Venezuela vive una situación que se podría describir como posapocalíptica dadas las características que ha venido tomando en el día a día del ciudadano común, que vive en la búsqueda de los suministros para cubrir sus necesidades. El venezolano común, el de a pie, vive hoy como estos seres de ficción: los muertos vivientes (zombis), que solo deambulan de un lado a otro en la búsqueda de la satisfacción de su necesidad más elemental: comer.

Pero no todos se han resignado a tal forma de vida, muchos han elevado su voz contra tal atrocidad, ellos se han jugado su libertad buscando el despertar de todos, el bien común para todos, ellos son nuestros presos políticos. En su mayoría son jóvenes que han protestado tornándose incómodos para el régimen; se les ha acusado y condenado por enviar un tweet y hasta de rebelión; para la dictadura no son personas, son simples fichas de intercambio, no les importa si tienen familia o si sufren de alguna enfermedad, los usan como cartas con las que puedan negociar su impunidad.

En días pasados vimos cómo fue liberado Joshua Holt y su esposa. Esto seguramente fue gracias a la presión del gobierno norteamericano y presumo esto, porque se da luego de la visita del senador Bob Corker. Es de celebrar esta liberación porque ellos fueron víctimas de este régimen tirano que les forjó pruebas para poderlos incriminar y llevarlos a la cárcel como a tantos otros. Lamentablemente, los cientos de presos que viven hoy las torturas, aislamiento, en fin todo lo que significa ser el objeto del odio del régimen de Nicolás Maduro, no cuentan de momento con un Estado poderoso que logre su liberación, aunque para ser justos todos los gobiernos democráticos del planeta han pedido su liberación.

La liberación de Holt y su pareja ha de ser una luz de esperanza para todos y cada uno de nosotros. Estados Unidos ha puesto contra las cuerdas al régimen venezolano, ha demostrado lo débil que se encuentra. Días antes apareció uno de los capos en su programa, emulando al padre de la tragedia venezolana en su dialéctica antiestadounidense, diciendo: “Váyanse al carajo  yanquis de m….”. ¿Cómo le caería la noticia de que el Tío Sam habló y el régimen cedió? Esto es una prueba de que Norteamérica y sus aliados nos van a ayudar; claro, nosotros tenemos que poner de nuestra parte y trabajar para que ellos también hagan la suya.

Nuestro trabajo para salir de este oscuro momento en la historia es retomar la protesta de calle multitudinaria, con contundencia, sin pausas pero sin prisas y para esto debemos exigirles a nuestros líderes políticos coherencia, transparencia, claridad y la fijación de un objetivo único que dé como resultado la salida del régimen del poder. No debemos admitir más malos entendidos, más ambigüedad, tenemos que  apartar de la oposición a todos esos personajes que atenten en contra de lograr la restitución de las libertades y la democracia en nuestra amada Venezuela, por ejemplo, comenzar con esos mismos que públicamente accedieron a participar en la farsa electoral, prohibido olvidar.

El conferencista mexicano Miguel Ángel Cornejo nos dice sobre la libertad su concepto:

Libertad es la facultad natural que tiene todo ser humano para alcanzar su plena realización.

Libertad es mantener nuestra integridad y nunca perder la opción de ejercer nuestra voluntad.

Libertad es asumir con responsabilidad las consecuencias de nuestras decisiones.

Libertad es la fuerza y determinación que nos hace vivir con plenitud nuestra propia vida.

Libertad es lograr que nuestra mente permanezca autónoma e independiente, aunque seamos oprimidos por la represión y la esclavitud.

Libertad es liberarnos de la ignorancia y la superstición.

Libertad es entender y aceptar que todos los seres humanos poseemos iguales derechos.

Libertad, es el compromiso y la alegría de ser nosotros mismos.

Libertad es poder comprometernos con lo que amamos.

Libertad es mantener levantado el espíritu hacia las estrellas y luchar con valor para alcanzarlas.

Libertad es el don más grande de la humanidad; derecho humano que hasta Dios respeta.

Ser libre significa tener el valor de reclamarse a sí mismo, de adueñarnos de nuestra propia vida, de realizar nuestra propia arquitectura y de forjar el mundo que deseamos tener.

La libertad plena de nuestra nación y la liberación de todos los presos políticos de la revolución debe de ser una realidad por la cual todos debemos luchar, entendamos que la libertad de ellos es la nuestra.

Fuerza y fe.

@DiazEstebanez

 www.maximodiaz.com


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