Aunque parezca contrario al pragmatismo económico, pero es urgente que el “Índice de Poder Adquisitivo” (IPAP) torne nuevamente a ser favorable. El retardo en completar la aplicación de las medidas económicas apunta al inminente fracaso del “Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica” donde no pierde el gobierno sino por el contrario la nación entera. El impacto negativo sobre el sistema económico y social venezolano es incuantificablemente destructivo por el simple hecho de seguir retardando las decisiones en materia económica, las cuales permitirían de una vez por todas reactivar la economía real venezolana. En síntesis: es más costoso para el pueblo venezolano que no se apliquen o se retarden las medidas relacionadas con el IPAP, que en definitiva y sin medir los costos políticos-electorales, se atrevan a hacer lo que debe hacerse…

A continuación un resumen del análisis secuencial que se ha estado realizando y que guarda plena concordancia con la ley de universidades en lo que respecta a “colaborar en la orientación de la vida del país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales”.

Previa (semana del 21-08-2018):

Actuando como “espada de Damocles”, en términos comparativos entre Venezuela y Colombia existen al menos tres factores claves que sostienen el juego perverso de la inflación y la devaluación: el sistema de precios, el nivel de inflación y el caudal de reservas internacionales. Por ello, es lamentable que el ejecutivo nacional haya decidido reorientar su economía política con tanto retraso cuando el daño es muy grave no solo en la estructura económica como tal sino también en la plataforma moral, ética, psicológica, emotiva y espiritual de los venezolanos.

A menos que se tenga una alternativa o fórmula mágica para neutralizar y revertir los daños nefastos que ha generado esta “emergencia compleja humanitaria” como consecuencia de la trágica “economía del regalo, del privilegio y la complicidad”, este gobierno o cualquier otro estaría obligado a implementar de inmediato un plan riguroso e integral de medidas económicas.

Aunque resulte irónico pero cuanto más se tarde su aplicación (medidas económicas) la misma se hará pero sin “anestesia”. Si se logra neutralizar el juego macabro que se tiene con la inflación y la devaluación estaríamos en puertas de iniciar la estabilización económica. Pero hay que luchar en contra de los intereses mezquinos de aquellas personas que apuestan a la subida del peso colombiano y el dólar, y por consiguiente en la inflación como medio de vida lucrativa a costa de la miseria de la mayoría de los venezolanos; por tanto no aceptaran ni permitirán que estas medidas efectivamente se apliquen y logren su propósito…

Primer “round” (semana del 28-08-2018):

Las expectativas negativas más los factores desconfianza y falta de credibilidad agravan los niveles de incertidumbre e impulsan las decisiones y acciones compulsivas.

El agravamiento total y absoluto de la «enfermedad» que padece la economía y sociedad venezolana exige obligatoriamente aplicar de inmediato medidas integrales, que sin duda alguna no tendrán simpatía en la población en este momento y mucho menos después. Mientras más se retarde en lo que debe hacerse en materia económica, mucho más traumático será el impacto y mayor el período de recuperación en todas las dimensiones de la sociedad.

Segundo “round” (semana del 05-09-2018):

Aunque todavía se sigue por debajo del “salario mínimo vital” (artículo 91 de la carta magna), en la actualidad se intenta “indexar” el salario mínimo y las demás estructuras salariales que se derivan de acuerdo con el índice de inflación, pero sin conocer oficial y expresamente el valor de la misma.

Aunque resulte antipático y nada alentador, pero aún con el aumento de precio de la gasolina (que seguirá siendo mucho menor al de Colombia) las colas para surtir de combustible se acrecentaran en tamaño e intensidad, esto debido a que seguirá siendo un negocio muy lucrativo y medio de vida para múltiples actores económicos, sociales y políticos. El hecho que en definitiva no se pueda implementar el subsidio directo al consumo de la gasolina por no disponer de una instrumentación creíble, acordada y aceptada por la mayoría de los consumidores, generará un mayor caos, desorden y anarquía en el mercado nacional de combustible

Tercer “round” (semana del 11 de septiembre):

Es urgente reconsiderar y modificar la Ley del ISLR en todo lo relativo al “salario integral”. Recalcando que por mucha prioridad de mantener un presupuesto nacional equilibrado, los justos y urgentes aumentos salariales que siguen estando por debajo del “salario mínimo vital”, no deben ser base imponible para aplicar ningún impuesto directo o indirecto: “Por favor si me vas a dar no me quites”.

No es el dólar “today” sino el peso “always” el que realmente fija la pauta en el proceso de “dolarización” y “megahiperestanflación” en Venezuela, el cual ha estado caracterizado por una exponencial tasa de crecimiento de la inflación, caída abrupta de la producción nacional y productividad negativa de los factores de producción, etc.

