Hace poco más de una semana el desgobierno que rige el destino de los tan maltratados venezolanos anunció la panacea, la solución total a su imaginaria guerra económica: otra reconversión monetaria que es realmente, como lo han dicho ya los expertos en el tema, la estocada final sobre todo al pequeño empresario, al comercio, en fin, otra puñalada más al ciudadano.

Ya comienza a notarse que la solución ofrecida no es tal, todo lo contrario. Ahora, como dirían en el llano, “a comprar alpargatas que lo que viene es joropo”. El régimen de Nicolás y su combo, como es lo normal, no admite su carencia de ideas constructivas (destructivas las tienen de sobra) y aplicaron algo de lo que a vivas voces se sabían las consecuencias, pero entonces ¿por qué lo aplicaron? ¿Para ganar tiempo? ¿Reconocer el valor real del dólar? Realmente la utilidad de esta sinrazón es el uso del último elemento de control al ciudadano… el carnet de la patria.

Con este carnet como instrumento de control se pretende llevar al individuo a la sumisión total, canalizando a través de él todo el movimiento económico (dinero), además de dar la información de por ejemplo cuánto cobras, quién te paga y cuándo. Entubar todo a través de dicha  tarjeta es vital para lograr el control definitivo de las personas. A las pruebas me remito para quienes duden de esto: subsidio a la gasolina, pago de pensiones, pago de sueldos y todo aquello que deseen agregarle. Esta idea tan maquiavélica realmente no es de Maduro (para variar), ya venía cocinada por Chávez, solo que la vendía como la nueva cédula del venezolano y a fin de cuentas lo que buscan con el carnet es reemplazar nuestro sistema de identificación… más control.

En este escenario buscaremos la solución, reaccionaremos finalmente para producir el cambio necesario o solamente nos quedaremos expectantes a ver cómo se soluciona todo solo y mientras, nos quejaremos individualmente sacándoles la madre a los tiranos, cuando sabemos en el fondo que somos culpables también por no alzarnos juntos y poner fin al problema que tenemos en común.

Ser partes activas para lograr la salida de este régimen nefasto (si se les deja, acabarán con la vida de todos) es primordial para lograr el cambio de rumbo, lograr una transición para luego comenzar la transformación del Estado, es la hoja de ruta, es el camino para la mejor Venezuela. Pero lo primero es sacarlos y por eso “que hable la calle, que hable con gente”, todos unidos podemos.

Fuerza y fe.

@DiazEstebanez

 www.maximodiaz.com


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