¡Fuenteovejuna señor!, dijo Pascual al juez, gritando. Se halla en obra genial, escrita por el Fénix de los ingenios, Lope de Vega hacia 1612-1614 y publicada en Madrid en 1619. Tomada de un hecho histórico, la trama se desarrolla en el pueblo cordobés de Fuente Ovejuna en tiempos de los reyes católicos (1474-1535). El drama se presenta con un protagonista colectivo (los habitantes del pueblo), como en la Numancia (1585) cervantina o en Los persas de Esquilo.

Como ocurre con gran parte de los dramas de Shakespeare, la Fuenteovejuna de Lope ha llegado a conseguir categoría de símbolo, el del prototipo iconográfico-teatral de «la unión del pueblo contra la opresión y el atropello. La obra se basa en un episodio histórico que ocurrió en Fuente Ovejuna, un pueblo cordobés en 1476. Es la época de la reconquista y de la sociedad feudal tardía. Este pueblo es sometido no a la monarquía sino a la Orden de Calatrava.

Lope de Vega vivió el final del reinado de Felipe II y los reinados de Felipe III y IV, periodos en los que España pasó a convertirse en un país sumido en la miseria. La época de Felipe II fue el inicio del declive de un tiempo lleno de esplendor. Fue un periodo marcado por la Contrarreforma y la Inquisición.

La situación empeoró con la subida al trono de Felipe III, debido a los continuos conflictos bélicos, y se agravaría aún más durante el reinado de Felipe IV, todo ello contribuiría a la pérdida de la supremacía española en Europa después de la guerra de los Treinta Años.

Tras la muerte de Felipe II, el Estado quedó en manos de los validos, consejeros de los reyes. Hubo una profunda crisis económica. La nobleza cortesana pasaba por un momento de auge. En cambio, el pueblo sufría las consecuencias de la mala situación económica en la que las pestes causaban estragos. Se produjo una despoblación del campo. La sociedad estaba dividida en clases sociales separadas por barreras de la Edad Media (por ejemplo, si una persona nacía en una clase social muy baja, no podía subir de su estado).

En la base de esta división se encontraba el pueblo llano, dedicados a la agricultura y otros se marcharon y se dedicaron a ser artesanos (los llamados burgueses en tiempos futuros), estos son la clase más baja. Los nobles e hidalgos pertenecían al segundo estamento y tenían que aparentar mucha riqueza cuando no era verdad, aunque entre ellos había diferencias. La iglesia también se encontraba en este mismo estado. Y en el tercer y último rango estaba el rey.

A este sistema se le llamaba absolutismo o monarquía absoluta. Eso, en el Siglo de Oro y de la Luz, en España; más en el siglo de los sables y la tumba,  se les llama constituyentes supraconstitucionales, indefinidas infinita, eternas, omnímodas. Son instrumentos del juez punitivo, de un Estado mafioso, que ha restaurado el absolutismo después de su abolición gloriosa, en Inglaterra, hace 330 años.

Paradójicamente, la decadencia absoluta del imperio contrastaba con el máximo esplendor artístico y literario. Pero no ocurrió lo mismo en el campo de las ciencias, a causa de las prohibiciones de la Inquisición estaba en claro retroceso. Con todo aquel desorden, la Iglesia y el Estado decidieron utilizar la cultura como un instrumento de masas. Lope Félix de Vega y Carpio fue el mayor dramaturgo español, creador del teatro nacional, y con una frondosísima producción teatral que hizo llamarlo a Cervantes “monstruo de la naturaleza”. Lope de Vega nació en Madrid en 1562 y estudió en el Colegio Imperial de los Jesuitas. Desde muy chico se dedicó a la creación de obras literarias, al comienzo con poesías, traducciones y primeras comedias.

Vivió una vida de pasiones intensas, desde su enamoramiento a los 17 años de Elena Osorio, hasta sus varios matrimonios, deslices y aventuras, y en intermedios volcóse al sacerdocio, pues profesaba a la vez una profunda fe religiosa. Tuvo amistades cortesanas influyentes y perteneció a varias congregaciones religiosas, lo que le valió ingresos y su título de Fray que se suele anteponer a su nombre. Falleció en Madrid en 1635 y sus restos depositados en la Iglesia de San Sebastián.

Ha sido representada numerosas veces desde entonces; recientemente, destaca por su creatividad, belleza y feliz interpretación la realizada por el ballet de Antonio Gades, en Getafe, provincia de Madrid. La he visto varias veces, en vivo, y más cercanamente en ese maravilloso canal cultural de la TV llamado Film & Arts. He aquí el fragmento más recordado y de mayor impacto de esta genial obra:

“Dice dentro el juez y responden / Juez: Decid la verdad, buen viejo. / Frondoso: Un viejo, Latencia mía, /  atormentan. / Laurencia: ¡Qué porfía! / Esteban: Déjenme un poco. / Juez: Ya os dejo. /  Decid: ¿quién mató a Fernando? / Esteban: Fuenteovejuna lo hizo. Laurencia: Tu nombre, padre, eternizo;  [a todos vas animando]. / Frondoso: ¡Bravo caso! / Juez: Ese muchacho /  aprieta. Perro, yo sé / que lo sabes. Di quién fue. /  ¿Callas? Aprieta, borracho. // Niño: Fuenteovejuna, señor. / Juez: ¡Por vida del rey, villanos, /  que os ahorque con mis manos! / ¿Quién mató al comendador? / Frondoso: ¡Que a un niño le den tormento /  y niegue de aquesta /suerte! / Laurencia: ¡Bravo pueblo! / Frondoso: Bravo y fuerte. / Juez: Esa mujer al momento /  en ese potro tened. /  Dale esa mancuerda luego. / Laurencia: Ya está de cólera ciego. / Juez: Que os he de matar, creed, /  en este potro, villanos. /  ¿Quién mató al comendador? / Pascuala: Fuenteovejuna, señor”.

“Juez: ¡Dale! / Frondoso: Pensamientos vanos. / Laurencia: Pascuala niega, Frondoso. / Frondoso: Niegan niños. ¿Qué te espanta? / Juez: Parece que los encantas. /  ¡Aprieta! / Pascuala: ¡Ay, cielo piadoso! / Juez: ¡Aprieta, infame! ¿Estás sordo? / Pascuala: Fuenteovejuna lo hizo”.

La obra hace pensar en lo injusto que ha sido siempre la del más pobre y desamparo y de los engaños que han sufrido de manos de los más poderosos que abusan de los más de débiles. El pez grande se come al pez pequeño.

Sin embargo, un pueblo unido como el de Fuenteovejuna, vemos cómo es capaz de compenetrarse y “comerse al pez grande”. La obra es muy interesante y se la recomendaría a todo el mundo.


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