Los sevillanos, andaluces al fin, tienen fama de exagerados y mentirosos, entre otras peculiaridades propias de los pueblos costeros. Los más cercanos a esa tipología por estos predios son los carupaneros o quizás los locos riocaribeños, pero unos y otros son incomparables. De Sevilla, de La Línea de la Concepción, es Alfredo Serrano Mancilla, el asesor económico del régimen venezolano y funcionario de Podemos, el brazo peninsular del PSUV y del Partido Comunista de Cuba.

Serrano Mancilla aparece en Wikipedia como doctor en Economía por la Universidad de Barcelona, con “estancias” predoctorales en Módena y Bolonia (Italia) y Québec (Canadá), y posdoctorado en la Université Laval, también en Québec. Se presenta como especialista en economía pública, desarrollo y economía mundial, también como escritor, que el portal define como “una persona que utiliza palabras escritas para comunicar ideas”. Las únicas obras publicadas son un sospechoso libro o folletín sobre las ideas económicas de Hugo Chávez, todo vacío es relativo, y otro de similares presunciones intitulado América Latina en disputa. Ah, también aparece como académico, pero lo pasaremos por alto viendo lo que ocurre en España con los títulos universitarios y la conchupancia presente en el gremio profesoral para darse bombo sin fundamento.

Serrano Mancilla, nunca un segundo apellido se ajustó mejor a los haceres de su dueño, es el responsable de las políticas económicas implantadas en Venezuela desde la salida de Jorge Giordani y los “ortodoxos” Rafael Ramírez Carreño y Nelson Merentes del gobierno. Nombrado como el Jesucristo de la economía por su aspecto de hippie anacrónico, ha multiplicado la miseria y ha arruinado el país con más potencialidades de América Latina. Ahora se prepara para hacer lo mismo en México, si, como se teme, el populista Andrés Manuel López Obrador gana las próximas elecciones, lo que para Paco Ignacio Taibo II sería mucho más que ganarse el Premio Nobel de Literatura o casi llegar a su antesala con el cheque en la mano.

La estrategia fundamental de Serrano ha sido culpar al portal Dólar Today de todos los males de la humanidad, pero sobre todo de la hiperdevaluación del bolívar, del gigantesco déficit presupuestario y de la pronunciada baja de la producción petrolera, mientras alienta el reparto nominal del poder, solo de boquilla, con los consejos comunales y otros sectores transversales de la sociedad, que es la manera sociológica de nombrar a los pobres sin sentirles el mal aliento ni el sudor viejo.

No cabe duda de que el primer libro ¿o mejor folletín? de Serrano Mancilla deja bien afincada su condición de auténtico andaluz exagerado y mentiroso. Si de algo Chávez sabía poco, absolutamente nada, era de economía. Fue por esa supina ignorancia que Jorge Giordani, que simulaba saber y tampoco sabía, lo manipuló y lo puso a sembrar arroz en los llanos, de suelos ácidos, y pimentones, tomates y ají dulce en los valles de Aragua y del río Turbio, en Lara, donde antes se cosechaba con el mejor éxito caña de azúcar; lo incitó a endeudarse para ofrecer dólares preferenciales a una clase media raspacupos y atolondrada, que hoy se pregunta de dónde vinieron estos lodos, y, como si fuera poco, es el autor del control de precios y ganancias, el auténtico origen de los bachaqueros y de la destrucción del aparato industrial.

Tanto Giordani como el mancillador Serrano son soñadores, utopistas que siempre han tenido a mano un amigo que pague la cuenta y asuma los estropicios. Giordani creció a la sombra del Cendes y su muy bien pagada fama; el otro es director ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, que tiene mucho nombre y fanfarronea postín, pero es otra empresa de maletín engordada con los 500 millardos de dólares espalillados que denunció Giordani, en la que también chupa Juan Calos Monedero Fernández-Gala y nada que ver con la explotación de los muchachos que cambian su futuro por una escoba en la chamba juvenil. Vendo chalet en Fuerteventura, nada que envidiar al de Rodríguez Zapatero ni al de Pablo Iglesias.


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