Los ciudadanos se preguntan con razón, ¿por qué siendo mayoría los contrarios al dúo PSUV/MUD no logran captar al pueblo? Una interrogante nada fácil de responder ni sencilla de comprender y analizar. Muchas variables para lograr acercarse a un diagnóstico más o menos real, fundamentado y medianamente creíble hacen necesario decir duras verdades, más que dolorosas, preocupantes.

Venezuela se ha venido degradando a una sociedad de corruptos putrefactos encubridores y que solo miran sus ombligos e intereses particulares olvidando descarados provechos y beneficios ciudadanos. Chávez se impuso un objetivo: lograr un pueblo sumiso, obediente y especialmente una oposición a su medida. Amilanaron a los ciudadanos mientras incluían en sus negociados a familiares, conocidos y cercanos –incluso a ellos mismos– para, luego, chantajearlos y extorsionarlos.

De lo contrario, no se explican los incontables errores, tanta complacencia, ineptitud y terca permanencia durante años. En cualquier país decente y racional, hace tiempo habrían renunciado a sus cargos y liderazgos. Se eternizan, y el régimen los ayuda a consolidarse.

Eso que llaman “la oposición no alineada con la MUD” no es nada distinto, a la ciudadanía que no deja de preguntarse, que se preocupa por los momentos de hambre y no por los tiempos políticos, diametralmente desiguales. Son suspicaces sobre conversaciones y tratos con el régimen. Es la inmensa mayoría ciudadana.

Izquierdistas, conversos y negociantes disfrutaron del inicio y ahora emergen con dudas, ¿qué propones?, califican burlonamente a quienes consideran divisionistas, radicales, apátridas y traidores. Son los mismos comunistas “democráticos” que los eligieron, que estamparon para la historia con orgullo sus nombres en aquella vergonzosa misiva de bienvenida a Fidel Castro.

Los que se aprovecharon de esta ignominia, que a pesar de todo y la locura que vivimos y padecemos, pregonan el chavismo originario como posible solución con la excusa insustentable de que el madurismo se desvió de su objetivo inicial. Los que aún respiran por la herida compasiva, por la convicción y conciencia comunistas, idolatradores de los sinvergüenzas hermanos Castro, del castrismo y de esa desgracia humana, asesina que algunos aún cortejan y veneran del Che Guevara.

Esos que, habiendo disfrutado a placer del poder y robado sin miramiento, hoy conspiran contra toda solución que no les convenga, pero que encaje con la población decente, de principios éticos y buenas costumbres ciudadanas. Ese es el enemigo poderoso en principios, pero desguarnecido de armas y poder bélico que le permita insinuarse en busca de libertad contra la dictadura con posibilidad de éxito, que por ahora se inhibe, no por cobardía, apatía ni conformismo, es cuestión de tiempo y momento oportuno, un deseo contenido pero indetenible, libertario y republicano.

La población que subestiman e ignoran a la cual poco o nada escuchan, es consciente, conoce a sus adversarios y quiénes sus verdaderos líderes que cuidan y preservan en el anonimato para no comprometerlos ante un régimen déspota e inmisericorde.

La rebelión es espíritu, libertad, democracia, derechos humanos; la protesta, necesidad básica humana de agua, aseo, hambre, escasez de medicina, electricidad, calles destruidas, inseguridad, especulación, inflación, calidad de vida y cientos de etcéteras.

La Venezuela de 2017, especialmente el 16J, se rebeló, reclamó con fuerza libertad y democracia; hoy protesta por hambre y necesidades. Por esa razón el año pasado quienes fungían de “líderes” lograron un acuerdo secreto, oculto y tenebroso de apaciguar la calle. La rebelión no se puede controlar llegado al punto de ebullición y ese momento estuvo cerca. Hoy la ausencia de politiqueros en las protestas es porque no les importa, no es rebelión. Esa mayoría debe regresar a las calles con hambre de libertad y democracia. La libertad jamás se otorga y menos un tirano, debe ser exigida por el oprimido sin amagos ni temor.

Cuando preguntan a los que critican ¿qué les impide sacar al gobierno?, respuesta compleja como simple: cierta oposición que no es mesa ni unidad, sino parte de la confabulación para mantenerse, son ellos el impedimento. Y así afortunadamente lo han comprendido los ciudadanos y el mundo.

Hay verdades de lado y lado. Todos hemos fracasado en alcanzar la meta. Podemos pasar siglos atacándonos, ¿no será mejor ponernos de acuerdo los que realmente queremos democracia, libertad y un mejor país? Renovemos la dirigencia. ¡Ya! ¿Por qué empeñarnos en quienes han arruinado un movimiento popular? Mejor es partir lanzas, ver qué nos une y cómo llegamos juntos con respeto y tolerancia, dejando de lado a los prepotentes ególatras y a los colaboracionistas cómplices.

No se debe insistir en el error de continuar fijando fechas de reuniones, manteniendo la ilusión de un gobierno abierto al diálogo. Deberían apoyar con fuerza la protesta social y continuar movilizando la acción internacional; a la cual debemos agradecer siempre su solidaridad.

La unidad como pensamiento y manera de aglutinar esfuerzos pasó al olvido porque no fue sino un chantaje, que algunos utilizaron arbitrarios cuando fueron capaces de ir contra la voluntad ciudadana, de cohabitar con un gobierno devenido en régimen y enseñando su verdadera cara tiránica dictatorial. Destruyeron toda posibilidad de articular acciones que permitieran salir de este mal que se insertó en nuestro país y atormenta al mundo. Depreciaron y desmoralizaron no solamente a lo interno sino también a escala internacional. El mundo nos ofreció auxilio y fatuos superiores lo rechazaron por la patria falsa que ofrecen sus socios y cómplices.

Unidad y chavismo son extorsiones públicas, si no estás conmigo, eres radical, divisionista, pagado por el G2 y la dictadura; por la otra parte, apátrida, oligarca y traidor. Imaginamos que ambos calificarán de igual manera a la Unión Europea, Grupo de Lima, Canadá, Estados Unidos, México, en fin. El mundo se equivoca, menos la dupla PSUV/MUD

Es urgente una unidad diferente con nuevos líderes, que escuche las diversidades, sepa actuar con firmeza, valentía, coherencia y contundencia democrática. Sobre todo, que atienda sin vacilaciones los intereses de la población y del país.. Sin embargo, algunos, a pesar de sus fracasos, no están dispuestos asumir ni doblegarse a esos principios éticos, siguen prefiriendo el arreglo, la concordia y conchupancia infame con la dictadura.

El tiempo es inexorable y transcurre a pesar de nuestros deseos, la Asamblea Nacional desbaratada malversó el mandato ciudadano otorgado en diciembre 2015, y se burló con regodeo de aquel imborrable 16J de 2017. Sembró esperanza, pero defraudó sin remordimiento ni deseos de arrepentimiento. Pasará a la historia como un gran fraude.


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