Una impactante selección de lo más avant-garde del arte cubanoamericano contemporáneo confluye en la segunda exposición del Museo Americano de la Diáspora Cubana, conocido popularmente como El Cubano, cuya sede en Miami se ha convertido en centro de referencia de creatividad en esta ciudad, que cada vez más, trascendiendo el trivial paradigma de la postal turística, se abre a la respiración natural de las artes.

Luis Cruz Azaceta, José Bedia, María Brito, Florencio Gelabert, Jillian Mayer, Ernesto Oroza, César Trasobares y Juana Valdés son los responsables de Of / By / For, en español De / Por / Para (la diáspora). Ocho artistas de renombre mundial que han creado obras de diferentes estilos y géneros, desde instalaciones, pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, piezas audiovisuales y un impresionante mural, como parte del Miami Art Week, celebrado en la ciudad durante la primera semana de diciembre, y partiendo de su experiencia como exiliados o hijos de exiliados cubanos en este país.

Para esta exhibición, la directiva de El Cubano le brindó a cada artista la posibilidad de tomar un espacio del museo. El resultado es un espectáculo creativo de primer nivel, con piezas donde, en la mayoría de los casos, además del espíritu insatisfecho peleando por abrazarse eternamente a la belleza, fascina la aventura que siempre es trabajar con grandes dimensiones.

Un mural de Bedia da la bienvenida a la exhibición. Su poética neofigurativa y desgarrada, de pretensiones antropológicas, místicas y religiosas, sus rasgos neonaif, depurados, de irreverente perfección, enfrascados en el discurso de lo mínimo, de la búsqueda de la verdad, de lograr toda la comunicación posible, y de una visceralidad reconocible, pareciera que cabalga con la intención y el anhelo del título de la pieza, un texto cardinal en esta muestra colectiva: “Algo así como una nueva carga al machete”. Poesía, ilusión, padecimiento, intentos, memoria e hiperrealismo “de, por y para la diáspora”, la comunidad responsable de que este museo exista.

Al entrar en cada espacio, los sentimientos de los visitantes podrán viajar en diferentes dimensiones, activando nuevas miradas o reactivando reminiscencias y sensaciones que quizás creían ahogadas y que sencillamente dormían silenciosamente en esas trampas laberínticas que nos pone el olvido, sobre todo a quienes nos ha tocado el destino de reinventar nuestras vidas en la diáspora, que es siempre vivir como árboles con las raíces en el aire.

Quienes por estos días visiten a El Cubano, caminarán junto a toda una flota de juguetes infantiles transfigurados, vueltos alegorías (como tal vez deban ser todos los juguetes) del mundo contemporáneo. Se moverán entre las nubes sentados en columpios iluminados. Descubrirán una pequeña casa-laboratorio-fábrica de seres humanos, criaturas apresadas desde su nacimiento, dolientes, que aúllan sin decir una sola palabra y que pueden recrear todo el discurso de la fuga del dolor, el sufrimiento depurado por el arte. Tropezarán con la disyuntiva de ver únicamente el sentido real, o irreal, del dinero, o convertirlo en algo más hermoso sin dejar de resultar invocador. Se verán reflejados ante la convivencia apabullante y vacua de los objetos, comprados por nuestro a veces compulsivo, a veces invisible, sentido del ridículo. Sentirán los vínculos entre una casa destruida, una ciudad en ruinas como es La Habana y un efficiency (pequeño estudio) de Hialeah, así como un homenaje a las raíces culturales de la famosa Ceiba de la Pequeña Habana. Y se estremecerán ante lo que le cuenta de su patria un padre a su hija, ante la imagen de El Morro y la Plaza Cívica (aún de la revolución) en la capital cubana.

El Cubano es un museo único en el mundo. Vale citar las palabras de Carisa Pérez-Fuentes, directora de diseño y comunicaciones de esta institución: “El Museo Americano de la Diáspora Cubana representa a una comunidad de refugiados y a sus descendientes, que vinieron a Estados Unidos en busca de libertad. Aman a este país, y aunque su deseo de una Cuba libre sigue sin cumplirse, aquí, en su tierra de adopción, tienen esta entidad dedicada específicamente a preservar su historia como exiliados cubanos, y su legado como estadounidenses. Este es su museo, literalmente el museo americano de, por y para la diáspora cubana”.

Los cubanoamericanos, sobre todo las primeras generaciones de exiliados del castrismo, y luego los más exitosos de los que han seguido llegando después, en esta imparable diáspora de seis décadas que aún no cesa, sienten no solo el deseo de recomponer sus vidas, el apetito de cambiar diametralmente su destino, sino que también, conscientes de esa especie de triunfo que supone escaparse de la isla-cárcel e instalarse en el primer mundo, asumen el compromiso de integrarse, sin dejar de ser cubanos, a la dinámica de la sociedad estadounidense, así como el reto de producir aportes. Una realidad que abarca varios ámbitos, desde la política hasta la cultura.

El Cubano lo confirma. Aplaudo esta exposición y la existencia, necesaria y seductora, de este museo, y comparto la proyección de su directora fundadora, la ensayista y curadora Ileana Fuentes: “Cumpliendo con nuestra misión de documentar, interpretar y celebrar la cultura y la historia de la diáspora cubana, siempre es un placer mostrar el espíritu creativo de nuestros artistas. Esta es una prueba más de la tenacidad, la perseverancia, la audacia y el genio de nuestra diáspora”.

La muestra Of / By / For es un reflejo de todo esto, un título que, por cierto, es una sentida invocación a la famosa descripción de Abraham Lincoln de lo que debe ser el gobierno estadounidense: “Del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, recontextualizado a través del arte en el fenómeno de la diáspora cubana.

Inaugurada el domingo 10 de diciembre (Día de los Derechos Humanos), la exhibición Of / By / For permanecerá abierta hasta el 11 de marzo de 2018, de lunes a sábado entre 12:00 m y 8:00 pm, y los domingos entre 12:00 m y 4:00 pm. Si durante este tiempo usted está de paso por Miami y quiere acercarse (más) al arte de los cubanoamericanos, no deje de visitarla. Consulte el portal www.thecuban.org para hallar más información sobre esta muestra y otras actividades de El Cubano. Un viejo anhelo ahora hecho realidad. Enhorabuena.


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