Después de  ignominiosos ocho años de Juan Manuel Santos, dedicados a entregarles el país a los narcoterroristas de las FARC, al presidente Duque le corresponde enderezar el entuerto de la defensa y seguridad del país, en el que la legalidad y el orden impere sobre el nefasto orden de cosas instaurado por la dictadura del Farcsantismo, y que se quiere prolongar a través de un bochornoso esperpento constitucional instaurado mediante medios inconstitucionales e ilegales, elaborados por dicha dictadura, que incluye una Corte Constitucional celestina y proxeneta de menores y una justicia especial para  asegurar la impunidad de los criminales de lesa humanidad. A Duque le toca, pues, reinstaurar la legalidad y lo ha comenzado a hacer muy bien con un extraordinario documento en donde se describe su Política de Defensa y Seguridad (PDS), el cual analizaremos en este artículo, dejando para otra oportunidad el escabroso asunto de la (in)justicia para los narcoterroristas.

Comienza el documento en su Introducción haciendo una merecida alabanza a los logros en Seguridad y Defensa del presidente Uribe: “Dicha política doblegó la voluntad de acción criminal de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”. Lógico es constatar, pues, que es la Política de Seguridad Democrática de Uribe la que inspira esta política de Duque, y eso es algo muy positivo, dado el éxito, que el mismo documento constata, de esa política.

Otro aspecto loable de la PDS es el recalcar el narcotráfico y el riesgo ambiental, como las dos grandes amenazas a la seguridad nacional. Destaca que la legalidad es la base de la seguridad y la convivencia. Por ello deducimos que Duque tendrá un gran énfasis en asegurar una verdadera justicia en Colombia, en aras de hacer triunfar su política de seguridad.

El aspecto más resaltante de la PDS de Duque es el enfoque multidimensional que le da a la seguridad nacional. La PDS define cinco ejes de transformación estratégica:

  1. Medio Ambiente: “El agua, la biodiversidad y el medio ambiente son activos estratégicos de la nación”.
  2. Seguridad Cooperativa.  Aquí se enfatiza la diplomacia para la defensa, eje que ha visto sus excelentes resultados en el tema de Venezuela.
  3. Disrupción del delito. Ella pretende la “ruptura o interrupción brusca del negocio ilícito, con el fin de afectar directamente la cohesión de las organizaciones delincuenciales y propiciar su fragmentación y disolución”.
  4. Control institucional del territorio. Este eje postula una política de presencia integral del Estado en el territorio, superando la perspectiva únicamente militar.
  5. Innovación, ciencia y tecnología. Haciendo un vuelco total en el enfoque dándole primacía a la innovación en la implementación de la PDS.

Un capítulo especial se dedica a delinear los objetivos de la PDS y es el núcleo central de la política, se observa una muy clara definición de los mismos, así como un interés especial en los detalles de su implementación, mostrando que la PDS ha sido muy bien planeada y articulada.

Un aspecto esencial de la PDS es que enfatiza que la seguridad es una tarea de todos y con ese fin se planea la creación de redes  de participación cívica, como un canal multipropósito que utilice los más recientes avances de la tecnología para conformar un sistema de información preventiva para la seguridad ciudadana. Esto es como anteriormente lo habíamos señalado una ampliación de la red de celulares que había implementado Uribe, y que, en su fin de descuadernar la seguridad, Santos eliminó.

Finalmente el documento se aboca al vital punto de la política anticultivos ilícitos de droga. Este es otro aspecto en el cual se observa un diametral cambio de enfoque con respecto al gobierno anterior, mientras JMS se abocó a asegurar la impunidad y la sostenibilidad del negocio ilícito para los narcoterroristas, Duque vuelve al enfoque uribista de una lucha frontal contra las drogas. Las metas cuantitativas son grandes, pero observamos que, sin el uso de la fumigación aérea con glifosato, no podrán ser cumplidas.

En conclusión, Duque se ha anotado un gran éxito al replantear la acción del Estado en las áreas de defensa y seguridad, dándole el lugar prioritario que se merece y planteando una política seria y eficaz al respecto. Consideramos que de ella depende fundamentalmente el éxito del gobierno de Duque y deseamos que sobrepase los ataques que la izquierda le hará intentando mantener sus privilegios dados por el traidor Santos y que están indisolublemente atados al narcoterrorismo.


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