Es curioso, pero la actitud del madurismo en términos diplomáticos se asemeja mucho a la que practica la oposición venezolana, que, siendo abrumadora mayoría, abandona un proceso electoral llamando a la abstención y, con ello, prefiere dejarle el espacio libre al adversario en términos políticos.

En efecto, aunque tenemos todos los argumentos históricos y jurídicos a nuestro favor, la pésima diplomacia venezolana, que solo sirve para mentir e insultar a representantes de otros países en los diferentes escenarios internacionales, prefiere abandonar su presencia ante la Corte Internacional de Justicia alegando, entre otras barbaridades “jurídicas”, que la acción iniciada por Guyana sobre el diferendo que mantenemos con ese país por aproximadamente 159.000 kilómetros cuadrados de territorio, es un hecho promovido “unilateralmente” sin “consentimiento” de Venezuela, pero además reza el torpe comunicado madurista, desgraciadamente en representación de nuestra nación, que “no reconoce” a dicho tribunal para la resolución de tal “controversia”.

No soy abogado, pero ¿cómo puede el Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo vocero en este caso de un gobierno, escribir en un documento que además queda determinado en un comunicado oficial que desconoce a esa “instancia internacional judicial”¹? ¿Acaso no resulta un barbarismo en términos de oxímoron, por darle un término retórico, decir que no se reconoce a un ente, pero a su vez en el mismo documento son aceptadas sus competencias en el plano del derecho extraterritorial?

Ignoro quiénes son los que redactan semejantes “escritos” al madurismo, pero, además de esas increíbles contradicciones, también se deja por sentado que, según el madurismo, para que alguien inicie una demanda contra un tercero, se requiere que la otra parte esté “de acuerdo” en ser demandada. ¡Vaya manera de ver la justicia! Con razón en Venezuela nadie le gana una demanda al madurismo, porque al ser así, esta visión de justicia nos dice que nunca demandemos al Estado o sus “instituciones”, porque debemos tener la autorización de cualquier madurista para poder iniciar un litigio jurídico ante una situación o acción que consideremos haya violado nuestros derechos.

Es tal el nivel de ignorancia en materia de la Zona en Reclamación que Venezuela tiene contra Guyana que al actual canciller, Jorge Arreaza, nunca lo hemos escuchado hablarnos de San Martín de Turumbán, o de la isla Anacoco² como importantes espacios de dominio geográfico y de soberanía nacional, que no solamente nos colocan en una posición de envidiable y justo reclamo ante Guyana, sino que además demuestran una marcada trascendencia histórica del cómo fueron manejados de manera asertiva tan vitales temas para el interés nacional en el plano internacional en otros tiempos de nuestra diplomacia y relaciones exteriores.

¡Claro! A veces pienso que al madurismo también le conviene que Venezuela pierda ese territorio, sobre todo por la cantidad de denuncias sobre el tráfico de oro y contrabando de gasolina que existe por esa zona, y cuyo negocio solo funciona mientras ese territorio, o sea, la Zona en Reclamación, continúe bajo control de Guyana. Es más ni siquiera mencionan la importancia del estuario del río Cuyuní como parte del impacto geo-histórico desde los tiempos de la propia colonización.

Y sobre los orígenes históricos de tal reclamación, ¿para qué entrar en detalle en el cómo la educación venezolana esconde en su “currículo” y “contenidos” que fue un juez ruso quien presidió el tribunal, del llamado Laudo Arbitral que en 1899 nos despojó de semejante territorio con la susodicha sentencia? Por supuesto, para el madurismo los únicos imperios existentes negativos para nuestra historia han sido los de España, Estados Unidos o Inglaterra. Rusia en esa lista, ¡para nada! Eso es una manera perversa de ver la historia y la política en función de los auténticos intereses de Venezuela. ¡Hipócrita diplomacia e hipócrita educación!

Ha quedado comprobada la negligencia e incapacidad de los integrantes de la Cancillería y embajadas en dilucidar el tema de Guyana. No solamente por la ignorancia y nula lexis que tienen esos “funcionarios” en el ámbito jurídico-histórico, sino que en el fondo no les interesa que en Venezuela ni siquiera con los términos del llamado “buen oficiante” se busque una alternativa de solución al diferendo limítrofe, y, en consecuencia, esa es la razón por la cual Guyana ha llevado estas divergencias territoriales ante la Corte Internacional de Justicia.

El madurismo, y reiteramos la calamidad que ello resulta para nuestro país, al no acudir ante esa corte, y reconocida de manera internacional por ellos mismos en su “comunicado”, simplemente pierde por forfait el territorio en reclamación. O sea, otro hecho de traición, en este caso de carácter, contra la patria, y que, por ende, este nefasto gobierno ha originado contra todos los venezolanos. Que nadie sea engañado. El madurismo ha entregado definitivamente nuestro Esequibo a Guyana.

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¹https://www.telesurtv.net/news/venezuela-no-participara-demanda-impuesta-guyana–20180618-0009.html

²https://web.archive.org/web/20111202054932/http://www.lapatilla.com/site/2011/09/26/raul-leoni-paro-en-seco-a-guyana-en-la-isla-anacoco-documento/


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