La biblioteca es uno de los eslabones fundamentales de la cadena del libro y desempeña un papel fundamental en la preservación, promoción y difusión de la palabra escrita y es el espacio donde es más claro el encuentro entre los libros y los lectores. No hay nada más alentador que ver los pasillos de las bibliotecas llenos de usuarios, entre niños, jóvenes y adultos que buscan en los ficheros, los lomos de los libros una guía, un dato, una fantasía o un sueño.

Allí es donde ustedes ejercen una bellísima y complicada profesión: un bibliotecario es ante todo una figura que guía tanto a quienes gustamos de la lectura y la investigación, como a los que se inician en la aventura de la lectura. Gracias a ustedes logramos encontrar el material adecuado para el esparcimiento, pues son ustedes quienes se encargan de promover la lectura y el cuidado de ella gracias a su labor y cuidado.

Un bibliotecario, además, guía los pasos del investigador hacia el material adecuado para que este último continúe por la vereda del conocimiento y pueda, en su momento, enriquecer nuestro acervo cultural y científico.

De igual modo, al actualizar el catálogo constantemente, se vuelve también un experto en los contenidos más actuales, los de interés tecnológico e incluso de los de fantasía, convirtiéndose así en un promotor especializado.

Debemos reconocer que la biblioteca, el bibliotecario y el profesional en archivonomía tienen la función de convertir sus lugares en centros de difusión de la palabra y la cultura en general. Como entes sociales, todos los integrantes de la cadena de valor del libro y la revista debemos pugnar porque la biblioteca se convierta en un centro de convivencia familiar; un lugar donde los niños, jóvenes y adultos se reúnan para hablar de libros, más allá de las obligaciones escolares, profesionales o académicas.

Las bibliotecas públicas son el destino natural de los contenidos editoriales. Al igual que los dispositivos electrónicos, que no cumplen su función sin contenidos, las bibliotecas no funcionan sin libros. Hace falta fortalecer el eslabón de la cadena libro-lector. El desarrollo de las bibliotecas, en todos los niveles, es fundamental para el desarrollo de la educación del país.


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