No tuve la fortuna de entablar una relación de amistad con Teodoro Petkoff. Mas sí puedo decir que constituyó un referente fundamental en mis inquietudes políticas desde que comencé mis estudios en la UCV, de modo especial en lo atinente a mi valoración del contenido libertario del socialismo. Ahora hablo con los recuerdos de su participación en la vida política nacional a partir de la década de los setenta, y de la repercusión de su pensamiento y accionar en parte importante de nuestra generación. Tiempos refrescantes y alentadores en los que inicialmente se forjó el nacimiento del MAS, precedidos de una gran batalla ideológica en el seno del PCV que llevó a su ruptura. Momentos en los cuales estuvo muy presente un rico debate que lideró Teodoro con otros militantes de ese partido, con sus ideas cuestionadoras de los vicios de ese aborto histórico que representó el comunismo soviético, con sus planteamientos plasmados con coraje e inteligencia en ese libro extraordinario, difícil de olvidar, que lleva por título Checoeslovaquia. El socialismo como problema. Reflexiones que, sin lugar a dudas, nos dejaron un ejemplo de lo que significó un ejercicio valiente, crítico y responsable de la militancia política, y alimentaron, por otro lado, una nueva e interesante esperanza en la búsqueda de un verdadero socialismo democrático.

No puedo dejar de tener presente ahora, cuando comenzamos a vivir de una manera dolorosa su desaparición física, aquellas imágenes de las espectaculares concentraciones del MAS en la ciudad de Caracas con aquel fondo musical contagioso y esperanzador del “sí podemos”, en las que destacaba y emocionaba su verbo encendido y lúcido, su talante intelectual, su extraordinaria condición de luchador político, su vehemencia en la expresión de sus ideas, su irreverencia ante todo tipo de poder instaurado y ejercido en perjuicio de la democracia y del bienestar nacional, su compromiso con el país en la lucha contra la corrupción y las prácticas gubernamentales opresoras.

Siempre recordaré al Teodoro culto, inteligente, apasionado, polémico y crítico presente en sus tantos libros y artículos, en entrevistas y demás intervenciones en diferentes medios de comunicación. En su maravilloso ejercicio del periodismo en El Mundo y sobre todo en Tal Cual, con su firme defensa de la libertad de expresión y sus agudos y punzantes editoriales contra la deriva autoritaria de regímenes como el que ahora es responsable de la tragedia que vivimos los venezolanos en estos tiempos de oscuridad.

Lamento mucho la muerte de Teodoro, un gran intelectual y extraordinario luchador político a quien siempre admiré por su inteligencia, honestidad, lucidez, valentía y compromiso con Venezuela.

Con su fallecimiento, como afirma el periodista Hugo Prieto en la edición en español de The New York Times de fecha 31/10/2018: “La izquierda perdió hoy a un moderador de sus ilusiones y desvaríos. La derecha, a un crítico acérrimo de la soberbia con la que minimizan la sed de justicia social de los pueblos. Desde este mismo momento, lo vamos a extrañar”.

@eleazarnarvaez

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