“Con mi nombre que quiere hacer en Colombia el bien y el mal, y muchos lo invocan como el texto de sus disparates”. / Simón Bolívar.

Hugo Chávez acuñó el concepto de socialismo bolivariano, el cual tiene contradicciones históricas evidentes, pues la mezcla de socialismo y bolivarianismo resulta difícil de comprender. El difunto golpista del año 1992 se aprovechó con un grupo de oficiales que constituyeron el Movimiento Bolivariano 200 (MBR-200), en momentos que se cumplía el bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar, al cual le impregnó su ideológica revolución el nombre del padre de la patria.

Chávez no lo pensó dos veces para utilizar el nombre de Bolívar en su revolución socialista del siglo XXI, pues a la vista de un pueblo poco conocedor de la historia patria, su denominación encumbrada con el nombre del Libertador, le permitía poner en práctica una larga línea de pensamientos, valores y tradiciones que revelan al pueblo venezolano como el epicentro de la libertad en América del Sur, con hombres de pie y a caballo nacidos en haciendas, pueblos, caseríos y montes en los que nunca pasaba nada y se convirtieron en feroces guerreros capaces de luchar denodadamente hasta alcanzar la Independencia de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, convirtiéndonos en un pueblo igualitario, valiente y libre. Claro está, todo ungido en un discurso populista y demagógico, muchas veces alterado de manera acomodaticia.

A lo largo de sus trece años al frente del poder del cual pretendía jamás desprenderse, Chávez contradijo el espíritu, pensamiento y acción de su supuesto mentor político, pues muchas de sus acciones no solo contradijeron lo que tanto énfasis puso y denominó “bolivariano” para exaltar la figura de Bolívar, sino que además minimizó la egregia figura del padre de la patria, cuyo nombre hasta lo devaluó en la moneda, hoy más que nunca depreciada hasta más no poder por su hijo y heredero putativo Nicolás Maduro.

Las arbitrariedades cometidas por Chávez llegaron a un término jamás imaginado, como el de las expropiaciones, en flagrante violación de los derechos ciudadanos y de la verdadera justicia de la cual Bolívar fue un defensor a ultranza, por cuanto consideraba el ejercicio de la justicia como el ejercicio de la libertad, y concebía la misma como la reina de las virtudes republicanas, lo cual confirma que fue un hombre de derecho, tal como lo demuestra el proyecto constitucional de Angostura, e igualmente el de Bolivia, cuando propuso un Poder Judicial independiente. Consideraba la justicia como la esencia de la igualdad y de la unidad nacional.

¡Exprópiese!

Chávez, preñado de todo el poder que había acumulado con el secuestro de todos los demás poderes, no vaciló en ningún instante en mostrar su prepotencia, ego y abuso, cuando comenzó a expropiar bienes, comercios e industrias del sector privado. Solía decir que se inspiraba en el Libertador que era su guía, cuando la realidad que recoge las páginas de la historia es distinta, pues el Libertador cuando se refería a la legitimidad de la propiedad subrayaba enfáticamente que al Estado le corresponde garantizar y protegerla. Sin embargo, por la situación política y social de aquel entonces, admitió la expropiación de la propiedad, aun cuando el reparto de la misma arrancó con José Antonio Páez y Bolívar la endosó con toda conciencia de que ella coronaba la construcción revolucionaria, por lo que le presta todo su apoyo, pero la implementa con normas que la hicieron operativa, como en efecto ocurrió para distribuir entre sus tropas las propiedades que estaban en manos del gobierno español, mediante decretos que promulgó en el año 1817 en Angostura. El 10 de octubre se promulga la Ley sobre Repartición de Bienes como recompensa a los oficiales y soldados del Ejército patriota. Para Bolívar los fundamentos de la propiedad privada no eran otros que la equidad, la moral y la justicia.

Pena de muerte para los corruptos

Bolívar, presidente de Colombia (la grande) como solía llamarla, y según los textos de historia la Gran Colombia, decretó la pena de muerte para todos los funcionarios públicos que “hayan malversado o tomado para sí” parte de los fondos de la nación, medida que adoptó para reducir la corrupción que había empezado a tomar cuerpo. El 12 de enero de 1824, emitió en Lima el decreto el cual contiene cuatro artículos:

Artículo 1°. Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital.

Artículo 2°. Los jueces a quienes, según la ley, compete este juicio, que en su caso no procedieren conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena.

Artículo 3°. Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el artículo 1°.

Artículo 4°. Se fijará este decreto en todas las oficinas de la República, y se tomará razón de él en todos los despachos que se libraren a los funcionarios que de cualquier modo intervengan en el manejo de los fondos públicos.

La pena de muerte para los actos de corrupción se mantuvo durante 39 años. Su abolición legal sucedió en 1863, bajo la presidencia de Juan Crisóstomo Falcón, con el decreto de Garantías, que fue recogido en la nueva Constitución de 1864. Desde esta fecha, la prohibición de la pena de muerte ha estado inscrita en todas las constituciones de la República, siendo Venezuela el primer Estado del mundo en abolirla.

Lástima que no esté vigente, porque no hubiese permitido a la pléyade de delincuentes amigos, conocidos y enchufados del actual régimen socialista, marxista y mal llamado bolivariano, saquear las arcas del Estado de manera criminal, al extremo de llevar al país al más calamitoso estado de miseria, jamás experimentado desde el nacimiento de la República. Hoy Venezuela a los ojos del mundo implora justicia y ayuda humanitaria, la cual el régimen niega a toda costa con el pretexto de que no existe ninguna crítica situación económica, política y social en Venezuela, sino que obedece a “una guerra mediática de la oposición y del imperio de Estados Unidos”. ¡Mitómanos por excelencia!

¿Gobierno bolivariano? ¡Yo te aviso !

[email protected] // @_toquedediana


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