Durante los últimos años el orden de abordar en vuelos de aerolíneas se me había vuelto cada vez más confuso y enredado, teniendo siempre la curiosidad de saber cómo y por qué las aerolínea habían venido cambiado el orden de embarque que parecía el más lógico, el de atrás para adelante.

 No sé si le llegó a pasar que teniendo un ticket de abordaje con grupo de embarque como número 2 o 3 les pasaban antes los de primera Clase y las personas que requieren asistencia; siendo esto lo normal, y luego llaman una serie de asignaciones y cuando por fin le tocaba a usted el avión ya estaba casi lleno.

Si usted tiene la suficiente edad, pues a mí me lo contaron, recordará que en los años cuarenta y cincuenta, cuando los aviones de pasajeros eran mucho más pequeños, y en el caso de los de patín de cola que teniendo la puerta de entrada de pasajeros hacia su parte trasera como en los DC-3 y el Ford Trimotor, así como en los de tren de aterrizaje convencional como el DC-4, AVRO 748 y Boeing Model 377 Stratocruiser, igualmente el abordaje era realizado por la parte trasera para evitar que los pasajeros pasaran por el frente de propelas y motores, pues se abordaba caminando por la rampa y en ambos casos era casi siempre de forma aleatorio, pues no había una distinción real de clase. Las tarifas eran realmente caras y el viajar en avión era un lujo, la gente lo hacía normalmente en barco para cruces trasatlánticos.

Luego, al final de los cincuenta y sesenta, aviones un poco más grandes pero igualmente con un solo pasillo de circulación, pasaron a ser embarcados de atrás para adelante en los CONVAIR CV-540 y CV-580, AVRO C-102 Jetliner, Lockheed L-1049 Super Constellation y Douglas DC-6, no había clases como tal, pero había diferencia en el valor de ticket, si este era en vuelo directo o con escala. Y esto debido a que el mayor ingreso de las aerolíneas, al menos en Estados Unidos, era el transporte de correo, lo que hacía que en algunos trayectos se efectuaran un sinnúmero de paradas.

Luego en los sesenta y setenta llegaron los grandes aviones como el Douglas DC-8 y Boeing 707 y 737, introduciendo la primera clase y posteriormente entre los setenta y ochentra, la llegada del DC-10 y Boeing747, incrementó el número de pasajeros, aparecieron dos pasillos de circulación y donde ya había una primera clase y clase turistas, incorporaron una clase para viajes de negocios.

Ya para estos últimos aviones de gran capacidad de pasajeros se empezó inicialmente a organizar el embarque, comenzando por los de primera clase y luego haciendo pasar las personas que necesitaban asistencia especial, surgiendo posteriormente la clase de negocios, para finalmente embarcar la clase turista, de atrás para adelante, de manera secuencial conforme a su número de asiento, como pareciera que era lo lógico.

En los últimos años con la aparición de diferentes clases, además de la primera clase, clase de negocios, clase turista y viajeros frecuentes, se tuvo que agrupar el ingreso mediante las tarjetas de embarque con las conocidas “Zonas” o “Grupos”, con cierto orden razonable. Pero recientemente, para complicar aún más la secuencia de embarque, surgieron nuevos niveles de prioridad en los viajeros frecuentes con rango de medalla dorada o platinum, además de asientos de pago extra con mayor espacio para las piernas, llamados “Confort Plus”, para mí, todo un revoltillo de Kentucky Fried Chicken con ensalada rusa y aderezo caribeño.

Solo recientemente, por una información de la publicación Intelligencer del New York Magazine, suministrada por mi viejo amigo el doctor Luis Alejandro Aguilar, pude entender el porqué del embrollo.

Una vez que las líneas aéreas lograron superar la crisis del aumento de los combustibles de los años noventa, con la consolidación y agrupación de líneas aéreas, en una economía más sólida y las lecciones aprendidas de las quiebras sucedidas, estas fueron gerenciadas a un crecimiento moderado en la capacidad de sus aviones, vuelos con porcentaje de ocupación más completos y con menos asientos y menos espacio perdido o de sobra, dándole prioridad a un embarque ordenado por la estratificación socioeconómica. Dejaron de lado la prioridad de un abordaje rápido, supuesto para que los aviones pasaran menos tiempo en la puerta y más tiempo en el aire haciendo dinero, a un abordaje prioritario para aquellos que más pagan, que a fin de cuentas son los que mantienen el negocio en marcha o mejor dicho en vuelo.

Estadísticamente con las nuevas clases de negocios, económica privilegiada o viajeros frecuentes aunado con la primera clase, y con la desregulación de tarifas, lograron que más o menos la mitad de los pasajeros del total de una aeronave de tamaño promedio de un 777 con 224 pasajeros, contribuyeran con 2/3 del ingreso, mientras la otra mitad, agrupados en la clase turista y de pasajes con descuento, solo proveyeran 1/3 del ingreso.

