Apenas han transcurrido brevísimas horas de conocer oficialmente el resultado del diálogo & negociación política instaurado en la isla caribeña, cuando aparecen –de manera orquestada, aunque ejecutada con violines disonantes– las inefables y siempre predecibles consecuencias. Casi como la crónica de una muerte anunciada. El sonsonete viene repitiéndose de manera cotidiana desde el mismo comienzo de la instauración de la utopía (negociación política infecunda) iniciada hábilmente por Hugo Chávez en 2002 como engañosa vía incruenta para intentar solucionar la grave situación venezolana, resumida bajo el inequívoco rubro de “crisis nacional”.

Recuerdo la transmisión televisiva de la primera sesión (en la segunda etapa del periplo) realizada hace pocos años donde hubo dos aspectos necesarios a resaltar. El contraste, histriónico a todas luces, representado por las intervenciones de Ramos Allup y Diosdado Cabello, en presencia del presidente de la República y de los combos respectivos. Ambos interlocutores con peculiar estilo dialéctico similar; pero con evidentes rasgos contentivos de intereses políticos contrapuestos. Se trataba, en aquel entonces, de la dicotomía siempre existente cuando se ponen en balanza las aspiraciones eventuales de poder. La negativa de ceder parcelas de poder político –compartido– de quien aspiraba a encarnarlo a plenitud a mediano plazo. De igual modo por quien aspira a acceder a tan ansiado disfrute. El segundo aspecto, fue la síntesis apresurada del periplo y su conclusión: el fracaso rotundo de la utilización de este método para liberar a Venezuela del totalitarismo. El gobierno ha utilizado, utiliza y utilizará este tortuoso camino solo como vía expedita para ganar tiempo (cuando las condiciones fácticas así lo ameriten) y para proyectar una falsa imagen democrática ante la comunidad nacional e internacional. La oposición cómoda persiste en bailar pegadito con el gobierno, como si se tratara de danzar el bolero tropical de añoradas temporadas carnavalescas. Los girones de la MUD actúan de acuerdo con los propios intereses partidistas y grupales (eventuales candidaturas presidenciales por parte de sus conmilitones más representativos), sobreponiéndolos por sobre el insustituible interés nacional.

El Nacional reseña el pasado jueves la declaración de la rediviva ministra de comicios del régimen anunciando la celebración de la elección presidencial pautada para el venidero 22 de abril. Así mismo, el voto salvado del rector contradictorio juramentado obsequiosamente ante la anc. Otros medios recogen la declaración del primer vicepresidente de la AN, quien asevera que la negociación política entre ambos sectores no ha muerto. Simplemente se encuentra de parranda anticipada con motivo a las carnestolendas a celebrar esta semana.

He leído con atención las dos propuestas presentadas. Recomiendo la lectura apacible de ambas para que cada quien saque sus propias conclusiones. Solamente observo el lenguaje ¿sibilino? utilizado por ambos bandos. Los aprendices frustrados de las enseñanzas impartidas por Talleyrand, Fouché y Kissinger trataron de utilizar terminología hueca y de camuflaje para desvirtuar la realidad. Allí no se dice, por ejemplo, que se reconoce o se desconoce la auctoritas de la anc. Simplemente de hecho se le acata. Ambos aceptan que los rectores del CNE a ser designados por el TSJ serán producto de común acuerdo con ligeras variantes para la cabal escogencia de quien deba presidirlo. Se crearían comisiones destinadas a implementar la coexistencia pacífica entre la AN y la anc. Liberación de sanciones penales-administrativas a López y Capriles. El cabildeo (por parte de la oposición) para solicitar ante el conglomerado internacional el levantamiento de las medidas incoadas por parte de gobiernos extranjeros y organizaciones multinacionales en contra de los altos prebostes gubernamentales sancionados. Coincidencia plena entre ambos grupos en el rechazo a la determinación del secretario general de la ONU, relacionada con la usurpación del territorio Esequibo por parte de Guyana. Sin embargo, el canciller todero inició –casualmente– en Cuba su gira diplomática. Es oportuno resaltar también diversas opiniones vertidas ante el adelanto de las elecciones presidenciales. Algunos la tildan de “inconstitucional”, por aquello de los plazos establecidos en el texto de la carta magna relacionados al comienzo del mandato y, quizás, a la conclusión del mismo. Para estos puristas constitucionales parece no importarles las múltiples violaciones anteriores realizadas. Se rasgan las vestiduras y les conmueve, con lloriqueos plañideros incluidos, una violación más de la mancillada e inoperante constitución…

