Por mala suerte, para Venezuela, nuestro amado líder tiene un enemigo que no hay forma de detener. Antes de continuar, quiero decir públicamente que he aprendido a amar al indiscutible candidato presidencial y querido guía de esta revolución tan bonita.

Meses atrás, confundido, he de confesarlo, marché obligado. Hablé mal, escribí e hice chistes de mal gusto sobre este gobierno. Ahora hablo muy bien de él y lo reconozco como maravilloso y próspero. Sin embargo, inexplicablemente, cuando digo eso en mis shows, la gente se ríe más.

En el diario El Nacional publicaron una notica extrañamente chiquita pero peligrosa. Allí se hace referencia a 2021, año en el que nuestro comandante eterno vaticinó que la felicidad absoluta llegaría a este país.

Según dijo el comandante, no habrá escuálidos ni jodedores, latifundios ni tierras, vacas ni leche, legumbres ni hortalizas, efectivo ni transacciones, terratenientes ni campesinos. No existirá la clase media ni la pobre. Los niños emigrarán con la mayoría de los jóvenes, es decir, en Venezuela solo quedarán los viejos. Cuando por fin logremos alcanzar esta revolución perfecta, ocurrirá lo esperado: este gobierno dejará de existir.

En la notica, extrañamente chiquita pero peligrosa, científicos de la NASA sostienen que en el año 2021 un meteorito de más de 13.000 toneladas y 50 kilómetros de ancho por 25 de largo chocará contra la Tierra. Se estrellará, a no ser que se desvíe o logre ser desviado, a una velocidad de 60.000 kilómetros por hora, creando un cráter de impacto de 130 kilómetros de ancho que provocaría una onda expansiva de 5 megatones de TNT, logrando, de esta manera, aniquilar todo vestigio de vida, tal como sucedió hace 60 millones de años cuando los dinosaurios desaparecieron junto con 80% de la vida en el planeta. Como si fuera poco, el choque ocurrirá en el centro o norte de la América del Sur.

Tanta robadera, tanto odio, tantas líneas aéreas que no volarán más, tanta insultadera, tantos venezolanos comiendo basura en las calles, tanta gente humillada viajando como si fueran animales en camiones para transportar ganado, tanta tierra y fábricas expropiadas, tanta muerte, tanto comunismo piche para que, justo cuando íbamos a ser felices para siempre, ocurra esto. Por fin, al fin llegará el fin.

Lo único malo de este notición es que estamos tan salaos, que capaz y el mundo se acaba en todas partes menos en Venezuela.

        

         


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