La semana pasada, los venezolanos recibimos el impacto demoledor de una hiperinflación que no se detiene, que a medida que pasan los días sus consecuencias devastadoras se reflejan en el aumento de manera acelerada de la pobreza extrema de la gran mayoría de los ciudadanos de a pie, de todos aquellos que suman y aumentan esfuerzos con su trabajo para poder sobrevivir junto al núcleo familiar que los rodea.

Un aumento salarial, de muchos, que como medida populista ha concedido  este “gobierno” con las consecuencias esperadas porque el referido “aumento” se diluye inevitablemente en horas o minutos ante los precios exorbitantes e inalcanzables de los productos básicos relacionados con la alimentación y  la salud, por resaltar dos de ellos, debido al hecho de ser aspectos fundamentales para la supervivencia de los seres humanos.

En esta Venezuela que lucha por no someterse a un régimen que se identifica con el modelo de ideología comunista-cubano, objetivo final de este régimen a nuestro parecer, los venezolanos viven el día a día pensando cómo sobrevivir envueltos por una gran ansiedad  e incertidumbre, ante la imposibilidad de adquirir oportunamente los escasos productos alimenticios y las medicinas, con el fin de subsistir en esta situación tan caótica que está llegando a los extremos de considerarla a corto plazo como insostenible e inviable. Y es que parece que el objetivo primordial del “gobierno“ es llevar al país a una  ruina total, por supuesto conservando los privilegios de esa cúpula de poder que por nada del mundo piensa conceder lo que en casi 20 años a base de corrupción y de la conculcación de la mayoría de los poderes, ha logrado.

No podemos olvidar la instalación de un organismo espurio, fraudulento e ilegal como es la asamblea nacional constituyente, ya que violando de manera descarada el artículo 347 de la Constitución vigente, obviaron  consultar al pueblo de Venezuela, como depositario del poder constituyente originario, si aceptaba o no esta asamblea. De manera descarada y a través del poder electoral claramente sumiso y adepto al “gobierno” se fue directamente a la elección totalmente fraudulenta de esta ANC, tratando de convertirla en un poder supraconstitucional. Mientras, el país sigue en una progresiva debacle abarcando todos los aspectos desde el punto de vista económico y social, el acceso a la salud está negado a nivel público y privado.

Hemos reiterado el profundo deterioro de los centros de atención públicos de salud, hospitalario y ambulatorio, la grave escasez de medicinas y los altos precios de las que se consiguen. La salud privada es inaccesible debido a los  costos exorbitantes, y la cobertura financiera de los seguros de hospitalización ya no es suficiente. El colapso de los servicios públicos se suma a esta caótica situación, la crisis de suministro de agua se ha extendido a todo el territorio nacional, así como las fallas eléctricas, inclusive en edificaciones hospitalarias, que en su mayoría no tienen capacidad de respuesta con las plantas eléctricas de emergencia,  lo que  hace cada día más difícil la atención al paciente.

El deterioro de la economía se profundiza cada vez más. En fin, la calidad de vida del venezolano de a pie, que es la mayoría, se merma de manera acelerada sin la esperanza de que algún día pueda recuperarse. No obstante, estamos presenciando una campaña presidencial en la que ninguno de los candidatos habla de la crisis humanitaria de salud, de los altos niveles de pobreza extrema, del sufrimiento de los venezolanos, tanto niños como adultos. Vemos con absoluto asombro cómo el candidato oficialista responsabiliza a la “guerra económica” de todos los males que agobian a Venezuela. Después de 20 años de revolución “promete solucionar” los serios problemas que esa susodicha  revolución ocasionó ¿Quién  se va a creer esto? Sabemos cuáles son las verdaderas intenciones. La consolidación de una hegemonía de poder a semejanza de la cubana. El candidato que resulte electo será ilegitimo de origen, aunque ya pudiéramos predecir cuál será el resultado. Nada puede ser legitimo si la convocatoria surge de una ANC ilegitima y un poder electoral de naturaleza fraudulenta. Mientras tanto, en medio de este dramático escenario político, una  hiperinflación desenfrenada, que no han querido detener, nos agobia. Todo lo anteriormente expuesto nos hace presumir casi de manera inequívoca que de seguir este escenario es indudable que Venezuela se encaminará de manera imparable hacia una situación insostenible e inviable con consecuencias imprevisibles para todos.


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