Coincidieron el pasado lunes 24 de septiembre en ese maravilloso espacio que nos provoca inmensas emociones e inolvidables recuerdos: el Aula Magna de la UCV. Voces múltiples de gentes de distintos sectores sociales que asistieron masivamente a ese simbólico recinto. Voces colmadas de esperanzas por un país mejor, por una Venezuela libre de la tiranía. Voces diversas que nos contagiaron y motivaron con el clamor de aunar nuestras luchas en una sola.  Voces de estudiantes, docentes, pensionados y jubilados, líderes gremiales y sindicales, líderes políticos, líderes de comunidades, líderes religiosos y trabajadores en general, que abrazan un mismo objetivo: construir un espacio de articulación de las luchas que hoy demanda el pueblo venezolano para recuperar sus derechos.

Una manera interesante de concebir la unidad destaca en la proclama leída en ese acto. La unidad no se visualiza solo a partir de determinadas organizaciones políticas. Es la unidad en torno a una plataforma nacional de conflicto. Es la unidad centrada en las luchas de una Venezuela que dice basta y se levanta en defensa de los derechos de los trabajadores, en defensa de los derechos de los pensionados y jubilados, en defensa del derecho a la salud ypor garantías plenas al derecho a la educación. 

Es una convocatoria firme y transparente a la unidad, con una advertencia precisa que llama mucho la atención: “No ofrecemos nada que sea distinto a una promesa de esfuerzo, de gran esfuerzo, no hay salidas mesiánicas, no hay atajos posibles, no hay vías contrarias a la tarea de construir desde abajo y todos los días, con la gente, en sus espacios de trabajo y de estudio, en la calle con los vecinos, en la fábrica, en la universidad, en el campo, en la escuela, en el hospital. No podemos decirles que mañana se terminará esta larga pesadilla que nos han impuesto a todos los venezolanos, pero sí podemos invitarlos hoy a la organización y la estrategia de trabajo unificada y necesaria, a tomar los espacios que son nuestros, a devolvernos la esperanza producto del esfuerzo diario de ir logrando objetivos concretos para poder lograr mañana, una victoria segura”.

Múltiples voces y estrategias diversas que necesitarán de adecuados mecanismos de articulación e instancias coordinadoras para seguir una misma hoja de ruta. He allí el gran desafío. Para canalizar en una misma dirección esas luchas y fortalecerlas. Para aprovechar al máximo los variados esfuerzos que surjan y potenciar la causa unitaria. Con la convicción de que esta, en los términos antes señalados, es indispensable para recuperar la esperanza y acabar con la tragedia que día a día nos agobia, para sentar las bases de reconstrucción de un país donde podamos vivir en una verdadera democracia, con bienestar y dignidad para todos.

No es suficiente con soñar o decretar un nuevo amanecer. Hay que construir en la realidad el camino para alcanzarlo, mancomunando voluntades, procurando congregar y actuar con la firmeza y la urgencia que amerita el caso. Es un paso fundamental. Venezuela lo reclama.

@eleazarnarvaez

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