Occidente está en plena crisis. El socialismo está penetrando cada vez más en la sociedad a través de la educación. No hablo de una crisis económica, no, sino de una crisis social, de una cobardía y falta de personalidad impensables.

No son pocos los líderes de la izquierda europea que han expresado su admiración por el “desarrollo” económico de Venezuela. Jeremy Corbyn, del Partido Laborista Británico, es un firme defensor de Chávez. También tienen en su historia tan penosa hazaña los imprescindibles Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, del partido español Podemos. En concreto, este último afirmaba la semana pasada en un medio de comunicación chileno que a él no le constan datos sobre la pobreza en Venezuela, que había visto mejoras sanitarias en el país y que la gente come tres veces al día. No olvidemos que Errejón es el próximo candidato de su partido a la presidencia de la Comunidad de Madrid, un cargo muy relevante en el panorama político español. ¿Cómo se ha logrado que unas declaraciones tan lamentables no hayan generado una mayor repercusión? Ha sido objeto de muchas críticas, desde luego, pero no percibo reflexión alguna en sus seguidores. ¿Es que consienten todo? ¿Es que, por seguir a un partido político, debemos apoyar –y dentro de apoyar incluyo el silencio cómplice– todo lo que digan o hagan? Es muy grave que unas declaraciones así sobre una de las dictaduras más brutales del mundo, de la que han huido más de 2 millones de personas, pasen casi desapercibidas.

90% de los profesores estadounidenses son afines a la socialdemocracia. En Reino Unido, 80% de profesores son afines al Partido Laborista. En España, la neutralidad de la escuela pública brilla por su ausencia. Existe un claro sesgo a favor de la izquierda. No esperemos normalidad cuando se enseña lo anormal a los más jóvenes, que son los más fácilmente manipulables. Es preocupante que gran parte de Occidente perdone a sus líderes su apoyo a los enemigos de la libertad: El Partido Laborista es el segundo más grande de Reino Unido; Podemos es el tercero más grande español, con 5 millones de votos, y en Estados Unidos, Bernie Sanders, famoso populista socialista, amenaza con ser candidato presidencial para las elecciones de 2020. ¿Es que el ser humano no aprende? Yo, por ejemplo, admiro a Margaret Thatcher, y me gustaría que se aplicaran políticas parecidas a las suyas. Al admirar Corbyn y Errejón a Chávez y a Maduro, deduzco que desean aplicar sus políticas que, según ellos, tan buenos resultados han conseguido.

Los datos están disponibles con una simple búsqueda en Internet. Nos cuentan cómo no existe un socialismo bondadoso, ni siquiera en teoría. También nos cuentan cómo cada vez mayor parte de la población apoya las ideas de estos grupos de ultraizquierda. Un triste ejemplo de esto es que más de la mitad de los jóvenes estadounidenses creen que el socialismo es superior al capitalismo. Literalmente, no he visto ninguna evidencia que lo demuestre. Sin embargo, he leído mucho numerosos datos que refutan tal idea. Hay gente interesada en manipular a los ciudadanos para conseguir poder, y ciudadanos encantados de ser manipulados y convertirse en siervos orgullosos. Ante los desvaríos de tantos, quienes defendemos la libertad debemos sentirnos orgullosos de hacerlo, reivindicar lo que es correcto y no dejarnos acobardar nunca por la presión social. No son pocos los que sienten miedo de ser tachados de intolerantes, de fascistas o de reaccionarios, pero eso no debe impedirnos mostrarnos tal y como somos. La sociedad basada en la censura es el principal objetivo de la extrema izquierda, y por eso mismo debemos mostrar con orgullo nuestra oposición a sus fines.

El mundo “libre” está en medio de una grave crisis. La izquierda no hace una necesaria autocrítica y los defensores de la libertad debemos tener una posición clara y contraria a la normalización de lo impensable: nada ganaremos con el silencio cómplice.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!