La asunción del joven diputado Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional, escasos días antes de consumarse la ilegítima juramentación de Nicolás Maduro para un nuevo período presidencial, ha colocado sobre sus hombros la enorme responsabilidad de responder adecuadamente a la expectativa que se genera sobre sus competencias ante el vacío de poder consecuencia de un gobernante usurpador, teniendo en cuenta que preside el único organismo legítimo existente en Venezuela. Le corresponde guiar la delicada tarea entre no decepcionar, debido a las naturales expectativas ante esta especial coyuntura en un país agotado de soportar 20 largos años de desastre y sufrimiento, y el tino de no equivocarse al ceder a las presiones de los radicales del teclado y los de carne y hueso, con más cáscaras que nueces, que aun cuando permanentemente aluden a la inexistencia del Estado de Derecho en Venezuela, insisten en apegarse al deber ser según el cual el presidente del Parlamento debería proclamarse presidente. Decisión de patas muy cortas y grandes riesgos si tan solo miramos un poquito hacia atrás con los designados miembros del TSJ hoy en el exilio, amén del desconocimiento de la AN y el nombramiento de una ANC ilegítima, por solo citar los más monstruosos ejemplos.

El difícil límite entre lo que le correspondería legalmente y la realidad que requiere del indispensable apoyo popular, internacional y de las FAN han sido abordados cada vez con más claridad por parte del presidente de la AN en lo que entiendo como una política concertada con la mayoría de los partidos de la oposición y el Frente Amplio.

De todos estos factores indudablemente el más definido es el internacional. Este nuevo gobierno de Nicolás Maduro bate récord en desconocimiento no solo de países, sino también de organismos multilaterales como la Unión Europea, de 19 países miembros de la OEA (ocho abstenciones y solo cinco apoyos), del Grupo de Lima. Incluso Japón, tan ajeno a la política latinoamericana, ha fijado posición en contra del ejercicio de su Presidencia. Pero aún naciones que le han brindado apoyo, lo han hecho con un importante desprecio diplomático al hacerse representar en su juramentación por funcionarios de segunda y tercera. Los únicos mandatarios asistentes fueron los de Cuba, Bolivia, Nicaragua y El Salvador (que esta vez se abstuvo en la votación de la OEA) y los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, y de San Cristóbal y Nieves. De fuera del continente americano asistieron solo los presidentes de dos minúsculos y desconocidos países, sin presencia en la ONU, como son Osetia del Sur y Abjasia.

Como si fuera poco, el PSOE, liderado por el actual presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, publicó en su cuenta de Twitter del 12 de enero que la investidura de Nicolás Maduro carece de legitimidad por ser el resultado de elecciones sin garantías democráticas y afirman su apego a las declaraciones de la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini.

Para motivar el apoyo popular y la confianza de la población se está haciendo un llamado a manifestarse a partir del 23 de enero, de manera de lograr expresión de un rechazo que ronda el 80%.

El apoyo de las FAN es imprescindible. Como decía Mao Tse-tung, el poder está en la punta del fusil; mucho se habla del descontento de las Fuerzas Armadas y también se sabe de la cantidad de oficiales presos y perseguidos. Sebastiana Barráez, fuente autorizada en esta materia, habla de descomposición y descontento crecientes en las FAN.

Mientras esto escribo fue detenido y liberado casi simultáneamente el presidente de la AN, Juan Guaidó. El gobierno ha condenado la acción, lo que indica un inequívoco estado de anarquía en el seno del oficialismo, factor que cuenta y mucho.

Las circunstancias nos favorecen. Prohibido equivocarse.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!