Las nuevas políticas públicas que incrementan el uso de energías junto a la inversión tecnológica en vehículos eléctricos están impulsando el crecimiento de las energías renovables.

El informe «Estadística anual de la capacidad de renovables 2019» del organismo internacional Irena, indica claramente el crecimiento en el mundo de las renovables.

En 2018 casi dos tercios de toda nueva capacidad de generación de electricidad procedían de fuentes renovables, en países de economías emergentes y en desarrollo.

El nuevo paradigma es un cambio continuo hacia la energía renovable como motor de la transformación energética mundial para descarbonizar la economía. Obviamente se sigue destacando, en el mixenergético, la importancia del gas natural como energético de transición entre fósiles y renovables.

La ecuación que debe prevalecer es: incentivos del Estado, sumados a regulaciones accesibles, reducción de impuestos a la tecnología e infraestructura para dar por resultado escenarios atractivos a la inversión privada en renovables.

En 2018 hubo un decrecimiento de la electricidad generada a partir del agua (hidroeléctricas), excepto en China que necesita de todas formas mucha energía para mover su economía y añadió aproximadamente 8,5 GW (gigawatios).

En ese mismo año la generación global de electricidad vía eólica aumentó en 49 GW. Nuevamente China y Estados Unidos representan el mayor crecimiento en generación vía eólica: con 20 GW y 7 GW respectivamente. Alemania, Brasil, Francia, India y el Reino Unido también sumaron 1 GW de procedencia eólica a sus mix energéticos.

La reflexión no es que no habrá más petróleo o que dejará de ser importante: la reflexión es utilizar fuentes menos contaminantes, a costos de producción más reducidos y ampliando el universo de usuarios que acceden a la energía en todas sus formas.

En 2018, también, en el rubro de energía solar la capacidad aumentó en 94 GW, y fueron China, India, Japón y Corea del Sur los principales inversionistas en infraestructura para generación eléctrica vía solar. Estados Unidos incrementó 8,4 GW y Alemania 3,6 GW.

El cambio de pensamiento y paradigma, impulsado por campañas y principalmente por las nuevas generaciones de personas de entre 18 y 45 años que buscan reciclar, usar menos energía y ser más eficientes además de más verdes y renovables, tuvo su impacto a nivel mundial: la capacidad total de generación de energía renovable alcanzó alrededor de un tercio de la capacidad total de electricidad instalada.

En el caso latinoamericano, la potencia fotovoltaica actualmente instalada ha superado los 10 GW (siguiendo con el informe de Irena), y son Brasil y Chile los mayores mercados con 2,2 GW y 2,1 GW de capacidad conectada a sus redes.

Se debe destacar también el crecimiento de Perú con 345 MW (megawatios), Uruguay con 245 MW, Argentina con 191 MW y Colombia con 87 MW. México, en su potencia solar acumulada alcanzó aproximadamente 3.113 MW en 2018. A nivel global, la potencia fotovoltaica conectada a la red a finales de diciembre había superado los 480 GW.

Sin duda, la capacidad solar y eólica impulsan el crecimiento de renovables a nivel global.

Sigue en pie seguir fomentando políticas de transición energética -producción de energía sin emisiones de carbono a limpias- que pasa por más proyectos de generación eléctrica vía renovables y la puesta en desuso de plantas de energía de combustibles fósiles existentes.

El mundo está usando más electricidad –y mejor si es generada vía gas natural o principalmente renovables como se tiene explicado-, y ese uso de electricidad será por el incremento paulatino de la circulación de vehículos eléctricos y el uso de electricidad para calefacción y refrigeración, alimentado por electricidad renovable.

Finalmente, aunque la cifra puede variar en positivo, para el año 2050 se prevé que la energía denominada limpia alcance una capacidad instalada global de 20 TW (tera watios), vía solar (8,5 TW) eólica (6 TW). Esos volúmenes permitirán atender 86% de la demanda eléctrica, con un 60% cubierto por energía solar y eólica.

Ello contribuirá a reducciones de emisiones de CO2 para cumplir con el Acuerdo de París. Para 2050, las emisiones relacionadas con la energía tendrán que disminuir en un 70% comparado con los niveles actuales, con una inversión en infraestructura del 4% del PIB mundial para cambiar la matriz energética global.

La agenda, consecuentemente, debe continuar y los estados liberales tiene la palabra: seguir estimulando, sin interferir, el mercado eléctrico de generación renovable. América Latina tiene mucho potencial y muchas políticas públicas por impulsar.


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