El país no puede seguir derrumbándose puesto que está en el suelo. En diciembre pasado suprimieron la circulación del billete de 100 bolívares (anunciando nuevo cono monetario) y los redivivos billetes siguen impertérritos. El billete de mayor denominación (Bs 20.000) es dificilísimo encontrarlo; a pesar de las reiteradas filmaciones realizadas en el aeropuerto donde el alto preboste del Banco Central recibía cientos de cajas contentivas de los mismos. Este billete de mayor cuantía no cubre lo necesario para adquirir un kilo de harina, de café, de carne, 30 huevos, un litro de aceite etc.
Padecemos un real “corralito” en todos los bancos, donde ilegalmente fijaron discrecionalmente un tope irrisorio para el retiro de efectivo, tanto en taquilla como en los cajeros. Los canales emblemáticos de televisión destinan una parte importante del valioso tiempo para servicios públicos dramáticos: solicitud de medicinas para todo tipo de pacientes. (Existirá alguna estadística de muertes ocasionadas al respecto). Las farmacias venezolanas se han convertido en un lúgubre sitio donde apenas se consiguen.
Dos magistrados del TSJ elegidos por la AN se encuentran presos y uno de ellos tiene más de veinte días en huelga de hambre. Cuatro de los mismos solicitaron asilo en la Embajada de Chile. El resto logró salir por “los caminos verdes” de Venezuela y se reúnen con representantes de gobiernos y organismos multilaterales. La absoluta falta de solidaridad de la AN y de los dirigentes que propiciaron la elección no tiene parangón.
Alcaldes defenestrados; presos, en clandestinidad y en el exilio y la “rumba” continúa. Se destapa –por enésima vez– la podredumbre del enriquecimiento ilícito (Odebrecht y CLAP) y todo sigue igual. Se produce una matanza insólita en una pequeña cárcel de Amazonas y la vida continúa. El gobierno decreta los preparativos ridículos para enfrentar una imaginaria guerra total, con alharaca de fiesta patronal pueblerina. Los precios de los útiles escolares destinados al inicio de las actividades en septiembre están, no en las nubes, sino por encima de la estratosfera. Las muertes violentas por la represión política han cesado; porque la protesta de calle ha enmudecido. Las muertes violentas, producto del hampa y del desasosiego social, continúan a paso de vencedores de acuerdo con el pertinaz testimonio emergente de todas las morgues.
Los “hijitos e hijitas de papá” y demás parentela –detentadores de altos cargos gubernamentales– continúan estudiando y viviendo en el exterior a costa del erario público. Los medios de comunicación social –con pocas excepciones– no son objetivos en el manejo de información veraz y se prestan a las manipulaciones indignas. Ya el fiscal es uno solo, al igual que el nuevo defensor (designado ilegal e ilegítimamente por la constituyentica).
Las denominaciones y el significado de democracia, republicanismo, dictadura, totalitarismo, Estado fallido y o forajido, legitimidad, legalidad, ilegitimidad, ilegalidad, constitucionalidad, inconstitucionalidad, Estado de Derecho, Estado de facto, milicos y/o militares, patriotas y apátridas, revolucionarios y robolucionarios, etc. Todos se encuentran mezclados en un guiso maloliente sumergidos en una especie de olla mondonguera cuartelera (Cuando existían los insumos necesarios).
La Sala Plena, en lo general, y las demás en lo particular, del TSJ continúan en su labor de zapa constitucional en un estira y encoge inaudito. La Social acaba de rectificar la antigua decisión relacionada con el pago de salarios de los altos burócratas. Se les otorga discrecionalidad absoluta para redimensionarlos, además de la concesión del llamado “tiket de alimentación”. El que se le niega a los pensionados y jubilados. La Penal, por carambola, anuncia el incremento de la pena de presidio a 50 años por delitos muy sui géneris. La electoral, muda de mudez absoluta para la elección de los 3 diputados indígenas defenestrados (hace 18 meses), “calienta los motores” para lo que acontecerá en octubre. La conocedora del contencioso administrativo no ha producido ninguna sentencia que contradiga los designios oficiales. Los siete rábulas de la Constitucional siguen en lo suyo.
