El peligro del pensamiento lineal reside en que depende casi exclusivamente de la lógica y del punto inicial de arranque: una vez seleccionado el punto de partida solamente se dispone de un número limitado de conclusiones lógicas.

Un ejemplo de pensamiento lineal lo tenemos en el argumento de aquellos que concluyen que la única salida es la electoral y que hay que votar masivamente por Henri Falcón (aunque no lo expresan así abiertamente) el próximo 20 de mayo.

¿Qué cosas no toma en cuenta tal llamado?

Un primer tema es que, en primer lugar, la asamblea nacional constituyente es ilegítima por no haber sido convocada por el pueblo, de acuerdo con lo previsto en el artículo 347 de la Constitución. Al ser ilegítima, la convocatoria a tales elecciones presidenciales es un acto nulo. El anterior fue el dictamen de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, el pasado mes de febrero.

El segundo tema está relacionado con al menos tres hechos recientes. Uno con las elecciones parlamentarias de 2015 y los otros dos con las elecciones de gobernadores de 2017. El primero fue la suspensión de la proclamación de tres diputados opositores y uno oficialista, todos del estado Amazonas, con lo cual el oficialismo pretendió dejar a la oposición sin la mayoría calificada de dos tercios en el Parlamento. Los otros dos hechos ocurrieron en las elecciones de gobernadores de octubre de 2017. En Zulia ganó Juan Pablo Guanipa y fue destituido por negarse a subordinarse ante la ANC. El otro caso fue el de Andrés Velásquez que ganó y, tal como sabemos, no ganó.

En consecuencia, el segundo tema linealmente obviado en el llamado a votación masiva es el subsecuente accionar del TSJ  –o de la ANC o del CNE– en el caso de que Nicolás Maduro sea derrotado bien por Falcón o bien por el pastor evangélico.

El tercer tema linealmente obviado es el resto del andamiaje chavista-madurista: militares, colectivos, etc., que apoyan al TSJ, a la ANC y al CNE y que resulta improbable que coexistan en sana paz con Falcón –o el pastor evangélico– en medio de sanciones internacionales y con una Asamblea Nacional que pareciera estar despertando de su somnolencia al aprobar el antejuicio de mérito al presidente Nicolás Maduro. Por cierto, tal aprobación obligará a dejar fija la fecha actual establecida para el fraude eleccionario porque, a pesar del reparto de dinero a diestra y siniestra, el desgaste político de Nicolás Maduro alcanza máximos en la opinión de todas las audiencias.

El cuarto tema linealmente obviado es ¿qué hacemos con el decidido y notorio apoyo que nos ha otorgado la comunidad internacional a través de diversas personas y organismos, los cuales han manifestado que tal proceso eleccionario es un fraude y que no reconocerán al ganador? ¿Les damos la espalda alegremente saliendo a votar masivamente?

Los anteriores son cuatro temas que deja por fuera el lineal e ingenuo llamado a votación masiva por Henri Falcón. Aclaro que en lo particular no estoy llamando a la abstención; sin embargo, rescato el artículo 61 de la Constitución, aquel que comienza con esta frase: “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y a manifestarla, salvo que su práctica afecte la personalidad o constituya delito”.

Aprovecho entonces y le hago esta propuesta a los amigos de pensamiento lineal: si me dan respuestas a los anteriores cuatro temas, repito, linealmente obviados en el llamado a votación masiva, respuestas coherentes y que denoten al menos una estrategia, salgo desde ya a hacer la cola para votar, pero eso sí, por el pastor evangélico.

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