Me preguntaban en una conferencia:

—¿Qué pasa si Estados Unidos decide aplicar sanciones a las compras de petróleo a Venezuela?

Respondí:

—¿Qué pasa si Venezuela se queda sin petróleo para exportar a Estados Unidos?

Suena casi descabellado, pero veamos lo que ha venido ocurriendo:

Cuando el presidente Chávez llega al poder, en 1998, la producción petrolera de Venezuela alcanzaba alrededor de 3.400.000 barriles diarios. De haberse completado la apertura petrolera, que ya estaba en marcha, la producción petrolera del país hubiese alcanzado en pocos años los 5 millones de barriles diarios; sin embargo la revolución, adversa a aquel proceso, hizo todo lo necesario para frustrarlo y lo logró.

En lugar de 5 millones de barriles diarios, la OPEP nos informa que, según “comunicación directa con el gobierno”, la producción venezolana correspondiente al mes de diciembre de 2017 fue de apenas 1.621.000 b/d. El mismo informe presenta una caída de nuestra producción de 216.000 barriles diarios en diciembre, 118.000 b/d en noviembre y 130.000 b/d en octubre.

Las cifras anteriores muestran una situación catastrófica en nuestra principal industria. A lo largo del año 2017 la producción petrolera de Venezuela se vino abajo en 649.000 barriles por día, lo cual representa casi 40% en un solo año. Para entender la magnitud del drama, basta decir que a partir de la nacionalización Venezuela demoró 20 años aproximadamente en aumentar su producción petrolera en una cifra equivalente a la que los “rojos rojitos” tumbaron en apenas un año. ¡Válgame Dios!

Por otra parte, los precios del petróleo se recuperaron a lo largo del año 2017, lo que podría atenuar la gravedad de la situación; en efecto, el precio del crudo marcador Brent pasó de 55 a 68 dólares por barril. La cesta venezolana alcanzó 61,35 dólares por barril, cerca de 5 dólares adicionales.

Hay 2 tristes consideraciones que deben hacerse al respecto. La primera es que en buena medida el referido aumento de precio es atribuible al hecho de que los mercados consideran que la OPEP está respetando los recortes de producción a los cuales se había comprometido. Lamentablemente, el país que está recortando dentro de la OPEP es fundamentalmente Venezuela. Basta un ejemplo: solo en el mes de diciembre cuando nuestra producción cayó en 216.000 b/d, Arabia Saudita (el mayor productor de la OPEP) aumentó la suya en 80.000 barriles diarios. El espacio que estamos dejando vacío en los mercados lo están ocupando otros.

El efecto neto del aumento del precio en nuestro caso es negativo. Veamos: suponiendo que la totalidad de la producción fuese exportada (que no es cierto), estaríamos recibiendo 5 dólares más por cada uno de los 1.621.000 b/d que producimos: ingreso adicional, 8.105.000 dólares diarios. Pero estaríamos dejando de recibir 61,35 dólares por cada uno de los 649.000 b/d que ya no producimos: Caída de ingreso, 38.816.150 dólares diarios. Si lo multiplicamos por 365 días entenderemos la magnitud la debacle.

Pero regresemos al tema inicial: nuestras exportaciones petroleras hacia Estados Unidos. Para 1998, cuando Chávez ganó las elecciones, nuestros envíos a esa nación del norte eran de aproximadamente 1.800.000 barriles por día. Éramos el primer abastecedor externo de hidrocarburos de Estados Unidos e históricamente el más seguro.

Ahora bien, según cifras de la EIA (US Energy Information Administration), las exportaciones petroleras de Venezuela hacia Estados Unidos cayeron a 416.000 b/d en 2017, es decir, cerca de 80%; pero el grueso de los dólares que aún recibimos vienen de allí. Venezuela cambió el mercado americano por otros en Asia, fundamentalmente China, donde, por cierto, es difícil competir por simples razones de geografía y distancia.

De mantenerse tan brutal derrumbe no es descartable que a lo largo de 2018 nuestra producción petrolera pudiese disminuir en términos dramáticos. Dudo que tal caída pueda detenerse vía “manu militari”. Tendríamos entonces que formularnos la angustiosa interrogante planteada al comienzo de estas líneas:

¿Qué pasa si Venezuela se queda sin suficiente petróleo para mantener sus exportaciones a Estados Unidos?


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