“Los nazis también negaban que había cámaras de gas. También negaban que había campos de concentración. Y todo ocurría. Igualito como estos niegan que hay una crisis migratoria. Solo que ahora hay más registros de lo que ocurre. No podrán tapar el sol con un dedo”. Tweet de Pedro Luis Flores. 05/09/18.

No existen para quienes hoy ejercen y usufructúan el poder en Venezuela. Reiteradamente las han negado Maduro y otros funcionarios del régimen. Las niegan descaradamente ahora Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, en rueda de prensa efectuada el pasado martes 3 de septiembre, cuando se refirieron al tema de las migraciones de los venezolanos que en la actualidad tanto le preocupa, angustia y duele a la gran mayoría de nuestras familias. Ni crisis humanitaria ni crisis migratoria, ambas no son reales, sostienen dichos personajes, al declarar en “modo orwelliano”, con la mentira convertida en política de Estado. Con el mayor cinismo. Sin pudor. Irrespetando a todo un pueblo. Burlándose de los que aún estamos aquí sobreviviendo y de los que masivamente se vieron en la necesidad de huir. El discurso oficial se mantiene en lo suyo: no existe crisis humanitaria porque ese éxodo de venezolanos es normal. Son noticias falsas, es un artificio para justificar una intervención internacional. Responde a una campaña orquestada por países que trabajan para los intereses imperiales. Esto es, grosso modo, lo que arguyen dichos funcionarios gubernamentales para seguir aferrados a una negación que a todas luces es una negación criminal.

Lo es, sin duda, porque es un delito en el cual incurren quienes, con sus acciones, provocan una situación de emergencia que afecta severamente a una gran cantidad de personas del país, con el agravante de que se niegan a reconocer su responsabilidad en la misma y tratan de impedir por todos los medios que se garantice o proporcione ayuda humanitaria a quienes la necesitan con urgencia. Como dice José Rafael Herrera, en un artículo publicado en este periódico: “No solo es responsable quien actúa por mero instinto, sin conciencia clara de su acción. También lo es quien, teniendo conciencia de ello, voltea la mirada, no sin desdén e indiferencia cómplice, sospechosamente hacia un infinito-finito, carente de infinitud: hacia el laberinto de sus esquemas fallidos y burdas representaciones, detrás del cual se oculta el Minotauro de sus resentimientos”.

Delinque el régimen al actuar irresponsablemente ante las consecuencias desastrosas de sus propias políticas. Al querer ocultar una crisis migratoria que ha sido provocada por una crisis humanitaria real que se empeña tercamente en ignorar. Diferentes organizaciones internacionales llaman la atención sobre estas dos realidades, las cuales son parte de la misma tragedia nacional que vivimos. Vale la pena destacar lo que han dicho dos de ellas, por ejemplo. Human Rights Watch, en un informe reciente, titulado El éxodo venezolano, señala que más de 2 millones de ciudadanos se han ido del país desde 2014 por muchos motivos. Entre ellos, por la escasez severa de medicamentos, insumos médicos y alimentos, por la brutal represión gubernamental, por los elevados índices de delitos violentos y la hiperinflación: “La crisis política, económica, humanitaria y de derechos humanos en Venezuela genera una multiplicidad de factores que provoca que los venezolanos se vayan del país y que no puedan o no deseen regresar”. Asimismo, la secretaria adjunta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, María Claudia Pulido, en la sesión extraordinaria de la OEA realizada el lunes de la semana pasada, afirmó que los venezolanos se han visto en la necesidad de migrar para preservar derechos fundamentales como la vida y la integridad personal, y destacó que dicho éxodo representa una de las más grandes crisis migratorias en América Latina. Los testimonios de otros organismos que podrían citarse apuntan en la misma dirección.

Sin duda, el registro y documentación de esa crisis migratoria, tanto de su magnitud como de sus causas y consecuencias, es parte del expediente criminal al que tendrán que responder más temprano que tarde los principales voceros del régimen.

Como una interesante anécdota quedará la iniciativa gubernamental de activación de un puente aéreo para el llamado “Plan de Vuelta a la Patria”, en respuesta a una crisis migratoria que para el régimen no existe. Cosas raras, ¿no?

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