El mes de marzo se caracteriza por celebrar a la mujer, pues, por disposición de las Naciones Unidas, está dedicado a  promover su participación, su esfuerzo por lograr la igualdad, además de reconocer todos sus  méritos y logros. Es oportuna la ocasión para impulsar los cambios necesarios, basados en el papel clave que ha tenido a lo largo de la historia, así como sus destacadas  victorias alrededor del planeta.

Las mujeres, han demostrado cualidades, determinación, arrojo, valentía, capacidad de asumir los distintos roles que le han tocado en la sociedad de manera eficiente, como hija, madre, esposa, cabeza de familia, trabajadora, profesional, académica, entre tantos otros.  Por eso, es justo buscar vías para defender la igualdad de género y establecer políticas de protección que  defiendan su integridad física, moral, social, así como el acceso equitativo a su desarrollo en cuanto a sus aspiraciones como individuo.

Para comenzar, se debe velar para que tanto  niños como niñas culminen la enseñanza básica de manera gratuita, igualitaria, manteniendo niveles de calidad, a través de programas  adecuados y eficaces. Esto permite sentar el camino para que puedan aspirar a otros niveles de educación, contar con herramientas con base en su formación  académica, desarrollar una visión crítica y participar de manera más justa en el mundo laboral.

Por otro lado, es vital minimizar la violencia de género que se manifiesta a todo nivel, tanto en el ámbito público como en el privado. Dentro de este maltrato se pueden incluir todo tipo de  abusos morales y físicos, como la explotación sexual, trata de blancas, violencia doméstica, trabajo forzoso, prácticas como el matrimonio infantil, mutilación femenina, entre otras costumbres nocivas que agreden a la mujer.

Se debe reconocer que tanto hombres como mujeres han aportado su esfuerzo de manera similar para construir y desarrollar las distintas instituciones del mundo, que hacen posible el avance de la sociedad. A pesar de esto, todavía se ignora la participación y contribución femenina, discriminando sus capacidades, su rol con base en su género, tanto en lo familiar como en lo profesional.

Es necesario erradicar cualquier forma de discriminación en contra de la mujer, que queda evidenciada cuando se observa la dificultad social existente,  la diferencia  presente en la distribución de los bienes y del poder, la desvalorización de su identidad y presencia, la invisibilidad de sus logros, la minimización de los distintos roles que desempeña, de sus cualidades, sus requerimientos y expectativas propias.


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