Al dictar un curso de Historia de Iberoamérica considero que el estudio del siglo XX debería estar centrado en el proceso de democratización. Dicho proceso ha sufrido muchos problemas, pero entre ellos son tres obstáculos los fundamentales: el pretorianismo, el populismo y el comunismo.

Al tratar con mis alumnos –del pregrado de una universidad privada de Caracas– el tercero, se puede decir que se hace protagónico en nuestro continente con la Revolución cubana (1959-actualidad). Antes de comenzar realicé una evaluación exploratoria o entrevista sobre el conocimiento previo. Cuando estudié pregrado en los noventa mis compañeros de clases no tenían tan mal estima al régimen de Fidel Castro en Cuba. Ahora que soy el profesor quise identificar cómo una nueva generación que había vivido en Venezuela bajo un gobierno cuyo principal modelo es el cubano “miraba” tanto los hechos que le dieron origen como la sociedad que generaron.

Las preguntas que les hice a cada uno (más de 50 alumnos) fueron 3 y solo podían responder con una oración en cada caso. La primera: ¿qué significado tiene para ti la Revolución cubana? De todas las respuestas que dieron solo 3 no usaron algún calificativo negativo, señalando que fue una revolución con un gran impacto en el mundo y la región que estableció un régimen comunista. La inmensa mayoría le dio adjetivos como: fracaso, pobreza, tragedia, desgracia, peste, dictadura, error, retroceso de la libertad, atraso, violación de los derechos humanos, etc. El cambio con mi generación ha sido radical. Me pregunto: ¿teníamos que aplicar un sistema cercano al castrismo para llegar a estas conclusiones? ¿No había manera de que el estudio de la historia nos ayudara a prever el peligro? Pero la pregunta más importante que me hago a partir de las respuestas anteriores: ¿aprenderemos la lección? ¿Nos vacunaremos en relación con modelos parecidos? En el caso de estos jóvenes la aversión es inmensa. De total horror. ¿Como la amenaza nazi o comunista en la Europa posterior a la Segunda Guerra y después de la Guerra Fría? El tiempo lo dirá.

La segunda pregunta fue: ¿cuándo y cómo se instaló el régimen de la Revolución cubana? La inmensa mayoría sabía que fue a finales de los cincuenta y principio de los sesenta, y aunque escribieron “con la llegada de los Castro” no tenían claro la forma. Y la última pregunta fue: ¿cuál fue el impacto de la Revolución cubana en Iberoamérica? Algunos señalaron que la destrucción de Venezuela, la mayoría resaltaron el comienzo de los conflictos en la región ante la imitación por muchos políticos de la revolución. Pero en general no conocían de la proliferación de guerrillas que quisieron emularlas ni la reacción en su contra, de modo que se puede hablar de una guerra civil en nuestro continente con diversas intensidades en cada país.

A partir de estas respuestas es evidente que el interés por el tema existe. Será más fácil explicar y estudiar los detalles en relación con los mecanismos por medio de los cuales la Revolución cubana generó todos estos males. Pero muy especialmente por su capacidad de mantenerse en el poder por tanto tiempo (60 años hasta el presente). Considero que este aspecto es el más importante para aprender como científicos sociales y como ciudadanos amantes de la democracia, las libertades y la dignidad de cada persona humana. Cada vez que pienso en Cuba me aterra el hecho de su longevidad. ¡Dios y el pueblo nos amparen! ¡La libertad está en nuestras manos!


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