Colombia es el principal receptor de venezolanos que emigran. Las cifras son superiores a 1 millón de personas. Para un país en desarrollo que apenas sale de un proceso de guerra civil que generó su propia diáspora y desplazados, y que no tenía una política migratoria integral, sin duda que es una presión tremenda. No es cualquier cosa que una nación con esas características tenga que confrontar esta realidad para la cual no está preparada. Ante este escenario, la buena noticia es que el gobierno es consciente del desafío y actúa diligentemente para tratar de mitigar los efectos negativos de esta oleada migratoria que se inició en el año 2000. Colombia enfrenta el problema pidiendo recursos y apoyo a los organismos internacionales, está trabajando con los países de la región afectados por la inserción de estos contingentes humanos, y además ha facilitado a través de una serie de mecanismos la permanencia legal de la mayoría de nuestros compatriotas. De mano del sector público, el privado, el académico, organizaciones no gubernamentales y organismos como la OIM, Acnur y otros parecieran entender los desafíos y las oportunidades que se desprenden de una realidad que genera la crisis venezolana.

Los venezolanos que llegan en miles a los países de la región no fueron ni invitados ni forman parte de una política de atracción para emigrantes. Por ello debemos aspirar a que se facilite el proceso de emigración para evitar los traumas que situaciones de esta naturaleza pueden generar y que el Estado colombiano logre tener éxito en articularse con los sectores involucrados para alcanzar una política encuadrada en las mejores prácticas para garantizar una emigración que genere las mínimas resistencias posibles en la sociedad colombiana.

Hemos leído un estupendo informe producido por el Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y la Fundación Konrad Adenauer en Colombia sobre los retos y oportunidades de la movilidad humana venezolana. Un documento fundamental para ayudar al gobierno a implementar mediadas y asumir los retos de esa realidad que se le vino encima. Por lo pronto, debemos reconocer y recordar que cuando Venezuela le dio acogida a los cientos de miles de colombianos, peruanos, ecuatorianos, dominicanos que buscaron en nuestro país oportunidades, no contamos con una política migratoria integral que facilitara encauzar debidamente esa realidad.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!