El 24 de septiembre de 2018, la oposición venezolana marco un nuevo hito político, pero éste es distinto a los anteriores.

La Plataforma de Conflicto nace como expresión demandada por sectores parte del Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), y otros factores que no son parte de él pero que comprenden que la unión debe traducirse en acciones concretas.

El 20 de julio de este año, el FAVL como consecuencia de un debate intenso que se daba en su seno y en la opinión pública en general, convocó a una consulta abierta sobre el debate de si era pertinente o no llamar a una huelga o paro nacional y cuáles debían ser las condiciones de tal convocatoria.

El resultado de dicha convocatoria que se efectuó por diversas vías utilizando una guía de orientación metodológica para tal fin, dio como resultado después de dos semanas, que existía una imperiosa necesidad de convocar a una Huelga pero cuando las condiciones estuviesen dadas, desde una instancia mucho más amplia a la del FAVL y debía trabajarse en unión para lograr tal fin.

Ese mandato de la consulta fue comunicado públicamente y se decidió llamar a constituir un comité nacional de conflicto que articulara todas las luchas para acumular fuerzas con el fin de llamar a una “Huelga Nacional”, asumida como una acción de protesta nacional conjunta y organizada sin repercusiones jurídicas tal como lo podría ser una “Huelga General”, superando los llamados a “paro” de un país que ya la dictadura lo tiene parado.

Constituido un equipo promotor para tal fin, se iniciaron los debates sobre lo que debía ser una instancia de articulación y unificación de luchas desde los temas laborales y ciudadanos, con el objetivo de acumular fuerzas que permitan definir acciones más contundentes también desde lo político.

Parte del debate, desde mi opinión, ha sido que las luchas hasta hoy desarrolladas o eran extremadamente políticas: “Maduro vete ya”, o extremadamente reivindicativas: “Aumento de salario ya” o “queremos un gobierno que gobierne”, y las dos luchas carecían de comunicación con el objetivo final de la protesta: un cambio verdadero que permita generar las condiciones para una justa valoración del trabajo, respeto del Estado de Derecho y restablecimiento del hilo constitucional, que pasa por un cambio de modelo político, que tiene como el mayor escollo el actual gobierno y por tanto salir de él es un paso fundamental para lograr los cambios de fondo, lo que no descarta exigir mientras la dictadura ostenta el poder y se acumulan fuerzas para evocar un 23 de enero del siglo XXI, presionar para que algunas cosas que son derechos adquiridos se respeten y punto, utilizando estas luchas para conquistar espacios que logren el objetivo supremo.

En ese sentido, y a pesar de las posiciones irreductibles de algunos, se logró, con el esfuerzo de demostrar la voluntad cierta de articular, sin afán de protagonismo o de arrebato de las luchas que libra cada sector, que todos: sectores sindicales, gremiales, vecinales, económicos y de los partidos políticos nos pusiéramos de acuerdo en constituir una Plataforma de Conflicto, que tiene como objetivo fundamental acumular fuerzas en medio de la lucha para desarrollar una huelga nacional que sea el primer paso hacia una verdadera demostración de fuerza organizada de toda la sociedad civil venezolana, sin sectarismo, y así decirle a la dictadura y al mundo que no solo existe gente capaz de confrontar la tiranía sino gente capaz de tener propuestas para lograr cambiar las cosas.

Siendo esto así, la Plataforma ya constituida, de manera silenciosa y sin muchos aspavientos decidió nacer con una Proclama de Conflicto, presentada entre todos en el Aula Magna este 24 de septiembre.

Un éxito que algunos toman por las ramas. El contenido fue impecable, la Proclama, primer documento que desde hace años goza del consenso pleno de la mayoría de la oposición venezolana y sectores organizados, la asistencia plena, totalmente organizada y calculada a pesar de los temores de algunos de que no llenaríamos el Aula Magna, y la satisfacción de todos plena, a pesar de algunos errores, como el abuso en el uso del tiempo de algunos oradores que además desencajaron en el discurso, asunto que en el marco de la evaluación crítica interna se recalcó para que no volviera a suceder.

Sobre la cantidad de intervenciones, a pesar de que algunos asumieron que fueron demasiadas, los que estuvimos en la organización entendimos que era necesario para que todos nos sintiéramos incluidos y corrimos el riesgo.

Sobre el video de Alí Primera, siempre hay detalles que se escapan, y ese punto no fue suficientemente bien debatido en la organización, sin embargo, ninguno de los miembros de la Plataforma lo vimos mal, ya que la apropiación de símbolos también debe estar en disputa, y esto es parte del debate pendiente, pero los más triviales, se enteraron del evento por este hecho que generó cierto “escándalo” en las redes sociales, y eso también podemos asumirlo como parte del éxito del evento.

Al final, un evento que no queda ahí, ya que además de presentar una proclama que deja claro los motivos de las luchas, indica pasos certeros para el cambio del país que queremos y delinea acciones en ese sentido.

Acciones convocadas por cada sector, y una lucha conjunta como inicio de las acciones para el 5 de octubre en todas las Inspectorías del Trabajo de país, es una ruta clara que evidentemente no devela todo a la dictadura, pero que le dice a la gente que si hay esperanza.

El 5 de octubre, es una primera acción tanto reivindicativa como política, porque no le vamos a pedir a las Inspectorías que atiendan un caso, les vamos a exigir a los funcionarios de la dictadura que obedezcan el mandato del pueblo expresados en los contratos colectivos, y vamos a demostrar la fuerza que tenemos para hacer imponer el Estado de Derecho sobre la arbitrariedad del tirano.

Ese día se anunciarán las próximas acciones en otros ámbitos, y la agenda crecerá en la medida que las fuerzas se acumulen para tal fin, demostrando al final que como dice la proclama: “Todas las luchas, una sola lucha”.

La única manera de recobrar la esperanza es teniendo la certeza de que existe un camino y propuesta clara para salir de la dictadura y después de ella saber lo que se hará, y desde la Plataforma de Conflicto y del FAVL estamos trabajando todos los días para reconquistar lo perdido y construir lo novedoso que sea necesarios con nuevos, renovados y mejores liderazgos, que expresen y den respuesta a lo que la gente padece todos los días, sin agendas aéreas y menos ocultas.

#UnionOrganizacionYLucha

Dato interesante: la Plataforma de Conflicto hasta ahora no tiene cuenta de Twitter, ni logo, ni correo electrónico, ni página web, pues es la suma de los Twitter, los logos, los correos electrónicos y las páginas web de sus miembros y de todo aquel que se quiera sumar a sus convocatorias y luchas, y quizá esto deba permanecer así.

Lea otras declaraciones y escritos de Nicmer Evans aquí…


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