Primero. Que no son venezolanos.

Segundo. Que fueron premier de gobierno en sus países.

Tercero. Que condujeron con sabiduría a sus naciones desde la oscuridad de la dictadura al resplandor de la democracia.

Cuarto. Que no llegaron al gobierno para andar persiguiendo gente, acorralando opositores ni con ánimos de venganza y retaliación.

Quinto. Que en sus mandatos las fuerzas armadas permanecieron fieles y que todos ratificaron a la mayoría de los miembros del Alto Mando Militar que encontraron cuando llegaron al poder.

Sexto. Que siempre propiciaron la unidad nacional, un gobierno de amplitud en el que todos encontraron espacios, en el que los procesos electorales se respetaron como único medio pacífico y constitucional para conquistar la anhelada democracia.

Séptimo. Todos concurrieron a procesos electorales con organismos marcadamente influenciados por los gobiernos dictatoriales y con garantías menguadas. Participaron y ganaron.

Octavo. Todos fueron los guías principales de los procesos de transición de la dictadura a la democracia.

Noveno. Esto que de inmediato les narro:

1. El caso de Suráfrica y Nelson Mandela

Para Mandela la reconciliación nacional era el principal objetivo en su presidencia, como el protagonista que era de la transición de un país gobernado por una minoría, bajo las políticas del apartheid, a una nación democrática y multicultural.  Él estaba enterado de la ruina económica de otros países africanos que habían sido abandonados por las minorías de raza blanca en los años del poscolonialismo, por lo que se aseguró de que la población de raza blanca surafricana fuera protegida y se sintiera parte de la Nación del Arcoíris. Por lo tanto, se encargó de crear una coalición en su gabinete lo más heterogénea posible, teniendo a De Klerk como su vicepresidente. Otros importantes miembros del Partido Nacional ocuparon importantes cargos en los ministerios de Agricultura, Energía, Medioambiente y Minerales y Energía; mientras Buthelezi fue nombrado para el cargo de Ministro de Asuntos Interiores.

Sin embargo, la relación de Mandela con De Klerk había sido muy tensa, pues el primero opinaba que el segundo tenía actitudes provocativas y este  por su parte consideraba que era humillado por el jefe del Estado. Como muestra, en enero de 1995 Mandela le reprendió por haber otorgado la amnistía a 3.500 policías antes de las elecciones generales y posteriormente le criticó por haber defendido al ex ministro de Defensa Magnus Malan cuando este fue acusado de asesinato.

Mandela se entrevistó personalmente con reconocidas figuras del régimen del apartheid, entre ellos Betsie Schoombie, viuda de Hendrik Verwoerd; así como el abogado Percy Yutar. Durante su gobierno enfatizó en la reconciliación: “Los valientes no temen al perdón, si esto ayuda a fomentar la paz”.

Igualmente, Mandela verificó la formación de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación que se encargó de investigar crímenes cometidos durante el régimen del apartheid, tanto por el gobierno como por el CNA, por lo que comisionó a Desmond Tutu como su presidente.

Para evitar la exaltación de mártires, la comisión otorgó la amnistía a cambio de testimonios de crímenes cometidos en esos años. El trabajo se inició en febrero de 1996 y transcurrieron dos años en los que se tomaron los testimonios de violaciones, torturas, atentados con explosivos y asesinatos, antes de dar a conocer el reporte final en octubre de 1998. Tanto De Klerk como Mbeki pidieron que algunas partes del reporte se suprimieran, pero únicamente la petición de De Klerk fue tomada en cuenta. Mandela felicitó a la comisión por su trabajo y afirmó que “había ayudado a dejar atrás el pasado para concentrarse en el presente y el futuro”. 

2.- El caso de Nicaragua y Violeta Chamorro 

En 1990, sandinistas y representantes de la entonces presidente electa Violeta Chamorro firmaron en Managua el acuerdo que permitiría una transición pacífica en Nicaragua, la reducción del ejército y su subordinación al nuevo gobierno. Al mismo tiempo avanzaron las gestiones para la desmovilización de la contra tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de la ampliación del mandato para que los observadores militares de la ONU asumieran la labor de desarmar a los rebeldes antisandinistas.

Un protocolo firmado por el ministro de Defensa del gobierno de Nicaragua, Humberto Ortega, y el más próximo colaborador de Chamorro, su yerno Antonio Lacayo, afirmaba que el traspaso de poderes debía hacerse el 25 de abril de aquel año, «en un marco de mutua seguridad y confianza, lejos de cualquier acto de revanchismo, represalias o venganzas, y en un clima de respeto a la integridad física y moral de las personas».