Cuarto “round” (semana del 17-09-2018):

Con una inflación de 39.000% para el año 2017, la unidad tributaria para el 2018 (empezando el año como lo estipula la ley o código orgánico tributario) tuvo que haber tomado un valor de 1.706.281.401, o después de hacer la reconversión pautada para 2008 (tres ceros a la izquierda) alcanzar un nivel de 1.706.281,401 BsF. El valor obtenido en este escenario de inflación coincide aproximadamente con el nuevo valor de la unidad tributaria vigente desde el 11-09-2018. Es decir, 17.000.000 BsF o 17 BsS.

En referencia a los propios números presentados por el Ejecutivo nacional con respecto a la unidad tributaria, al menos tres posibilidades de inflación (I) oficial desde enero de este año hasta el 11-09-2018: i) I= 141.566,70%; ii) I= 566.566,70%; iii) I=39.000%. Y para cada uno de ellos un salario mínimo y la respectiva estructura salarial indexada para distintos sectores laborales.

No se debe olvidar que el nivel previo del salario mínimo (menos de un mes) se ubicaba en 3.000 BsF, es decir 0,03 BsS. Al momento del decreto presidencial para incrementarlo a 1.800 BsS la reacción inmediata que se manifestó por parte del sector laboral en general fue incierta. Las razones pueden ser variadas pero lo cierto del caso es que el salario mínimo ha estado rezagado desde hace mucho tiempo en relación directa con la caída de la producción nacional y productividad individual… 4/4 Además hemos tenido más de 18 años con una economía política desorientada, y en consecuencia generadora de extraordinarios desequilibrios y daños con carácter de irreversibilidad en todas las dimensiones de la sociedad venezolana. Neutralizar y revertir esta tragedia no será fácil, y significará en la práctica mayores sacrificios y pesares… con este gobierno o con el que lo reemplace…

Quinto “round” (semana del 26-09-2018):

Para los que tienen la gasolina como un negocio especulativo lucrativo, al equipararse con el “salario mínimo” (subvaluado de por sí), el costo de 60 BsS por día es insignificante en relación a la extraordinaria ganancia que representa el “comprarla por nada y venderla por mucho”: 3.000 pesos o 125 BsS por litro (precio de venta en Cúcuta en función de tipo de cambio BsS- pesos). Porque más allá del estigma que el “petróleo es una maldición” para los venezolanos o que debe regalarse debido a que es nuestro, lo cierto del caso es que con el diferencial de precio de venta del combustible y del patrón cambiario entre las dos divisas, existen intereses económicos muy arraigados que apuestan para que el caos y la anarquía continúen: “en río revuelto ganancia de pescadores”.

Escenario simulado para el precio de venta de la gasolina que guarda relación con el proceso de producción y la estructura de costos de Estados Unidos (enero 2016):

  1. Precio Dicom (25-09-2018): 61,91 BsS.
  2. Costo de producir un barril de petróleo (Estados Unidos. Enero 2016): 36 dólares.
  3. Costo de producir un barril de petróleo (equivalente en BsS): 2.228,76 BsS.
  4. Cada barril de petróleo contiene 159 litros.
  5. El litro de petróleo tiene un valor de: 14,01735849 BsS.
  6. Un barril de petróleo genera aproximadamente 83,4 litros de gasolina.
  7. Se necesitan 1,91 litros de petróleo para producir 1 litro de gasolina.
  8. El costo para producir un litro de gasolina alcanza el monto de: 26,77 BsS.
  9. El precio de la gasolina antes de los impuestos es: 46,78 BsS.
  10. El precio de venta de la gasolina incluyendo impuestos= 86,63 BsS.
  11. Este precio de venta de gasolina se ubica para el 25-09-2018 en: 1,40 dólares.
  12. El precio de venta de la Gasolina en Cúcuta-Colombia (25-09-2018): 1,03 dólares.
  13. En promedio, Europa vende 1 litro en 1,4 dólares y en Latinoamérica 1,04 dólares.
  14. Surtir tanque del vehículo: 40 litros de capacidad (con subsidio)= 1.070,8 BsS.
  15. Surtir tanque del vehículo: 40 litros de capacidad (sin subsidio)=3.465,20 BsS.

Sexto “round” (semana del 02-10-2018):

Se requiere un poder adquisitivo positivo que permita con cierta certeza y seguridad poder adquirir bienes y servicios. Sin ninguna ambigüedad, primero que nada es la economía real y luego nace o se genera la economía monetaria (o las monedas virtuales o físicas que permitan el intercambio de bienes y servicios, pero nunca lo contrario). La mayoría de los trabajadores que dependen de una renta o salario fijo su capacidad de compra es negativo, así haya llegado el petro, el lingotico o el mismo soberano…

Es una realidad innegable que el poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos es negativo, que sumado al diferencial de precios de los productos homogéneos que se acrecienta ante el proceso de devaluación del bolívar frente al peso, prácticamente de manera natural, el contrabando y el bachaqueo son impulsados, promovidos y aupados como medios de lucro o remuneración complementaria al trabajo: modo de vida.

