Todo indica que el régimen y la MUD cerrarán el año con broche de oro, disfrutando de la Navidad luego de haber burlado al pueblo durante todo un año y haberse fortalecido, bajo diálogos y elecciones con el mismo fin de siempre, el de legitimar al dictador y asegurarle su estadía en el poder, sin importar las verdaderas carencias que sufre el pueblo y con la obtención de una asamblea nacional constituyente reconocida, legalizada y legitimada por el país, gracias a la promoción electoral de la MUD y su juramentación ante ella.

El país está desconcertado y la ciudadanía está sin esperanzas y es por ello que aparece el nuevo rostro de la MUD con la “fuga” de Ledezma incluida, quien sale como mártir directo a declarar ante la Internacional Socialista y por supuesto a pedir un diálogo canalizado por él y su socia, la reina de la coherencia para muchos, pero quien en acciones solo ha sido una ficha más para el régimen. Dejemos que el tiempo sea quien nos dé la razón sobre esto y ojalá no sea muy tarde y debamos esperar una década más en esta desgracia para ver el despertar, tal como sucedió con la MUD, que ahora parece ser demasiado tarde para obtener una solución a corto plazo y poder gritar libertad.

Hoy se extraña la Venezuela en donde existía la Navidad, donde se podían hacer planes, donde se podían comprar estrenos para el fin de año y en donde intercambiar regalos, comprar pintura para renovar los hogares y hacer más de 200 hallacas con su respectivo pernil era una típica y verdadera actividad decembrina, ya que nos enfrentamos a otra realidad, a un mundo inusual pero advertido en donde a vísperas del mes más esperado para muchos se asoma el diálogo para fijar pactos entre la izquierda MUD-PSUV y elecciones para seguir desangrando al país. La Navidad está en penurias, cerraremos el año con decadencia, miseria, hambruna y socialismo, gracias a la complicidad de la MUD, al fanatismo de los voto adictos, la “inteligencia” de los “¿tú qué propones?” y al nuevo rostro de la MUD, quienes quizá los nombre de manera apresurada, pero si venden esperanza donde no hay en lo absoluto, son de izquierda y promueven diálogo a sabiendas de que la dictadura no saldrá con métodos clásicos de la democracia, son cómplices de esta lamentable situación.

El país se enfrenta a una Navidad jamás vista, a una situación insólita y absurda, en la que el ciudadano común se comporta como un simple habitante y se mantiene en un estado total de sumisión, apaciguamiento y complacencia con el régimen y la MUD. En donde quienes rechazan a los culpables son perseguidos, encarcelados y hasta eliminados. Hoy la Navidad nos recibe con colas inmensas en las bombas para abastecer nuestros vehículos de combustible, con ausencia de papel moneda (efectivo), con puntos de venta caídos y una hiperinflación, con apagones y fallas eléctricas, con fallas de Internet, con más de 15 días sin agua potable en algunos estados, con inseguridad y delincuencia, con crisis de salubridad y ausencia de medicamentos básicos e insumos de primera necesidad, con desnutrición y crisis social, política y cultural. Es así como finaliza el año en Venezuela, con familias en las que se ausentarán las tradiciones decembrinas y hasta el plato típico navideño, toda consecuencia de las políticas izquierdistas de la MUD-PSUV, de la restricción y limitación de los derechos y libertades del ciudadano.

Afortunadamente esta desgracia puede cambiar y quizá a mediano plazo podamos ver luz verde al final del túnel, pero para ello debemos combatir a la izquierda por nosotros mismos, sin esperar un mesías o apoyo internacional. Debemos organizarnos y prepararnos para que la próxima Navidad no sea en penurias.


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