Ortega y Lacayo presentaron el acuerdo en una conferencia de prensa conjunta que sellaba la reconciliación nacional en ese país después de 10 años de guerra y un siglo entero dominado por las dictaduras e invasiones extranjeras. En solo un mes de negociaciones entre dos fuerzas políticas nicaragüenses, sin presencia ni interferencia exterior, se consiguió lo que hasta poco tiempo antes parecía un milagro.

El gobierno de Violeta Chamorro, tal como se esperaba, garantizó la continuación en sus puestos de la mayor parte de la oficialidad que había actuado durante aquellos 10 años a la orden del sandinismo. Y el ministro de la Defensa fue Humberto Ortega

3.- El caso de España y Adolfo Suárez

Gobierno de la monarquía restaurada en España (1976-1977)

Presidente: Adolfo Suárez González

Vicepresidente primero y ministro de Defensa: teniente general Manuel Gutiérrez Mellado.

Manuel Gutiérrez Mellado (Madrid, 30 de abril de 1912-Torremocha del Campo, 15 de diciembre de 1995) fue un militar y político español, primer marqués de Gutiérrez-Mellado, capitán general ad honorem del Ejército de Tierra, vicepresidente primero del gobierno para Asuntos de la Defensa y ministro de Defensa durante la Transición.

Nacido en el seno de una familia de la burguesía madrileña de la restauración y huérfano de padre y madre a muy temprana edad, su tío, el célebre editor Saturnino Calleja, sufragó sus estudios de bachillerato en el elitista internado del Real Colegio de las Escuelas Pías de San Antón. Allí demostró por primera vez su futuro temple y sentido de la responsabilidad, respondiendo a la solidaridad de su familia con un brillantísimo expediente escolar, conservado en el archivo del Instituto de Enseñanza Secundaria Cardenal Cisneros de Madrid Puell de la Villa, 1997.

La reforma de la enseñanza militar por la dictadura de Primo de Rivera en 1927 truncó su propósito de opositar directamente al ingreso en la Academia de Artillería y en 1929 se incorporó a la Academia General Militar de Zaragoza, dirigida por el general Francisco Franco. Recién proclamada la Segunda República ascendió a alférez y terminó su formación militar en la Academia de Artillería e Ingenieros de Segovia, de la que salió teniente de Artillería en julio de 1933 con el número uno de su promoción.

Su primer destino fue el Regimiento de Artillería a Caballo, acuartelado en el madrileño cantón de Campamento. En 1935 se afilió a la Falange Española de las JONS y el 20 de julio de 1936 en la madrugada participó activamente en la rebelión de su unidad contra el gobierno del Frente Popular. Una vez sofocada la rebelión en Campamento, huyó campo a través a Villaviciosa de Odón, desde donde regresó a Madrid a primeros de agosto. Indagaciones policiales descubrieron su activa participación en el hecho, por lo que decidió asilarse en una embajada. Un par de semanas después se unió a los clandestinos servicios de inteligencia del bando franquista que operaba en Madrid, provisto de documentación falsa a nombre de Teodosio Paredes Laína

En 1938 ascendió a capitán y al organizar Franco el Servicio de Información y Policía Militar fue nombrado jefe de una de las tres secciones de ese organismo, adscritas al cuerpo de ejército que asediaba la capital. En este cometido proporcionó valiosísima información sobre los planes, despliegue y armamento republicanos a la citada gran unidad

En 1945, una vez derrotada Alemania, quedó adscrito a la Sección de Información del Alto Estado Mayor.

La casi inmediata entrada en escena de Adolfo Suárez, a quien el rey puso en aviso de las virtudes que adornaban al capitán general de Valladolid, le llevó en julio de 1976 a la jefatura del Estado Mayor Central del Ejército de Tierra y, apenas tres meses después, el 23 de septiembre, a reemplazar al teniente general Fernando de Santiago Díaz de Mendívil, que había dimitido para expresar su oposición a la reforma promovida por Suárez, en la Vicepresidencia Primera del Gobierno para Asuntos de la Defensa

En el momento de ser nombrado vicepresidente, el general Gutiérrez Mellado debía de llevar ya muchos años pensando y planeando lo que era preciso hacer para transformar y modernizar el obsoleto ejército de Franco. Tan pensado lo debía de tener que el 4 de enero de 1977, es decir, cuando todavía no llevaba cien días en el gobierno, fue capaz de plasmar en una sencilla hoja de papel sus planes de reforma para someterlos a la aprobación de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Militares, que se reunía aquel día bajo la presidencia de Adolfo Suárez. El plan comprendía una serie de actuaciones concretas en las siguientes áreas: organización superior de la defensa; actualización del programa de dotaciones presupuestarias para las Fuerzas Armadas; política conjunta de personal y limitación de las competencias de la justicia militar.

