Nico se ha convertido en un problema para todos, incluso para él mismo. Negociar, renunciar (culpando al imperio, explicando que lo hace por el bien de los venezolanos para evitarles más sufrimiento) e irse a descansar (escogiendo en qué país hacerlo) era (y todavía lo sigue siendo) un plan maravilloso. Quedarse no resuelve ningún problema, al contrario, los agrava, tanto políticos, sociales como la ya muy larga y dolorosa crisis económica que padecemos.

Para el PSUV y varios de sus integrantes, tener futuro en la política pasa por hacer control de daños inmediatamente. Una salida honrosa de Nico les facilitaría el camino, permitiría una reorganización del partido y al mismo tiempo les deja muchas oportunidades de seguir en la política. Todo eso garantizaría que en las próximas elecciones (presidenciales, generales, etc.), tendríamos candidatos del chavismo, apoyados por la poderosa plataforma psuvista, buscando levantar las banderas de Hugo Chávez.

Para la región, China, Rusia, Wall Street y la izquierda mundial en general, Nico se ha convertido en un problema. La región no lo quiere, la migración, los problemas fronterizos, nexos con grupos irregulares, las deudas, el discurso belicista, el fetiche cubanoide son solo algunos de los factores que hacen a Nico no muy querido por sus vecinos. En cuanto a China y Rusia, saben perfectamente que la situación actual es insostenible, y lo es desde antes que Estados Unidos de Trump se hayan obsesionado con el tema Venezuela. Nico no es garantía de pago de sus deudas, al contrario, sus acreencias muy posiblemente correrán la misma suerte de las deudas financieras de la República y Pdvsa, Nico no va a pagarles. Además, es incómodo, a veces se les aparece en sus países y tienen que perder tiempo atendiéndolo y tomarse fotos que no quieren. No es agradable seguir siendo su socio. Para las firmas tenedoras de deuda venezolana, Nico es sinónimo de default, pero además de silencio al respecto. Hace año y medio anunció “reestructuración y refinanciamiento de la deuda externa” y desde aquel momento no fue capaz de elaborar ni un solo planteamiento serio sobre el tema. Mucho tiempo, mucha deuda, muchas pérdidas, por lo tanto Nico no les sirve a los tenedores de deuda (y pensar que 99% de esa deuda al emitió Hugo Chávez y él la volvió basura). Y para la izquierda mundial es un estorbo, no solo porque se haya convertido en un personaje difícil de defender por sus actuaciones poco democráticas, por su verbo sin emoción ni carisma o por su inminente caída, sino también porque no tiene dinero para ayudar a nadie (y en eso la izquierda mundial es fanática: en chulear, en buscar a quien quitarle plata). Hoy Nico representa un riesgo reputacional muy alto, solo unos pocos (contados con una mano) se atreven a tomarse una foto con él.

Y por último la insostenibilidad para Venezuela. ¿Por dónde empezar?, tal vez por los 15 meses en hiperinflación, los 6 años en recesión, el +80% de la población en situación de pobreza, los millones de venezolanos que huyeron de la situación que su gobierno generó, los más de 2 millones de barriles diarios de petróleo que se dejaron de producir en el país, por la cantidad de niños que diariamente mueren por falta de medicinas, al igual que adultos y ancianos, en fin, son muchas las razones por las cuales hoy existe un amplio consenso en torno a que solo una salida política puede traer un cambio positivo en Venezuela. Y esa salida política tiene un solo significado. ¿Cuántos planes de seguridad fracasados? ¿Cuántos experimentos cambiarios? ¿Cuántos ministros de finanzas y presidentes de BCV que nunca tuvieron idea de cómo estabilizar la economía? ¿Cuántos actos de corrupción? ¿Cuánta contaminación por esa desgracia ambiental llamado Arco Minero?

Empezamos por la persona, luego el PSUV, el mundo y terminamos por el país (creemos que ese debe ser su esquema de prioridades). Ojalá se imponga la sensatez y por el bienestar del país, ocurra un cambio en paz y negociado. Venezuela necesita tranquilidad, necesita reconstruirse sin incertidumbre, con mucho trabajo y amor hacia el país.


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