Por otro lado, según la publicación, las aerolíneas norteamericanas, fieles creyentes de los números y las estadísticas, descubrieron que el abordaje por filas en orden secuencial numérico inverso, aunque intuitivo, se convirtió en una de las formas más lentas de abordar un avión, pues las personas se aglomeran tratando de usar los mismos compartimientos portaequipaje y se acumulan en las mismas filas a la vez.

Esto debido a que, por cada fila de ocho o nueve asientos, de los grandes aviones, llegan solo dos pasillos y hay solo cuatro compartimientos superiores por fila, haciendo que las ocho o nueve personas correspondientes se dirijan a la misma fila de asientos al mismo momento, esto hace que incluso el embarque en un orden aleatorio termina siendo aproximadamente 30% más rápido que el abordaje a la antigua usanza de número secuencial.

Todo esto por una explicación muy sencilla, el espacio de compartimientos de portaequipaje en cabina es ahora más utilizado que antes, pues debido a que, el número de equipajes no pagos y chequeados está muy limitado y el pago de equipaje extra es considerable, los pasajeros prefieren llevar mayor número de equipaje en la cabina. Igualmente, los viajeros frecuentes y de negocios casi nunca chequean equipaje, pues prefieren llevar todo en cabina y no tener que esperar por equipaje chequeado. Por otro lado, los fabricantes de maletas hicieron maletas de tamaño medio más maniobrables y livianas.

Esto se han combinado para hacer que los pasajeros quieran llevar más equipaje en las cabinas de los aviones del que cabe en los compartimientos superiores y debajo de los asientos, lo que significa que los que llegan tarde corren el riesgo de que los obliguen a chequear su equipaje, lo que impone la temida espera en el reclamo de equipaje para recuperar hasta un pequeño maletín.

Debido a esta competencia por el escaso espacio de almacenamiento de equipaje, los pasajeros no se muestran indiferentes cuando abordan el avión y asignan un alto valor a embarcar primero.

Entonces, las aerolíneas han dividido la orden de embarque cada vez más, abordando a los clientes aproximadamente en el orden de su valor para la empresa: primero la cabinas de primera, y los que requieren asistencia, luego los que pagaron más por mejores asientos en la cabina principal, luego los pasajeros frecuentes, luego los clientes que vuelan en la aerolínea con bastante frecuencia y obtienen un up grade, luego las personas normales y, finalmente, las personas que compraron boletos económicos que vienen con un precio de ganga a cambio de una buena voluntad para adaptarse, incluso a los asientos que no pueden reclinarse.

Para aplicar todas estas distinciones finales, aerolíneas como United tiene seis grupos de embarque, mientras que American y Delta tienen diez.

Todo este entramado de embarque termina siendo un poco molesto, pero, considera la publicación, que a futuro es posible que no necesitemos un abordaje tan complejo para siempre, o al menos no tengamos que preocuparnos mucho, debido a algunos avances tecnológicos adicionales que se están abriendo camino en el transporte aéreo Un sistema que podría hacer que el orden de embarque no fuera tan importante como lo es ahora.

Una de ellas son los compartimientos superiores más grandes que tienen espacio para todo el equipaje que llevamos a bordo. Delta los ha instalado en gran parte de su flota: las maletas caben lateralmente, por lo que pueden ser ubicados un mayor número en cada compartimiento y más en el avión en general.

El manejo del equipaje chequeado también parece estar mejorando en otras partes del mundo, no precisamente en Venezuela. Tal vez esto sea una consecuencia de la práctica de cobrar por maletas chequeados: las aerolíneas necesitan mostrar a los clientes que están obteniendo algo de valor por lo que pagan. Delta incluso permite rastrear el equipaje desde el teléfono y garantiza la entrega dentro de los 20 minutos de su llegada, o de lo contrario se obtienen millas de viajero frecuente adicional.

Todo lo cual quiere decir que podemos tener un futuro en el que el espacio de los compartimientos superiores ya no sean escasos y los pasajeros pueden estar razonablemente seguros de que tendrán un lugar para el equipaje que trajeron, o si les toca o pueden chequearlo, la espera para retirarlo no será tan traumática o seamos lo razonablemente indiferentes a la posibilidad de tener que hacerlo.

Yo como piloto me acostumbré a viajar liviano y compacto, y es siempre preferible llevar lo que llaman duffel bags. o un buen morral flexible de nylon o de algún material sintético resistente, que se amolda al espacio disponible. Solo para viajes internacionales por la distancias que hay que caminar, acostumbro a llevar un carry on y más pensando en el regreso, con los problemas de nuestros aeropuertos donde las aerolíneas tienen que hacer mayor hincapié en la seguridad, prefiero tener que chequear lo menos posible.

Como una observación de seguridad, si usted viaja desde países con problemas de tráfico de drogas, y necesariamente requiere chequear un equipaje, trate de protegerlo con los servicios de plástico tipo envoplast industrial, pero igualmente tómele una foto, por si cuando llega a su destino, el ticket de reclamo viene pegado a otro equipaje, no lo retire, déjelo donde está y haga inmediatamente la denuncia, mostrando la foto de su equipaje a las autoridades, esto le puede ahorrar muchos inconvenientes y malos ratos.


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