El primero, en 1810, fue un acto inicial de liberación incompleta, para que los descalzos reunidos en Jueves Santo frente a la Catedral de Caracas, obedecieran la señal disidente de mandatarios criollos que desconocían al impuesto nuevo rey bonapartista del imperio español representado por el Capitán Emparan. Sólo el 5 de Julio del siguiente año, se concretó la firmada Declaración de Independencia. Detalles de ambos sucesos se analizan y polemizan hasta hoy.
Este segundo 19 de Abril ,al contrario, pudiera iniciar de una vez el nuevo ciclo de liberación cierta, corte del nudo gordiano, si junto a marchas y concentraciones como siempre obstruidas criminalmente por la cúpula militarista del Fuerte Tiuna y sus aliados palaciegos, tiene soporte de la masa disidente representada en organizaciones, grupos antiguos y nuevos que desobedezcan al ilegal desgobierno chavista.
Está claro. La solución de la tragedia venezolana no se resolverá por vía electoral ni jurídica mientras exista la Sala In-constitucional, creada como novedad inocente y decente por la Constitución de 1999. Ese equipo de netos militantes oficialistas incrustado en el Poder In-judicial hace fraude o bloquea cada intento electoral que vigilado por veedores internacionales impecables permita recuperar la esencia independista republicana. Ya lo hace al violar leyes de sufragio y desacatar todos los derechos de la Asamblea Nacional. Sin escrúpulos, manipulan ese laberinto pseudo legal de círculo vicioso y viciado por delitos leguleyos como interrumpir la cadena de custodia hecho por el propio CNE oficialista ecuatoriano hace días, cambios destinados a sostener el estado actual de caos revolucionario que justifique el represivo totalitarismo militarizado.
Esta certeza la explican al detalle auténticos juristas expertos en Derecho Constitucional y determina la urgencia de activar el rol de las cámaras de industrias y comercios, colegio profesionales, sindicatos mineros a la cabeza, gremios educativos y de la salud pública a todo nivel, militares institucionales, conjunto denominado pueblo soberano.
Se agotó el tiempo de proclamas, declaraciones, quejas y reclamos. Es el radical de un indefinido paro nacional civilista, comprometido, solidario con las juventudes anticastrenses y anticastristas, que a la vanguardia de la difícil, valiente resistencia callejera, desde el año 14 son los protagonistas por ahora más sacrificados, víctimas en carne y hueso, de la barbarie castrochavista. Hay pruebas mundiales y locales suficientes indicativas de que ninguna marcha por gigantesca quesea implica triunfo si no se refrenda con pacífica resistencia activa de la sociedad que la genera.
Sí. Los opinadores de oficio también fastidiamos mucho al repetir la constancia de fracasos, delitos y soluciones. Pero no queda otra cuando en casi veinte años, una oposición dispersa, en parte ciega, o rígida, o cómplice, o muy equivocada, o por motivos personales incluidos intereses lucrativos propios y de agencias encuestadoras de todo signo, insiste en repetir conductas, acciones y omisiones contra la mayoritaria voluntad ciudadana. Errores que sostienen a la mafia gobiernera, fundadora del paramilitarismo genocida con su lagrimoso fuego lento culminado por asesinatos a la vista en calles y ocultos en el infierno de cuarteles con sus celdas, sótanos y desaparecidos.
La libertad como la caridad, empieza por casa.