En un pequeño pendrive guarda información y angustias. Marino González alerta, en una profunda y comprensible presentación que es clave para estos tiempos, a los decisores económicos, políticos, incluidos muchos dirigentes opositores de visión corta, sobre lo que hay que entender de la verdadera dimensión de la crisis de Venezuela y las alternativas para darle viabilidad a esta deteriorada comarca tan agraviada, retrasada y que abandonan muchos de sus hijos buscando mejor calidad de vida.

En Aportes para visualizar la transformación de Venezuela acusa muchas realidades y advertencias. Este médico, profesor de la USB y especialista en políticas públicas nos sacude sobre el presente y el futuro. Lo más importante no es comprobar las estadísticas que demuestran un retroceso económico en los últimos años, sino la merma que afecta la capacidad de brindar a nuestra población conocimiento y nos sume en el rezago científico y tecnológico.

Nos advierte, con la sabiduría del estudioso, que los países con visión de futuro hoy se plantean para dónde van y cuáles son las adaptaciones y retos para imaginarse cómo serán en el futuro. Países tan disímiles como Noruega y Bangladesh ya se preparan sin complejos. Nos describe los cambios en la fuerza de trabajo y las nuevas profesiones que se requieren en la sociedad del conocimiento. China, por ejemplo, tendrá 50% de su fuerza de trabajo de hoy automatizada y se convertirá en la primera potencia del planeta.

Para el especialista, el modelo a seguir no es Chile o Costa Rica, como tantos creen, es Corea del Sur, que aumentó sus capacidades de producción y exportación. Es la segunda economía más compleja del mundo después de Japón. Venezuela, por ejemplo, tiene como patología de base la noción de creer que el Estado puede hacer todo. Allí está la clave de nuestro retroceso. Venezuela está en un escenario como el de Nigeria, el país menos complejo del mundo, o sea, con menor diversidad económica, un país inviable. En otras palabras, lo que hay que trazar en estos tiempos es cómo insertar a Venezuela en el futuro que está llegando mientras nos estamos asfixiando.


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