Las siete líneas “estratégicas” del Plan Nacional Simón Bolívar para el período 2012-2017 fueron:

1- Nueva ética socialista.

2- Suprema felicidad social.

3- Democracia protagónica revolucionaria.

4- Modelo productivo socialista.

5- Nueva geopolítica nacional.

6- Venezuela potencia energética mundial.

7- Nueva geopolítica internacional.

Llegados al 31 de diciembre de 2017 ustedes conocen ya cómo terminó la cosa con la nueva ética socialista: hiperinflación con depresión económica, escasez, crimen, corrupción, violación reiterada de derechos humanos, colapso en los servicios públicos, particularmente en el suministro de electricidad, gas y agua, y aislamiento internacional creciente.

A inicios de año 2018, el 15 de enero, durante el mensaje anual de Nicolás Maduro a la nación, conocimos las cinco líneas estratégicas del gobierno para el desarrollo económico en 2018:

1. Ataque a la inflación con apoyo de la Gran Misión Abastecimiento Soberano.

2. Recuperación integral de Pdvsa.

3. La estabilización del nuevo Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom).

4. La consolidación del apoyo de todos los sectores sociales y económicos del país.

5. La iniciativa de la criptomoneda petro.

Pues bien, corridos 5 meses y 24 días del año 2018, la situación venezolana se encontraba estable en el empeoramiento: el petro nació muerto y ninguna de las 4 líneas estratégicas restantes había logrado siquiera algún éxito digno de mencionarse.

Recientemente, el viernes 25 de mayo, conocimos del presidente “reelecto” las “nuevas” seis líneas estratégicas de trabajo para “la paz y la prosperidad”. Unas líneas sumamente creativas, tal y como ustedes mismos seguidamente evidenciarán:

1. Diálogo, pacificación y reconciliación.

2. Producción de riquezas y satisfacción de necesidades.

3. Lucha renovada y frontal contra todas las formas de corrupción. Surgimiento de una nueva ética patriótica y ciudadana. Nueva ética social, económica. Lucha contra el minimalismo, el burocratismo y la corrupción.

4. Fortalecimiento y ampliación de los logros del poder popular del sistema de protección y seguridad social. Lo nuevo en la educación pública. En la salud, estabilidad laboral, empleo, bonos, vivienda, servicios. Carnet de la patria.

5. Defensa de Venezuela desde todos los espacios, por parte de todo el que se sienta patriota, frente a los ataques del imperialismo y el bloqueo de Estados Unidos. Defensa de las instituciones. Enfrentar las conspiraciones. Defensa de nuestra integridad y nuestro derecho a la paz.

6. El socialismo. Ratificar el rumbo de Venezuela. Nuestro socialismo, bolivariano, chavista, humanista y multidimensional.

Finalizado septiembre de 2008 y según Steve Hanke y Alex Kwok (“On the Measurement of Zimbabwe’s Hyperinflation”, Cato Journal, Vol. 29, No. 2, 2009) la inflación puntual anual de Zimbaue fue de 12.000%. 2 meses después, allá mismito en Zimbaue, la inflación alcanzó la cifra de los 79.600.000.000%.

Nosotros aquí en Venezuela tenemos ya una inflación muy similar a la de Zimbaue en septiembre de 2008: finalizado el mes de abril y según el Cendas-FVM, la canasta básica familiar arrojó una inflación puntual anual de 11.338%.

El caso es que lo sucedido en Zimbaue, aunado a las seis líneas estratégicas de trabajo para la paz y la prosperidad, nos suministran una buena idea de lo que sucederá en nuestra destruida Venezuela en los próximos meses.

La ley de Murphy fue enunciada por Edward A. Murphy Jr. (1918-1990), quien trabajó en experimentos con cohetes sobre rieles puestos en práctica por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1949. Dicha ley constituye un enunciado prudente que invita a adoptar un diseño defensivo y precaucional frente a los riesgos inminentes en diversas situaciones y ámbitos.

Su enunciado formal es “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Sin embargo, en el contexto venezolano y enmarcada dentro de un realismo no reñido con la ironía, otra forma de enunciarla es “sonrían… mañana será peor”.

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