El “Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica” lleva implícito o amerita el aumento sostenido de la productividad de los factores de producción, y para lograrlo se requiere que los  venezolanos se puedan dedicar a trabajar y estudiar plenamente, y dejar de estar haciendo “colas” para absolutamente todo…

Séptimo “round” (semana del 09-10-2018):

El diferencial cambiarlo entre el bolívar y el peso, su continua devaluación que pareciera imparable, aunado a los controles de precio o a una de sus presentaciones actuales como son los precios acordados,  sin duda son factores determinantes de la especulación en Venezuela. Propicio entonces recalcar nuevamente “que la intención de mantener los precios controlados de los productos han generado desviaciones y distorsiones terribles que se plasma en la especulación: todo escaso y caro. Subsidios regresivos que benefician a los que tienen mejor y mayor poder adquisitivo agravante. Impuestos regresivos que perjudican a los que tienen decadente poder adquisitivo decadente. Conclusión: paradoja del poder adquisitivo donde salen perjudicado los más vulnerables”.

El éxito efectivo más no efectista de las medidas económicas o del “Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica” depende que los tres componentes del IPAP o “índice de poder adquisitivo pertinente” comiencen a ser favorables y positivos: obligatorio que se respeten las contrataciones colectivas pero que en esencia se transfiera poder adquisitivo positivo a los trabajadores.

Cúmplase con el artículo 91 de la carta magna acerca del salario mínimo vital (SMV): “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales… El salario es inembargable y se pagará periódica y oportunamente en moneda de curso legal… salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica…”.

Octavo “round” (semana del 09-10-2018):

En el caso que nos ocupa, los precios “acordados” o controlados son antieconómicos, porque dadas las condiciones particulares de la “economía de la frontera” colombo-venezolana (explicadas en informes o artículos anteriores), el hecho de mantener fijos los precios de venta en Venezuela desconociendo los precios de los mismos productos en el hermano país colombiano, continua generando distorsiones de tipo monetario, cambiario y en la economía real nacional fundamentalmente.

Además, las pimpinas de este combustible se están transando en la frontera a un precio entre los 15.000 y 20.000 pesos, es decir cada litro en un valor promedio aproximado a los 218,18 BsS. Y si este pago se está realizando a través de una transferencia electrónica muy bien se puede deducir que este preciado rubro puede utilizarse en parte o totalidad para adquirir pesos de inmediato para protegerse de la devaluación e inflación: que realmente es deliberada e inducida pero como consecuencia de seguir manteniendo el precio de la gasolina a un “nivel cero” donde no cubre para nada los costos de producción.

Agrava el panorama anteriormente analizado la negativa del gobierno nacional de reconocer la vigencia y validez de los derechos adquiridos plasmada en las “estructuras salariales”: en función de un salario mínimo realmente ajustado a los niveles de inflación. A propósito, cualquier instructivo en materia salarial o “negociación” relacionada, debe estar soportada sobre todo y ante cualquier circunstancia por la tasa de inflación oficial respecto a los últimos tres años por lo menos y la proyectada para  fines de 2018.

Porque por una parte todos los escenarios de inflación que se manejan extraoficialmente arrojan un salario mínimo que rebasa con creces el vigente ubicado en los 1.800 BsS. Incluso solamente con hacer la comparación respectiva con el salario mínimo en Colombia la situación es bastante desventajosa: a la fecha del 14-10-2018, 47.348 BsS en relación a los 1.800 BsS. Con el agravante o la frustración que los trabajadores venezolanos no pueden hacer ajustes inmediatos tal cual las prácticas antes explicadas para el caso de los productos “acordados”, controlados y en general con todos los bienes y servicios: de acuerdo con la referencia del hermano país colombiano. Situación que motiva o induce a que cualquiera pueda involucrarse en el mundo de la especulación: como alternativa para obtener un poder adquisitivo de supervivencia.

Pausa entre “round” y “round” (semana del 23-10-2018):

No obstante, lo peor que en la actualidad estamos padeciendo es una gran crisis de valores o anomia: “conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación”. Su debilitamiento continuado es palpable en cualquier escenario: reinado de la impunidad; falta de asumir responsabilidades; generar miedo como arma de subordinación; silencio y complicidad ante la injusticia; valerse de artificios legales para “arraigarse” en  cargos de gestión; fomento de la intolerancia, el irrespeto y la deshonestidad; eliminación de la meritocracia; aprobación o interpretación de normas a conveniencia; práctica de la competencia desleal; agresión física o verbal; etc.

Finalmente, el  problema económico se puede resolver en un tiempo prudencial, con acertadas y coherentes políticas económicas, pero el grave daño que se ha sembrado en las propias bases de la sociedad venezolana, requiere una extraordinaria inversión (no solamente dinero), sino de la suma sincera de voluntades y nobles disposiciones éticas y morales por parte de absolutamente todos los integrantes de la sociedad.

Fuente: “Perspectiva económica y académica contemporánea”. UNET. Año 2018.

Nota final:

Los 10 documentos relacionados con las anteriores consideraciones y proposiciones se comparten con la mejor disposición por vía electrónica.

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