Las especulaciones siguen arropando el panorama de la belleza nacional. Hasta la fecha, ninguna de las partes (ni Osmel Sousa ni la Organización Miss Venezuela) ha dicho “esta boca es mía”, en relación con los planes trazados para el futuro. La ausencia de información oficial es perfecta para la difusión de cualquier cantidad de hipótesis que solo se convertirán en teoría cuando aparezcan las decisiones adoptadas. Mientras tanto, la rumorología hace de las suyas.
Por un lado, la estructura dependiente de la Organización Diego Cisneros se mantiene acéfala. Algunas voces aseguran que se frenó el casting de Míster Venezuela 2018, igual que todo lo relacionado con los regionales. Otras señalan que el concurso femenino podría estar cerca de su desaparición, porque la coyuntura se agrava por la falta de presupuesto, tanto para producirlo como para costear las franquicias internacionales. Y hay quienes afirman que desde Venevisión han tratado de tender puentes con el zar. Simultáneamente, continúan barajándose nombres como posibles presidentes de la Organización Miss Venezuela.
Por otro lado, Osmel mantiene el silencio. Chismes de pasillo señalan que, después de pasar carnaval en Río de Janeiro, hará un toque técnico en Caracas y viajará a Nueva York. Al regreso, despejaría las incógnitas, tratando de ganar tiempo para que la otra parte hable primero y descubra sus intenciones.
Sin embargo, esa visita a la ciudad de los rascacielos puede sonar sospechosa. ¿Por qué? Porque una de las versiones vinculada con los próximos pasos del hacedor de reinas asegura que ya cuenta con el financiamiento para montar una nueva estructura, gracias al apoyo de un importante empresario (ajeno a los colorados), y que pretende quedarse con los derechos de Miss Universo, organización que, adivinen dónde tiene oficinas, pues sí, en la ciudad mencionada más arribita. Además, tras bastidores se multiplican los nombres de quienes están dispuestos a seguir a Sousa en cualquiera sea la aventura que emprenda.
Toda esta incertidumbre, sumada a lo que sucederá de aquí al 22 de abril, cubre con un manto de tristeza los 65 años del Miss Venezuela. Porque si bien es cierto que la belleza de la mujer criolla no desaparecerá del mapa, había una vez una institución que resultaba ejemplar por sus logros y que ahora podría morir, irónicamente, en manos de un missólogo.