El aparente padre putativo de la criatura (proponente del adelanto electoral en la anc), con proclama relancina digna de aprendiz de jeque jaquetón practicando el anhelado jaque, anuncia que irán a la elección de abril “con la oposición o sin ella” (sic). Como si tal expectativa no hubiere sido suficientemente analizada y decidida con antelación. Lo cierto es que Maduro tendrá su domingo de gloria el 22 de abril para la aparente y siempre fraudulenta consolidación del continuismo. Aspira a extenderlo –por ahora– hasta 2024. De la misma manera, casi idéntica –así lo auguró sin pecar de adivino con deseo y con fervor– que se produzca la repetición de lo acontecido con Pérez Jiménez. Este también tuvo su “glorioso” 15 de diciembre de 1957. Pensando en mangonear a lo Jalisco hasta 1963. Sin imaginar ni precaver que 39 días después fuese desalojado abruptamente del poder (sin pena ni gloria, aunque con muchos dólares) y recalar en Ciudad Trujillo, la entonces capital de la República Dominicana. Se trata de la patología conductual de todos los dictadores; quienes, aparentemente guapos y apoyados, piensan que son eternos y que solo la muerte podrá separarlos del “coroto”. (1).

Esta semana es de disfraces virtuales y de muchas máscaras. Como la “masa no está para bollos”, tampoco para rumbas ni para los bailes de antaño. Ni tan siquiera para “bailar joropos en alpargatas”. Menos (por su elevadísimo costo) para ingerir bebidas espirituosas. Solamente comeremos y degustaremos gratuitamente los cuentos lucubrados por los inverecundos políticos de gabinete. Siempre mitómanos, cómodos y fabuladores. La mesa está servida para que los adocenados opositores arrellanados ratifiquen su tradicional mensaje celestinesco: “Solamente contamos con los votos para enfrentar a la dictadura”. Virtuosamente, y también felinamente, algunos persisten en transitar la denominada “vía electoral creadora”, porque –de acuerdo con los ilusos promotores– estamos acostumbrados a votar, como único argumento válido e irrebatible. Para el resto de la oposición está planteado el insoslayable compromiso de asumir responsabilidades concretas (art. 233 y 350 CN). La alternativa es simple: cruzarnos de brazos y esperar los imponderables. O, por lo contrario –al igual que el 19 de abril de 1810– sacar, en esta oportunidad, con empellones incluidos, a Emparan del Cabildo…

Notas:

1.- Ver Ángel Rosenblat. Estudios sobre el habla en Venezuela. Buenas y malas palabras. Monte Ávila Editores. Caracas 1984. La versión etimológica de esta palabra tiene su origen en nuestro país. RAE recoge tres acepciones de la palabra señalando que tiene uso coloquial en Venezuela y Colombia. Reza la tradición oral, cuando turbas caraqueñas saquearon la casa presidencial del general José Tadeo Monagas; una vez derrocado él y su régimen –tal como casi siempre acontece– alguien de sus conmilitones más cercanos, al ver cómo se llevaban de trofeo arrastrándolos por las calles, dos lienzos (cuadros predilectos del dictador) cuya autoría correspondía al pintor francés Jean Baptiste-Camille Corot, exclamó: “¡Adiós, corotos!”.

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