Fedecámaras Radio cumplió su primer año al aire. Un logro muy meritorio, permítanme decir, porque para nadie es un secreto lo que este régimen ha hecho con los medios de comunicación en el país: los callan a la fuerza, los compran o los cierran. Pero, Fedecámaras Radio conmemora su primer año y celebro la iniciativa; así como felicito al equipo de trabajo que ha sabido sortear las triquiñuelas de este desgobierno que se empeña en conculcarle a los medios su libertad de prensa; a ustedes, su derecho a la información plural y, a nosotros, los periodistas, nuestra libertad de expresión.

En el marco de este aniversario, y casualmente, como antesala al Día Internacional de la Libertad de Expresión –que se celebra el 3 de mayo– organizaron el evento “Venezuela: voces de la economía. Soluciones que motivan”, en el que tuvimos la oportunidad de escuchar los análisis de destacados economistas, oír las reflexiones de expertos financieros y conocer el posible escenario después del 20 de mayo que planteó mi respetado amigo, el sociólogo Luis Pedro España.

Me gustaría decirles que el panorama es alentador. Pero, la realidad país –esa con la que chocamos a diario tan solo al traspasar las puertas de nuestras casas– tiende a complicarse; no solo por el impacto que la hiperinflación tendrá en nuestros bolsillos, sino porque el régimen, según la exposición del profesor España, con su candidato/presidente, sigue punteando en el favoritismo de los pocos electores –mayoritariamente de los sectores populares, que probablemente acudirán obligados, a la fuerza o por voluntad propia– a votar. Y esto, una vez más, describe el drama que se vive en el país y con el que las oposiciones no han sabido sintonizar. La clase media en Venezuela está desapareciendo, migrando o volviéndose pobre: y esa, hasta ahora, ha sido la única oposición. La que salió a manifestar en 2017 o 2014, fue la clase media trabajadora, profesional, golpeada y cansada, en un último intento por no desaparecer y frenar los desmanes del régimen. O como último recurso antes de marcharse del país.

Sin embargo, el régimen, durante todos estos años, ha hecho su tarea: y logró dominar y controlar a la masa que le otorga los votos con los que se relegitima en el poder y continúa destrozando a nuestra nación. No dudo de que la razón que motiva el voto de los sectores populares, con el que saldría favorecido Nicolás, se concreta en el deseo de no perder las cajas Clap y los bonos que reciben a través del carnet de la patria. Esas dádivas no los hará menos pobres; pero sí sumisos y obedientes a la voluntad del oficialismo, que usará estas prácticas para lograr sus objetivos: ¡perpetuarse!

Por otra parte, en materia económica, los correctivos que se requieren a fin de salir de la crisis para salvar a nuestro país, siguen sin aplicarse, y ocasionando que el deterioro generalizado –de los servicios públicos, de los sistemas de salud, de la calidad de vida– favorezca al régimen, que ha logrado que esta miseria, que se expande como un cáncer sin tratamiento, sea su mejor estrategia de dominación y control. En varias oportunidades he insistido en que el empobrecimiento programado es parte del plan de la patria, ideado por Chávez y ejecutado por Maduro, quien no ha dejado de agregarle su perverso toque personal. Este régimen, irá con todo hasta el final, sin importarle que ese final sea el suyo propio. Pero el final, ese que tanto anhelamos, a mi juicio, aún puede tardar años.

En el evento de Fedecámaras, el economista Asdrúbal Oliveros fue uno de los encargados de presentarnos el resultado de este primer trimestre del año. De su exposición quisiera destacar varios aspectos que son realmente dramáticos: la inflación mensual en el país ha sido de 85%, un porcentaje que no es de extrañarnos porque somos testigos y víctimas de esta escalada inflacionaria que, según proyecciones de Econalítica, podría rondar para finales de este año 160.000%. ¡Una cifra alarmante y catastrófica! De ser así, las consecuencias serán devastadoras. Algo que ni el bolívar soberano podrá frenar.

Otro de los aspectos relevantes de su exposición fue que, durante los tres primeros meses de 2018 hubo un incremento de las transacciones en otras monedas, una especie de dolarización tácita o informal, pese a que el economista no está de acuerdo con lo que afirman algunos de sus colegas de que la economía está dolarizada; sin embargo, según Oliveros, estamos en una nueva fase del proceso hiperinflacionario, lo cual está generando que el costo en dólares esté subiendo. Entiendo entonces que el precio de un bien o servicio en moneda americana ha perdido esa estabilidad en el tiempo y comienza a variar de acuerdo con las pautas que dicta este proceso hiperinflacionario inédito en Venezuela: un pobre país petrolero, conducido en los últimos tiempos por incapaces con mentalidad de indigentes que, de pronto, y por un golpe de suerte, se ganaron el premio gordo de la lotería.

@mingo_1

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