Cleptocracia proviene del griego, clepto: robar, y cracia: fuerza

Es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como nepotismo, clientelismo político y peculado, de tal manera que dichas acciones delictivas quedan impunes, debido a que todos los sectores y actores del poder son corruptos, es decir, la justicia, funcionarios de poder ejecutivo y todo el sistema político y económico. Se suele utilizar de manera despectiva para decir que un gobierno es corrupto y ladrón.

En una cleptocracia los mecanismos del gobierno se dedican casi enteramente a gravar los recursos por medio de impuestos no reembolsables, desvío de fondos y otros artilugios e ilícitos que abre las esclusas para que quienes están enquistados en el poder amasen grandes fortunas. En cleptocracia el dinero producto de ilícitos de esta naturaleza es lavado o desviado a cuentas bancarias secretas, por lo general a paraísos fiscales, con el fin de encubrir el robo.

La cleptocracia se da generalmente en dictaduras, plutocracias, oclocracias o en una cierta forma de gobiernos autocráticos, puesto que en la democracia verdadera se hace más difícil encubrirla. Han existido casos de gobiernos en apariencia democráticos que han sido considerados cleptócratas. Las economías de los regímenes cleptocráticos tienden a decaer constantemente, pues la corrupción sistemática engendrada por el gobierno significa que la economía está subordinada a los intereses de los cleptócratas. Además, las economías basadas en la extracción de materias primas como minerales y petróleo, pueden ser particularmente propensas a ser cleptócratas.

Algunos analistas utilizan el término “cleptocracia” para desacreditar los procesos políticos que permiten que las grandes corporaciones sean influyentes en la política. Ralph Nader llamó a Estados Unidos una cleptocracia, en ese sentido de la palabra, durante la campaña presidencial del año 2000 de ese país. De todas maneras un término más exacto para esta influencia sobre un Estado es la plutocracia.

Independientemente de cuáles sean los mecanismos de corrupción empleados, amplios sectores de la sociedad venezolana tienen la percepción de que los gobiernos primero el de Hugo Chávez y ahora el de Nicolás Maduro son corruptos en mayor o menor medida, lo cual ha generado, sin duda alguna, la crisis económica jamás experimentada por el país, desde su nacimiento republicano.

Lo cierto es que estamos en presencia de un gobierno socialista, marxista y mal llamado bolivariano, que en su campaña electoral del año 1998 batió banderas contra la corrupción de los gobiernos de AD y Copei, y 20 años después superó infinitamente a sus adversarios políticos de la llamada IV república, a tal extremo que convirtió a Venezuela de país próspero en el más pobre del continente latinoamericano, hundido en una espantosa miseria y calamidad.

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