Tres actos del drama nacional (que no es tragedia a la griega, pues tiene futuro positivo por construir): inventario, lamentación, solución.

Primero: inventario de los factores del drama. No es difícil hacerlo. Lo sufrimos en carne viva, particularmente por tres notables hipercarencias: nutrición, salud, seguridad. ¿Causa fundamental? La Conferencia Episcopal Venezolana la ha identificado de modo claro “el empeño del gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el Plan de la Patria (llamado socialismo del siglo XXI)”. No cualquier socialismo, sino el “real”, comunista.

Segundo: lamentación, sufrimiento, dolor, rabia, protesta. Tres hechos sobresalen como emblemáticos: manifestaciones de calle con su cortejo de asesinados, consulta del 16 de julio y abstención del 20 de mayo. El despoblamiento del país por el éxodo forzado es síntesis de esta segunda parte.

Tercero: solución. A todos los venezolanos nos toca escribirla y escenificarla cuanto antes: cambio de régimen (no solo de presidente). Los obispos en su Exhortación de enero pasado lo precisaron: recuperación por parte del soberano de su poder originario, usurpado por el gobierno. Protagonizar este “cambio de rumbo” del país es el ineludible e imperativo y se nos plantea con urgencia a todos los venezolanos. A todos, con peculiar énfasis en el liderazgo de los sectores e instituciones de la sociedad civil y de las organizaciones político-partidistas. Es un deber religioso (respetar la dignidad de los hijos de Dios), moral (acatar los derechos humanos fundamentales) y constitucional (obedecer la carta magna, artículos 2, 5, 333, 350…). ¿Medios y modos? Los más eficaces y menos onerosos para la ciudadanía.

¿Cuál debe ser el horizonte de acción en este tercer acto del drama? A continuación retomo un “decálogo” de líneas y orientaciones fundamentales a este propósito, que obviamente han de concretarse en planes y programas definidos. El nuevo régimen debe:

  1. Priorizar la urgente atención humanitaria y garantizar la alimentación, la salud y la seguridad básicas de la población (CRBV 43-55-83-86).
  2. Restablecer el Estado de Derecho y para ello una verdadera independencia de poderes (CRBV 136).
  3. Establecer políticas económicas que promuevan la producción y el libre emprendimiento con amplia participación, responsabilidad social y solidaridad; y en esta misma línea, favorecer la libre asociación de los trabajadores (CRBV 112).
  4. Actuar una política petrolera-minera eficiente, orientada a la superación del modelo rentista y a la diversificación de la economía, cuidando con esmero del ambiente (CRBV 127).
  5. Garantizar el pleno ejercicio del pluralismo democrático (CRBV 2-6).
  6. Promover una educación de calidad humana y científico-técnica, ajustándose a las necesidades del país y al pluralismo cultural, contando con los diversos actores educativos y atendiendo debidamente a los docentes (CRBV 102-104).
  7. Garantizar la libertad de información y comunicación en perspectiva de responsabilidad social, así como convertir los medios del Estado en genuino servicio público, con administración especial y apertura pluralista (CRBV 6-57-58).
  8. Actuar la descentralización, regionalización y municipalización del poder público, propiciando la mayor participación ciudadana y la subsidiaridad (CRBV 4-6).
  9. Restablecer la Fuerza Armada como institución sin militancia política al servicio de la nación según lo establecido por la Constitución (CRBV 328-330).
  10. Promover la elevación moral y espiritual de los venezolanos retomando la educación moral y cívica, así como abriendo de nuevo espacio a la educación religiosa escolar (CRBV 59).

Al tocar lo correspondiente al gobierno y a los derechos de la gente hay que insistir simultáneamente en los deberes ciudadanos. Exigir exigiéndose, pues no carece totalmente de fundamento la afirmación de que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. El régimen deseable y obligante ha de ser obra de todos. Y con urgencia.


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