Si usted vive en Maracaibo y no tiene electricidad, ni agua, ni efectivo, ni gasolina, y además lidia con la anarquía diaria de una ciudad sin semáforos, con sus calles llenas de huecos y montañas de basura, no se queje porque eso no es importante. La prioridad del gobernador, Omar Prieto, y del alcalde, Willy Casanova, es que el Festival de la Orquídea y la elección de la reina de la Chinita, en noviembre, se transmitan nuevamente por Venevisión.

¿A quién le importa si usted tiene que hacer colas de 8 cuadras, de 4 horas en promedio, para llenar de gasolina el tanque del carro? ¿A quién le importa si se le queman los electrodomésticos con los persistentes bajones de voltaje o pasa 10 horas sin luz? ¿Y qué importa si pasa 3 semanas sin recibir agua por tubería y tiene que pagar un cisterna en 20 millones de bolívares? ¿O si para poder trasladarse de un lado a otro se cae de una perrera? A nadie le importa, y a nuestros gobernantes, menos. La prioridad es la feria.

Estos problemas se vienen arrastrando desde finales del año pasado, pero, para sorpresa de todos, a principios de marzo de 2018 una de las principales medidas que tomó la Alcaldía de Maracaibo fue acordar con Venevisión el regreso del Festival de la Orquídea. La fecha estipulada es el sábado 3 de noviembre. Ya en 2012 se había suspendido la transmisión del evento porque resultaba impagable para Maracaibo. El canal de la colina se encargaba de la producción y la transmisión en vivo, pero las contrataciones del talento, de los equipos que se necesitaran, la logística, la manutención de la oleada de técnicos y todos los demás periquitos debían salir del bolsillo municipal. Pero eso fue en 2012. Ahora, para la edición de 2018, habrá que ver, ¿de dónde saldrá el dinero para pagar este evento? ¿Será una donación de Venevisión? ¿Saldrá de la recaudación de impuestos municipales? ¿O será una partida especial aprobada desde el gobierno nacional por las ganancias del petro? Sería bueno que, así como la autoridad municipal hizo una rueda de prensa para hacer el anuncio de la fiesta, también les explique públicamente a los marabinos cómo es que en medio de tanta crisis y abandono de la ciudad hay recursos para montar un show de esta envergadura.

Pero eso no es todo. El gobierno municipal ha anunciado con mucha parafernalia que retomará el encendido navideño de Bella Vista y Padilla, tradición que fue suspendida por la administración anterior debido a los altos costos que implicaba, mientras que la gente hacía magia para poder comer. Además, para ese entonces explicaban que era una burla llenar la ciudad con luces de colores, por muy bonitas que sean, mientras en los hogares se sufría por la oscurana diaria producto del racionamiento eléctrico. Hoy la realidad es peor, mucho peor. Si no hay suficiente electricidad para cubrir la demanda diaria de los marabinos, menos habrá para atender el excedente que generen esas luces. ¿Será entonces por eso que el ministro dijo que los cortes serán de seis, ocho o las horas que sean necesarias? ¿Será que a final de año la prioridad para la distribución de la generación eléctrica será para los adornitos de Navidad de la ciudad? ¿O será que nos sorprenderán con la reactivación de todo el potencial del parque termoeléctrico instalado en el Zulia?

A quienes nos gobiernan parece que no les afectan los cortes eléctricos, tampoco los altos costos de la comida ni de las medicinas. Se empeñan en seguir ahogando a la gente en su miseria, dándole más ración de circo, en vez de solucionarles los problemas básicos. El grupito que ostenta el poder no ha entendido que el país cambió, que ya no hay plata para botar, que a los grandes espectáculos se los devoró la realidad de un pueblo que pasa hambre pareja y que intenta sobrevivir todos los días.

La excusa oficial que dio el alcalde Willy Casanova al anunciar el regreso de la feria «en todo su esplendor», fue la necesidad de impulsar «el posicionamiento de la ciudad en el mercado del turismo internacional». Lo que se le olvida al alcalde es que para impulsar el turismo debe, primero, arreglar la casa, y eso pasa por recoger la basura, poner a funcionar los semáforos, asfaltar las calles, reactivar un transporte público decente, alumbrar la ciudad, garantizar el suministro de agua y ofrecer niveles óptimos de seguridad. Por si no lo sabe, a los turistas les gusta conocer las ciudades a pie.


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