Gutiérrez Mellado continuó formando parte de los gobiernos de Adolfo Suárez durante los dos primeros años de la segunda legislatura (1979-1982), con el título de vicepresidente primero del Gobierno para los Asuntos de la Seguridad y la Defensa Nacional, cargo en el que cesó el 26 de febrero de 1981, cuando se formó el presidido por Leopoldo Calvo-Sotelo.

4. El caso de Perú y Alejandro Toledo 

Roberto Chiabra León. Ministro de Defensa de Perú. 15 de diciembre de 2003 al 16 de agosto de 2005.

Presidente en ese período: Alejandro Toledo. Chiabra fue también comandante general del Ejército de Perú. Desde el 28 de noviembre de 2002 al 14 de diciembre de 2003.

Ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos el 1º de marzo de 1966. Siguió los cursos de Estado Mayor y de Comando y Administración en la Escuela Superior de Guerra del Ejército, de Estado Mayor Conjunto en el Centro de Altos Estudios Militares. Cursó el Taller de Expertos sobre Fuerzas Militares y Policía en el Instituto Internacional de Derechos Humanos en San José de Costa Rica y el Programa de Alta Dirección y Gerencia en la Universidad de Piura, entre otros estudio

Destacó como jefe del comando de operaciones del Cenepa en 1995, cuando ostentaba el grado de coronel, luego ascendió a general de brigada el 1º de enero de 1996, pero a finales de 1998 fue pasado a retiro. Durante el gobierno del presidente Valentín Paniagua y siendo ministro de Defensa Walter Ledesma, fue publicada una resolución que de forma reivindicatoria lo reincorporó al Ejército. Fue ascendido a divisionario el lº de enero de 2001.

El 28 de noviembre de 2002 el presidente Alejandro Toledo lo nombró comandante general del Ejército de Perú

El 15 de diciembre de 2003 fue nombrado ministro de Defensa de Perú; durante su gestión fue acusado de haber recibido dinero de Vladimiro Montesinos para desempeñarse como agregado militar de Perú en Paraguay (1999); pero fue defendido por los miembros del Consejo de Ministros.

5. El caso de Chile y Patricio Aylwin

En este caso simplemente vamos a reseñar parte de algunos de los discursos de Patricio Aylwin como definición de la transición.

En la misma gira a Europa donde dio el discurso en la Universidad de la Sorbona, concedió una entrevista al diario El País el 5 de mayo de 1994. Ahí detalló tras salir del gobierno:

“Yo lo que he dicho y sigo creyendo es que Pinochet no intentó cogobernar desde que yo asumí la Presidencia. Me dijo: ‘Yo como militar sé mandar y obedecer. Ahora usted es el presidente y yo le obedezco a usted. Tuvimos desacuerdos, naturalmente, pero en definitiva, nunca pretendió intervenir (…) nunca desobedeció. La imagen del general Pinochet con la que salí de la Presidencia, de su conducta durante mi gobierno, no es la que pude temer cuando asumí el cargo”, argumentó.

El 12 de noviembre de 1997 declaró a El País de Uruguay que, más allá de sus diferencias políticas con el general Pinochet, su presencia contribuyó a que no tuvieran ningún episodio en la transición chilena. “Nunca vi ningún peligro de una posible ruptura de las instituciones durante mi mandato”.

La transición a la democracia se refiere al proceso de restablecimiento democrático de Chile luego de la última dictadura militar liderada por el general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990.

Algunos de los hitos más importantes de la transición fueron el plebiscito de 1988, las elecciones presidenciales de 1989, el cambio de mando y gobierno de Patricio Aylwin, el arresto de Augusto Pinochet en Londres, la reforma a la Constitución de 1980 durante el gobierno de Ricardo Lagos, el recambio en la coalición de gobierno entre la Concertación y el Primer Gobierno de Sebastián Piñera, el fin del sistema binominal y el proceso de creación de la nueva Constitución para Chile encabezada por Michelle Bachelet.

6. El caso de Henri Falcón 

Está por verse…


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