Recorriendo la ciudad, reflexionaba desde mi vehículo todo el espectáculo a mi alrededor. No había alcanzado los 500 metros cuando ya había visto en 2 semáforos personas hurgando en la basura. Revisaban entre las bolsas en busca del festín que les calmaría el hambre aquel día.

Siguiendo el recorrido vi una de las tan acostumbradas colas de un supermercado, donde varias personas discutían por el orden de la fila que muchas personas irrespetaban y eso generaba molestias y peleas mientras que un efectivo militar, al principio de la cola, bostezaba aburrido por la jornada que vivía.

Pasé por un local que la noche había sido saqueado y en el siguiente semáforo la Guardia Nacional con sus monstruosas motos, imponentes y soberbios, comiéndose todo a su paso, irrespetaron las luces de tránsito y sin importar nada siguieron su rumbo.

Parecía que el imperio de las leyes se había ido hace mucho del país. La ciudad que recorrí esa vez y la cual estudie reflexivamente no era un lugar común, no era un sitio normal. Parecía una jaula que encerraba a una horda de caníbales que buscaban sobrevivir. Las leyes eran letra muerta y solo existía la ley del más apto o una cosa por el estilo.

Me preguntaba por qué personas hurgaban en la basura, pero la respuesta se vino inmediata con la imagen de la cola del establecimiento comercial. Hacemos cola para comprar comida pero cada vez es peor, pareciera que se hiciera cola para comprar la poca miseria que se nos ofrece. Lo importado no se puede comprar, es tan costoso que espanta cualquiera escuchar solo un precio.

Se nos está condenando a morir de hambre, y he allí la respuesta por qué la gente hurga en la basura. No hay nada para comer, lo poco que queda se los pelean mucho mientras que lo importado lo compran unos pocos. La comida en Venezuela se ha vuelto tan lujosa que hasta los militares que se encargan de la seguridad y defensa de la nación desde hace rato están detrás de todo este negocio “resguardándola” de la especulación.

Y esto en el caso de la gente que hurga en la basura para poder comer, pero qué hay de los demás. Por qué la gente se muere enferma, por qué la gente saquea, por qué simplemente no hay ley ni estado que valga. Sencillamente porque se instauró un sistema político que izó como bandera el humanismo pero que terminó en algo peor y muy lejos a este término. En nuestro país no hay otra cosa que una opresión sistemática para someter a todo un país.

No hay respuesta para todas las distorsiones que estamos viviendo, no hay justificación para todo el caos que se nos ha impuesto, no hay perdón para aquellos que sabiendo que enrumbaban al país a la debacle aceleraron mucho más para estrellarnos directamente en la crisis y aquí están las consecuencias: un país entero desangrándose, unos de hambre, otros enfermos, otros asesinados y la otra cuarta parte emigrando. Estos son los nefastos resultados de quienes impulsaron la mal llamada revolución bolivariana.

Quiero finalizar acotando que de acuerdo a los últimos sucesos que se han vivido en el ámbito nacional, no me queda la menor duda que saldremos de este régimen hambreador y destructor. Pero es menester preguntarse qué pasará con nosotros como sociedad: seguiremos arrastrando las mismas conductas que salieron en esta crisis o nos uniremos a trabajar en pro de la construcción de un mejor país que respete todas las libertades incluyendo las económicas y de pensamientos. Sigamos luchando por ese país.


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