurismo pueda “vencer” semejante conjura nacional e internacional

¡Claro! Ellos se sacrifican en justa medida enviando a sus hijos a estudiar en países capitalistas como Australia, Francia, España, Estados Unidos, Brasil o Argentina y, por supuesto, hospedándose y comiendo en los más exóticos y costosos hoteles y restaurantes del mundo. Y si en ese interín, usted o los suyos ni siquiera encuentra una harina de maíz para preparar una arepa para su familia, o lo atracan en una parada de autobús, o no encontró acetaminofén para uno de sus muchachos, ni en maticas como dijo la susodicha aquella que se fue para Europa. O donde vive desde hace meses no llega el agua o falla a cada momento la electricidad, mientras las moscas se adueñan de su casa porque el servicio de aseo urbano desapareció del sector donde reside ¡No se afane! Recuerde que estamos en una “revolución” en la que sus dirigentes jamás cometerían errores, ni mucho menos “traiciones contra el pueblo”.

Si por alguna razón, el pueblo donde usted vive también es afectado por un fenómeno natural, llámese inundación, sismo o algo parecido, todo estará bajo control. Lo más probable es que la primera decisión presidencial sea el otorgamiento de cinco millones de dólares para quienes han sido víctimas de la inclemencia del tiempo o los movimientos telúricos. No desespere si pasan los días y no aparece la ayuda oficial, recuerde que bastará tener el “carnet de la patria” para que usted esté en la lista de los que solo desean el bienestar del país, porque lo importante es tenerlo contabilizado como potencial votante en la cuenta de la revolución madurista.

Por favor, si llega a escuchar o leer que algunos despechados o denominados “disidentes”, se atreven a decir que Maduro, sus ministros o la “constituyente” solo quieren perpetuarse en el poder, a costa del hambre, la pobreza y la miseria de los venezolanos ¡No hagan caso! Esos son unos “coños de madre” que solo buscan generar el odio en la población.

Si llega a ver en las noticias de farándula a la mujer que fue la culpable de que un militar le haya montado los cachos a su consorte, quien es una reconocida animadora de televisión, y la ex esposa de este dice que “no le importa” lo que haga el prusiano porque hace tiempo se habría divorciado del supuesto “cacheroso” (como llama el gobernador de Nueva Esparta a los militares), no siga ese ejemplo en el campo de la relación revolucionaria, es decir, aunque piense que entre el madurismo y el pueblo de Venezuela existe una relación matrimonial en la que el primero agrede constantemente a la segunda, golpeándola, acosándola, atormentándola, denigrándola y destruyéndola, incluso hasta llevarla a la muerte, y usted  ha pensado en abandonarlo, solo deje que la infidelidad se siga moviendo en el campo del barraganato madurista.

En el medio de tanto desastre político, económico y social, las horas del gobierno se acercan a su final, pero mientras llega esa hora, Maduro no tiene sustituto para la candidatura presidencial en el seno del Partido Socialista Unido de Venezuela. Tal vez por ello, la cúpula del partido oficialista intenta neutralizar a Cabello, sabiendo de antemano que con él, la derrota no solo estaría garantizada, sino que correrían el riesgo de terminar por desaparecer como corriente partidista.

Por ahora, la inminente salida de Maduro obliga al PSUV a buscarle un sustituto en la candidatura de unas elecciones presidenciales que por más que quieran no podrán evitarla ante el colapso económico del país. En todo caso, Cabello tampoco cuenta para ese festín ¿Será por ello que preparan a Delcy Rodríguez desde la “constituyente”? ¿Qué dicen los maduristas?


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!