El CNE, en su totalidad, apañará nuevamente en octubre el fraude electoral continuado jamás visto en lugar alguno. La CGR no se controla ni a sí misma. Ya sabemos lo que acontece con el renovado enrosque en la FGR y en la DP. La FAN continúa debatiéndose en las dudas existenciales recurrentes: El apoyo a la Constitución nacional, o de servicio, servil y exclusivo, a una determinada parcialidad política. Militares constitucionalistas vs milicos. El mismo dilema recurrente. El que en otras circunstancias de tiempo, espacio y latitudes han confrontado, y, más temprano que tarde, tendrán que encarar.
Mientras todo lo señalado es cotidianidad venezolana, la MUD (sus principales actores) han decidido participar en el sainete electoral montado por el gobierno nacional cuando a este le dio la real gana. Su argumentación principal para hacerlo consiste en no ceder espacios recordando lo acontecido con la vieja decisión de abstención en la elección del Parlamento nacional en 2005. Aquella AN fue a todas luces ilegítima por la escasa participación popular. Los dirigentes, en aquella ocasión, son casi los mismos de ahora. Si en dicha oportunidad no fueron capaces de combatir republicanamente la ilegitimidad, me temo que en esta nueva ocasión actuarán de idéntica manera. Es el antecedente conocido. Algo parecido a lo que los abogados denominan jurisprudencia.
La presunción anterior es de por sí grave por las consecuencias que todos conocemos o intuimos. Lo inaceptable (trataré de ser lo más cuidadoso en el manejo del lenguaje y de no adjetivar como se merece). Se trata de establecer la realidad a dilucidar en la venidera pantomima electoral. Las llamadas elecciones primarias para escoger a los candidatos a gobernadores, en teoría, luce como plausible. Pero la “verdad verdadera” nos indica que no es así. Estas primarias atropelladas solamente tienen como objeto dilucidar las parcelitas de poder que se disputan AD, PJ, VP, UNT y AP entre otros.
El milagro unitario consensuado solo se efectuó en dos estados. En el resto lo que está en juego es la supremacía partidista particular fundamentada en las mentes de sus dirigentes. Me explico: En el estado Zulia, AD decide apoyar a su “pariente consanguíneo”, en contra de las aspiraciones representadas por PJ y, en menor cuantía, VP. En Aragua, AD apoya a un militante de PJ alzado (es su especialidad) contra el aparato partidista. Si seguimos haciendo esta radiografía aleccionadora, llegaremos a la conclusión de que estos partidos han colocado sus intereses particulares por encima del interés nacional.
El zuliano que vote por la alcaldesa de Maracaibo lo hará a favor de la parcela de poder de UNT, apoyado convenientemente por AD, en contra del liderazgo emergente del candidato de PJ. Idéntica similitud (prevalencia de intereses partidistas circunstanciales para futuras opciones) sucede en Aragua, Lara, Táchira y en todos los estados. Este es el ¡falso dilema! que nos pretende enrostrar indebidamente una dirigencia política que ha perdido definitivamente el diáfano rumbo del retorno a la constitucionalidad. Es decir, al republicanismo y a la democracia como valores esenciales y no sujetos a negociación ni interpretación pragmática alguna.
En lo particular, en el estado Miranda, donde resido, no me prestaré a ser “tonto útil” para escoger, por intermedio de un candidato (jugando a tres bandas como en el billar), a la supremacía política de un sector político organizado. Los venezolanos tenemos que salir primero de este gobierno. Luego emprender la reestructuración global del Estado venezolano a través de los mecanismos implementados por la Constitución nacional vigente.
La restructuración solo podrá ser efectiva, exclusivamente, y por intermedio de un gobierno de transición; producto de un proceso de unidad nacional amplio, sin predominio de parcialidad política, económica o social alguna. Si para consolidar la opción fuese necesario establecer una cierta negociación política (con el gobierno en la actualidad es utópica), la misma debe estar cimentada en bases ciertas derivadas de un efectivo poder negociador de la oposición producto de la protesta cívica en la calle. (Agenda única: Elección presidencial en dos meses con CNE electo de manera consensuada). Lo demás son cuentos de camino…