En días pasados visitó el país el experto independiente para la promoción de un orden internacional democrático y equitativo, el señor Alfred de Zayas, la única visita de un mecanismo del sistema de protección de las Naciones Unidas aceptada por el régimen venezolano en los últimos años. Al finalizar su misión dio unas declaraciones que adelantan el informe que en marzo de 2018 presentará al Consejo de Derechos Humanos, declaraciones cuyo contenido y contradicciones no deja de preocupar y de sorprender al más inocente.

Es lamentable que un experto independiente de Naciones Unidas, con un mandato específico, actúe en forma dependiente y parcializada, coincidiendo con las posturas políticas e ideológicas del Estado receptor, Venezuela en este caso, sin considerar la realidad nacional, complaciendo a sus anfitriones. Impropio, simplemente impropio de un mecanismo o procedimiento del sistema de protección de los derechos humanos de las Naciones Unidas.

Lo primero que debe aclararse es que el experto independiente tiene un mandato preciso, establecido en la resolución A/HRC/RES/18/6, (parr.14) del 13 de octubre de 2011, que define sus labores, las cuales parece haber olvidado o confundido. El experto debe definir, según esta resolución, los posibles obstáculos a la promoción y protección de un orden internacional democrático y equitativo; determinar en cuanto a ello las mejores prácticas a escala local, nacional, regional e internacional; concientizar sobre la importancia del tema; trabajar, en cooperación con los Estados, para fomentar la adopción de medidas adecuadas para ello; trabajar en estrecha coordinación con las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, otros procedimientos especiales del Consejo de Derechos Humanos, las instituciones financieras internacionales, así como con otros actores pertinentes; integrar en su labor la perspectiva de género y de la discapacidad; informar periódicamente al Consejo de Derechos Humanos y a la Asamblea General de conformidad con sus respectivos programas de trabajo y apoyar el refuerzo y la promoción de la democracia, el desarrollo y el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales en el mundo entero.

Lamentablemente, las declaraciones del experto De Zayas se centraron en otros aspectos ajenos a su mandato, materias competencia de otros mecanismos del sistema. Sus lamentables declaraciones fueron las mismas que utiliza el régimen bolivariano para justificar las violaciones de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los venezolanos.

Convivió el señor De Zayas con la ilegítima e ilegal asamblea nacional constituyente, en desprecio a uno de los poderes fundamentales del Estado, la Asamblea Nacional, la institución depositaria de la voluntad popular, esencial al sistema democrático; y a la violación generalizada por el régimen de Maduro de la Constitución Nacional, hecho constatado por la comunidad internacional y por instituciones internacionales muy serias, como la Unión Europea y Mercosur, amén de muchos gobiernos incuestionablemente democráticos de la región y del mundo, que han constatado la evidente ruptura del hilo constitucional o el abandono de la democracia en el país.

Olvidó el señor De Zayas que no puede haber democracia con un sistema electoral parcializado y no independiente, sometido al Ejecutivo, una suerte de Ministerio Electoral al servicio de un grupo y de una ideología; menos aún puede haber democracia, lo que no vio tampoco De Zayas, con presos políticos, muchos sometidos a tortura y otros tratos degradantes, como política sistemática del régimen de Maduro. Olvidó también De Zayas la discriminación política a la que se ha sometido al pueblo venezolano, hoy dividido gracias a las criminales políticas oficiales de un régimen decadente, una especie de apartheid político, esa práctica inhumana y odiosa que separa y castiga a una parte de la población, en este caso a quienes han osado pensar distinto. No dijo nada tampoco el experto independiente acerca del Poder Judicial, del tribunal ilegítimo designado a la carrera por la Asamblea Nacional que entonces sí era una institución de Estado porque estaba integrada por mayoría oficialista.

Olvidó muchas cosas De Zayas para referirse a los temas mediáticos, los que parecen fascinar a los dirigentes bolivarianos y a los que se divierten con el juego macabro de la política en Venezuela. Repitió lo de la guerra económica, como si fuese cierta; y se refirió de nuevo a las sanciones adoptadas por algunos Estados, por la Unión Europea y otras instituciones ignorando que el derecho internacional contemporáneo permite a cualquier Estado, incluso al no lesionado directamente, adoptar contramedidas cuando otro Estado viola normas fundamentales de derecho internacional, como las relativas a la democracia y a los derechos humanos y que esas medidas, traducidas en nuestro caso en sanciones individuales dirigidas a violadores de derechos humanos y funcionarios incursos en crímenes internacionales y en delitos transnacionales muy graves, son presiones legítimas para exigir al Estado que cese en esas violaciones, asegure que no se repetirán y proceda a la reparación debida.

Olvidó muchas cosas De Zayas y habló mucho de otras. Vamos a ver el informe que presentará al Consejo de Derechos Humanos en marzo del año próximo, que probablemente haya sido elaborado antes de iniciar su visita al país.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!