Con la industria de los celulares inteligentes o smartphones está ocurriendo lo que ya experimentó la industria de los computadores personales: si no se escoge la última tecnología, el último chip multinúcleo, se puede obtener un producto bastante accesible y con un rendimiento suficiente para nuestros requerimientos.

El resultado de esta sobre-oferta de tecnología es una mayor disponibilidad de modelos de rango intermedio o incluso rango alto, a precios bastante más atractivos que los modelos estandarte de cada gama.

Vamos a los detalles: un iPhone 7 con la máxima configuración de memoria y de almacenamiento, o un Samsung Galaxy S8 de máximas prestaciones, para mencionar los modelos vigentes de dos de los fabricantes líderes, tienen precios superiores a los 1.000 dólares. Sabemos que es un nivel de precios que corresponde a los modelos más recientes, justamente los que son más comentados y puestos a prueba en las publicaciones especializadas.

Ahora bien, las 10 aplicaciones que usa la gran mayoría de los usuarios —en toda la gama de smartphones— son las mismas. No hay diferencias si se abre Facebook en un iPhone 7, en un Galaxy S8, en un Android LG, Huawei, ZTE o Lenovo. Los usuarios tienen casi la misma experiencia de uso con un smartphone de 400 dólares que con uno de 1.000 dólares.

Bits y bytes

Hardware ágil

Como ejemplo podemos considerar el ZTE Axon 7, que cuesta unos 400 dólares. Este smartphone usa un procesador Qualcomm Snapdragon 820e que está en muchos smartphones de alto rango liberados en 2016. Trae además 4GB de memoria RAM y 64 GB de memoria de almacenamiento, pero puede aumentarse ese límite a través de tarjetas de ampliación micro SD. La pantalla es Amoled de alta resolución, tiene detector de huella digital y cámaras de buen rendimiento. Pese a ser de penúltima generación satisface todos los requerimientos de un usuario promedio.

Esta configuración es bastante estándar, y es ofrecida por Google, Samsung, HTC, ZTE, Lenovo, Huawei o case cualquier otro fabricante de smartphones Android. Y los precios de estos modelos intermedios tienden a bajar. Un teléfono de especificaciones similares, con los componentes mencionados podría costar unos 300 dólares en 2018.


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